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Comunidad científica colaboró con exhaustivo informe sobre oportunidades y desafíos de plantas desalinizadoras


Por CEAZA

El Informe “Desalinización: Oportunidades y desafíos para abordar la inseguridad hídrica en Chile” fue desarrollado por un grupo interdisciplinario e interuniversitario de académicas/os e investigadores/as, coordinados por el Comité Asesor Ministerial Científico sobre Cambio Climático; Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, y a petición del Ministerio de Medio Ambiente.

“La masificación de esta tecnología nos plantea el desafío de planificar su desarrollo futuro tomando decisiones con bases científicas considerando las ventajas y desventajas de este tipo de tecnología”, plantea el documento elaborado en respuesta a la solicitud formal del Ministerio de Medio Ambiente para que el Comité Asesor Ministerial Científico para el Cambio Climático redactase un informe sobre el desarrollo de plantas desalinizadoras en el país.

A partir de dicha solicitud, el Comité trabajó recopilando antecedentes y organizando talleres de trabajo con la comunidad científica a lo largo de varias etapas. Como resultado, se prepararon una serie de recomendaciones acerca del desarrollo de esta tecnología en Chile que refleja la diversidad de miradas que existen en el ámbito científico sobre las oportunidades, desafíos y brechas que representa como estrategia de adaptación y mitigación. En esta iniciativa participó el Dr. Víctor Aguilera y Dra. Laura Ramajo del Centro Científico CEAZA. El Dr. Aguilera fue parte de reuniones informativas sobre el contexto de desalinización, mientras que la Dra. Ramajo fue autora principal del informe y estuvo a cargo de liderar y coordinar el capítulo de Impactos del citado documento.

Velar por potenciales impactos

Dentro de las diversas recomendaciones que entrega el Informe respecto a la evaluación y seguimiento de los potenciales impactos de la desalinización, se encuentran, por ejemplo, considerar reglas especiales en la futura Ley sobre Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas (SBAP) para velar por los potenciales impactos de este tipo de proyectos o similares en áreas marinas costeras. De manera complementaria, el documento destaca que se deben establecer Líneas de Base Ambientales y Normas Secundarias de Calidad en bahías que potencialmente podrían alojar este tipo de proyectos.

La Dra. Laura Ramajo, investigadora del CEAZA detalla que “existe evidencia científica sobre los impactos de tanto la captación  de agua como la liberación de efluentes como la salmuera y otros elementos que se utilizan durante proceso de desalinización sobre las especies marinas y su fisiología, la estructura de las comunidades y el funcionamiento de los  ecosistemas costeros. Es por esto que es importante desarrollar metodologías e indicadores para realizar una evaluación de los impactos y su seguimiento en el tiempo, así como también, buscar formas para promover el uso de la salmuera en otros usos productivos con el fin de que no sean vertidos en el medio marino”.

Estándares de calidad de agua, acuíferos y fuentes de energía

Otras recomendaciones significativas del documento se relacionan con el uso de las zonas costeras, a fin de no generar daños ni pérdidas mediante la creación de instrumentos de planificación territorial que consideren estos importantes aspectos. “También, se brindan consejos sobre la utilización de agua desalinizada como fuente de agua potable, donde se deben revisar los estándares de calidad de agua potable que provienen de las aguas desalinizadas con el fin de no tener impactos sobre la salud de las personas o de los organismos que consuman esta agua, como es el caso de algunas especies de animales”, sostiene la científica.

“El Informe también reconoce y recomienda que el agua potable que proviene de fuentes naturales se utilice, principalmente, para uso humano, y que el agua desalinizada esté para sustituir o complementar otros usos como los relacionados con ciertas industrias”, añade la Dra. Ramajo, agregando también que otro consejo tiene que ver con la recarga de acuíferos o la restauración de agua de cuerpos de aguas degradados, donde se debe analizar cuidadosamente el medio y los ecosistemas en base a estudios, para que no se generen interacciones que no son deseadas y que no impacten sobre la química del agua y el funcionamiento y estructura de los ecosistemas.

Finalmente, y respecto a la fuente de energía para el proceso de desalinización, la investigadora menciona que el informe sugiere que provenga de energías renovables y no de combustibles fósiles que aumenten las emisiones de CO2. “Es importante avanzar en una agenda de investigación que debe ser continua para ir entendiendo los impactos que tiene esta actividad sobre las costas, sobre los recursos, sobre los servicios ecosistémicos, sobre las personas y sobre el sistema socioecológico en su totalidad.