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Reconocen formalmente el patrimonio científico y cultural del Parque Culebrón de Coquimbo

El área, que está ubicada en el barrio San Juan de la comuna porteña y que contiene fósiles de 10 millones de años de antigüedad, fue designada “Geositio” por la Sociedad de Geología de Chile.

Por CEAZA

Benjamín Araya, tesista de geología de la Universidad del Alba, integrante del laboratorio de Paleontología del CEAZA e iniciador de las gestiones para el reconocimiento del lugar, explica que la designación de “Geositio” para el Parque El Culebrón de Coquimbo, por parte de la Sociedad de Geología de Chile, “es una gran señal para proteger el patrimonio educativo, cultural y científico de la ciudad de Coquimbo”. Por su parte, su tutor de tesis, el Dr. Marcelo Rivadeneira, paleontólogo del CEAZA, agrega que la designación permitiría darle más fuerza y sentido a futuras medidas de uso sustentable del parque.

Araya señala que nuestro país cuenta con muchos geositios conocidos, pero la mayoría de ellos no tiene la protección necesaria. Debido a esto, la Sociedad Geológica de Chile se ha enfocado en generar un inventario a nivel nacional, para avanzar en su protección.

El lugar de 45 hectáreas, se extiende desde su ingreso en la avenida México del barrio San Juan, al costado del punto limpio de Coquimbo. Por el sur, alcanza el inicio de avenida Portugal, hasta el sector de canchas de fútbol. En el área se han encontrado vestigios de ballenas de períodos en que el mar habría cubierto el sector. Además, se ha sabido de la presencia de restos fósiles de pelagornis, pariente de los pelícanos y la única ave con proyecciones dentales de la que se tiene conocimiento.

“Reconocidos investigadores, que han aportado al conocimiento geológico del país, han estado en El Culebrón analizando los sedimentos marinos depositados hace unos 10 millones de años, como también las terrazas marinas que conforman el paisaje del Parque. Esto abre una gigantesca ventana para Coquimbo en el ámbito de las ciencias de la Tierra, y conlleva a nuevas interrogantes y atractivos científicos, registrados en los sedimentos del Parque”, detalla el también investigador asistente del Paleolab CEAZA.

Por otro lado, el Dr. Rivadeneira explica que las solicitudes de nombramiento de geositios requiere de una visación por parte de un panel de expertos que concluye tales designaciones. En ese marco, el Directorio de la Sociedad Geológica de Chile encomendó al destacado geólogo nacional Dr. Reynaldo Charrier la presentación del geositio, con aporte del investigador Diego Partarrieu.

Implicancias para la comuna de Coquimbo

Según explica Araya, el hecho de que al interior de Coquimbo se encuentre un geositio, implica que los mismos habitantes tienen la oportunidad de acercarse a temas relacionados con la geología y la historia natural de su zona.

“Las personas de Coquimbo tienen posibilidades para aprender desde la antigua fauna que alguna vez vivió ahí, hasta reconocer la geología del Parque y cómo interactúa con la flora y fauna actual. Dejando un claro traspaso de la experiencia a las futuras generaciones”, afirma.

Motivaciones y experiencia de un joven investigador

Benjamín Araya, de 26 años, asegura que su motivación para gestionar la nominación del Parque El Culebrón fue el enorme valor patrimonial del lugar para la ciudad de Coquimbo, junto con ofrecer a la población la oportunidad de enriquecerse culturalmente, pese a diversas dificultades que presenta su cuidado.

“A ese patrimonio, no se le ha dado la relevancia e importancia que merece. Actualmente, las inmediaciones del Parque se encuentran con basurales, que los mismos vecinos han estado enfrentando y tratando de encontrar alguna solución”, plantea.

Araya ha sido parte del Paleolab CEAZA desde el 2019, donde -comenta- fue recibido con mucho ánimo y entusiasmo por el Dr. Rivadeneira.

“Desde entonces trabajar con Marcelo ha sido una experiencia tremenda. A pesar de la gran trayectoria que él posee, jamás ha interpuesto alguna idea suya, al contrario, ha impulsado las áreas de mi propio interés. El resultado de esto, se refleja en los dos años que llevo en el Paleolab, donde he logrado desarrollar proyectos e investigaciones de iniciativa propia, en los cuales Marcelo ha sido el motor principal y el que ha provisto las herramientas necesarias para llevarlo a cabo, como es el caso del geositio Parque El Culebrón y el proyecto Fondecyt donde soy parte de su equipo”, asevera.

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