El próximo 17 de julio se desarrollará la cuarta sesión, la cual contará con la participación de diferentes actorías relacionadas al ecosistema de la CTCI del país.

En el marco del proceso participativo “Chile mira su CTCI”, instancia promovida por el Consejo Nacional de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación para el Desarrollo, el Nodo CIV-VAL presentó los datos relevantes establecidos en su diagnóstico macrozonal, con enfoque en la sostenibilidad, y las principales acciones que están desarrollando desde la Seremia de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación (CTCI) de la Macrozona Centro.

Dentro de los temas abordados en la presentación, realizada por la directora ejecutiva del Nodo CIV-VAL, Macarena Rosenkranz y la coordinadora del Nodo, Kinga Halmai, se destacó el análisis del ecosistema de la macrozona y sus principales desafíos, y el rol de CTCI para el desarrollo sostenible. Dicho análisis fue abordado desde los resultados obtenidos del Reporte del Nodo CIV-VAL (2022), disponible en nuestro sitio web, y los avances detectados a partir del trabajo realizado por la Seremia CTCI en las regiones de Coquimbo y Valparaíso. 

“Como Nodo nos honra profundamente ser considerados por el Consejo Nacional CTCI para referenciar la realidad territorial en materia CTCI. Participar activamente del programa que lidera el Consejo, nos permite priorizar las necesidades y capacidades CTCI de manera descentralizada para que puedan ser consideradas en la próxima Estrategia CTCI Nacional con miras a 2026. Dentro de los siguientes pasos, nos encontramos convocando e invitando a nuestras redes aliadas a que nos acompañen presencialmente en la sesión a desarrollar en Valparaíso durante el mes de agosto”, comentó Kinga Halmai, coordinadora del Nodo CIV-VAL

En marzo de 2023, el MinCiencia, ANID e Itrend hicieron un llamado al mundo científico para que ayudara a resolver el desastre provocado por los incendios ese verano. El resultado son estos doce proyectos de investigación que dejarán instalada capacidad para enfrentar los desafíos futuros.

El humo de los incendios afecta no solo a las uvas, también al vino que se produce con ellas y por eso un centro de investigación realizará análisis químicos y sensoriales en busca de una medida de referencia que permita definir el nivel de afectación. Existen microorganismos autóctonos de nuestros bosques que son capaces de restaurar el suelo quemado más rápido, por lo que otros investigadores crearán unos biokits que contengan hongos y bacterias beneficiosos para insertarlos en esas zonas dañadas. Otro grupo instalará cámaras en lugares estratégicos de los bosques para que funcionen como redes neuronales que con inteligencia artificial podrán detectar incendios y dar las alertas necesarias para evitar su propagación.

Estos son solos algunos ejemplos de los 12 proyectos que se adjudicaron el concurso “Desafíos para la recuperación post-incendios 2023” con los que el Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación (MinCiencia) junto a la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID) desarrollaron para unir las necesidades de los territorios afectados por la catástrofe con las universidades y centros de investigación que pueden contribuir a prevenir y remediar estos eventos.

En el verano de 2023, las regiones del Ñuble, del Biobío y La Araucanía fueron afectadas por más de 200 incendios que terminaron con la vida de 26 personas. Considerando solo hasta el 6 de marzo de ese año, en total se afectaron 368.948 hectáreas en 68 comunas de estas tres regiones; 3.218 hogares se vieron damnificados, 11.656 productores silvoagropecuarios reportan daños en sus predios. Servicios sanitarios rurales y puentes perjudicados, casi seis mil hectáreas de cultivos afectados; 1.894 bodegas y 735 invernaderos destruidos.

Una semana antes de este conteo, el Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, ya había realizado la primera sesión de una mesa de trabajo cuya misión era conectar necesidades de los territorios afectados con expertos especialistas. Con estas mesas el MinCiencia creó un marco de coordinación para plantear las necesidades que nacían desde los actores de las regiones afectadas por los incendios forestales con la oferta que podían entregar diferentes centros de investigación para acercarse a una solución tecnológica o de procesamiento de datos. La subsecretaria Carolina Gainza estuvo a cargo de la secretaría ejecutiva de esa mesa de trabajo, mientras la secretaría técnica estuvo a cargo de Itrend, el Instituto Tecnológico Público para Resiliencia ante Desastres mandatado por el Estado de Chile y financiado por Corfo.

En junio y julio de ese año se realizaron talleres regionales con una metodología específica, que permitió el levantamiento de problemas de interés público. Participaron actores representantes de la industria forestal, el Estado y la sociedad civil para definir problemas y formular preguntas que serían abordadas mediante investigación, desarrollo e innovación (I+D+i) ¿Quiénes participaron? Representantes de las seremi de Ciencia, los ministerios de Energía, Medio Ambiente y Agricultura; funcionarios regionales de la Corporación Nacional Forestal (Conaf), del Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (Senapred), municipios, gobiernos regionales, entre otros. Más tarde, se sumaron  talleres con investigadores y académicos.

Para la subsecretaria del MinCiencia, Carolina Gainza, iniciativas como estas visibilizan la capacidad que tiene el país de investigar, de generar conocimiento aplicable para la prevención de los incendios forestales, su control, análisis desde distintas variables del fenómeno, y también para la recuperación post-incendio. “Todo el trabajo que hicimos en regiones, con los investigadores y los afectados se concretó en este concurso. Pusimos a disposición la investigación que se hace en el país para estos desastres socioambientales. Felicito a quienes se adjudicaron estos doce proyectos, ellos aportarán a la investigación y a las políticas públicas que podemos desarrollar para prevenir y gestionar los desastres socioambientales”, insistió.

Alejandra Pizarro, directora nacional de ANID, destacó el trabajo realizado por los equipos en la generación de este concurso especial. “Como equipo hemos tenido la capacidad de poder tomar esta política pública y esta invitación que nos hizo el Ministerio para construir un instrumento e implementarlo para que fuera postulado. Lo hicimos también con el COVID-19 hace unos años cuando también pusimos a disposición algunos instrumentos que permitieron hacer investigación. Hoy podemos ver que nuestra comunidad científica tuvo la capacidad, el empuje y el proceso creativo e innovador para generar muy buenas propuestas que fueron evaluadas por el Comité y que hoy día estamos conociendo y estamos disponibilizando para participar en esta investigación”, expresó.

Los doce proyectos ganadores

Los talleres regionales realizados permitieron establecer las brechas en I+D+i en base a las cuales se elaboraron tres desafíos a resolver por los grupos de investigación: (1) información para la gestión del riesgo de incendios forestales, (2) efectos de los incendios forestales en los ecosistemas; y (3) las consecuencias de los incendios forestales en los territorios.

El MinCiencia solicitó a la ANID la creación de un nuevo instrumento para financiar proyectos de investigación científica, tecnológica, de innovación y/o desarrollo, que contribuyan a diseñar e implementar respuestas basadas en I+D a los desafíos para la recuperación post-incendios forestales desde las dimensiones de prevención, mitigación, respuesta y recuperación. Se recibieron 30 postulaciones, todas admisibles. De ellas, 12 fueron adjudicadas: dos para el desafío 1; ocho para el desafío 2 y dos para el desafío 3. En total, 720 millones de pesos serán entregados para investigación.

Para el primer desafío (Información para la gestión del riesgo de incendios forestales) el Instituto de Sistemas Complejos de Ingeniería (ISCI) se encargará de construir una “plataforma inteligente para la gestión comunitaria en la prevención y control de incendios extremos” sobre todo en interfaces urbanas-rurales y además se implementará como sistema de manejo de combustible en Chile, Portugal y Cataluña. Jaime Carrasco, director de este proyecto, destacó la mirada multicriterio. “Nuestra solución se basa en la simulación espacial de  incendios forestales. Simularemos miles con distintas condiciones meteorológicas para capturar esa incertidumbre con distintas velocidades y dirección de viento, humedad relativa del aire. Simularemos también el  comportamiento del fuego en distintos tipos de vegetación. Además, cuando se propaga el fuego, bajo ciertas condiciones afecta de manera diferente el hábitat de la fauna o servicios ecosistémicos que son clave para nuestra supervivencia. Por eso trabajamos meteorólogos, ecólogos, e ingenieros forestales”.

El segundo proyecto ganador del desafío 1 es el desarrollado por el Centro Nacional de Inteligencia Artificial (CENIA) y consiste en un enfoque pionero que combina Inteligencia Artificial (IA) y visión por computadora ubicadas estratégicamente en torres de vigilancia, una herramienta que fusiones tecnología, experiencia humana y recursos naturales porque con los datos atmosféricos y topográficos se podrá detectar fuego de manera temprana, alertas que se enviarán en directo a una plataforma de visualización que estará en manos de CONAF. Para Valentín Barriere, director de este proyecto las cámaras funcionan como un modelo de redes neuronales implementado en un mini computador, integrando videos con datos atmosféricos y topográficos para detectar incendios en tiempo real, lo que facilita mucho la contención del fuego. La propuesta se diferencia por su adaptación al contexto chileno, y el compromiso con el código abierto facilitando el acceso y la replicabilidad, además la infraestructura hardware es barata, prometiendo resultados a nivel nacional”.

Uno de los ocho proyectos que se presentaron como solución al segundo desafío (“Efectos de los incendios forestales en los ecosistemas”) fue adjudicado a la Universidad de Chile quien asociada con la CONAF trabajarán en un método para la generación de pautas y oportunidades espacio temporales de intervención para la vegetación combustible, en el Centro-Sur del país. En otras palabras, estudiarán el ciclo biológico anual de las plantas y los cambios que tengan en cuanto a la humedad de las mismas, junto al análisis de variables climáticas, fotoperíodo y modelos basados en temperatura. Su hipótesis es que la condición estacional de la vegetación, especialmente la relacionada con la humedad es un buen predictor de la propagación del fuego. El investigador responsable, Miguel Castillo, director Laboratorio de Incendios Forestales de la Universidad de Chile, detalla que debido al cambio climático, los efectos acumulados de la sequía, el cambio en el uso del suelo y su territorio, las formas de tratamientos de la vegetación y la estacionalidad con variable fenológica, es necesario actualizar esta modelación, utilizando ahora nuevas técnicas e instrumentos que apoyen el estudio más detallado de la vegetación combustible y así apoyar las tareas de prevención, planes preventivos comunitarios y programas locales de Manejo del Fuego.

La Universidad Católica de la Santísima Concepción, junto a otras nueve instituciones asociadas (nacionales y extranjeras), se adjudicó otro proyecto para el desafío 2, uno que combina estrategias innovadoras, así como tecnologías y procedimientos analíticos de vanguardia con el fin de desarrollar una comprensión predictiva del impacto del fuego en la materia orgánica del suelo y la dinámica de los nutrientes del mismo. “Nuestro grupo tiene amplia experiencia en el desarrollo y uso de herramientas de movilización innovadoras que evalúan escenarios de gestión FireSmart para proponer paisajes resilientes al fuego. Esperamos que nuestro trabajo contribuya a mejorar la situación ambiental generada por los incendios forestales en Chile y contribuya y ayude a mejorar la calidad de vida de las personas”, señaló el director del proyecto, Dr. Gustavo Saiz.

La Universidad Técnica Federico Santa María, también se propuso trabajar en el desafío 2 y para ello plantea un proyecto interdisciplinario que combina la ingeniería, química y microbiología del suelo para desarrollar un bioformulado a base de microorganismos nativos beneficiosos (bacterias y hongos nativos que puedan recolonizar rápidamente los suelos dañados). El objetivo es mitigar la erosión y promover la restauración de ecosistemas forestales incendiados. La investigadora del Centro de Biotecnología y directora de este proyecto, Marcela Carvajal, destacó que el bioproducto que laborarán está basado en comunidades microbiológicas aisladas de la zona de estudio y con ellos acelerarán los procesos de restauración de suelos incendiados y así podrán mitigar la erosión y favorecer las actividades de reforestación.

Crear un prototipo tecnológico para la evaluación de impactos, priorización y restauración de ecosistemas afectados por incendios forestales, es la propuesta del Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB). Este proyecto tiene como objetivo desarrollar e implementar un prototipo científico-tecnológico llamado PrioRest que en su primera fase abordará los impactos en la vegetación, las invasiones biológicas, el suelo y el agua, e incorporará los objetos de conservación bioculturales identificados por los actores locales. Luego, en una segunda etapa se enfocará en resolver brechas de información y adaptar las recomendaciones de restauración mediante metodologías de coproducción de conocimiento. La directora de este proyecto, Susana Paula Juliá, destacó que el proyecto será llevado a cabo por un equipo de investigación internacional, liderado por el IEB, y en estrecha colaboración con la Corporación Nacional Forestal (CONAF). “La herramienta será desarrollada para su aplicación en las regiones de Ñuble, Biobío y La Araucanía, donde se quemaron 355.677 ha de vegetación durante los incendios 2022- 2023. En la segunda etapa, el pilotaje se realizará en Nacimiento, donde los incendios de esa fatídica temporada afectaron al 54% de la superficie comuna”.

Las plantas nativas con fines de restauración en las zonas afectadas por los incendios es el objetivo del proyecto que se adjudicó la Universidad de la Frontera. Para ello proponen diseñar una estrategia de fortalecimiento de plantas nativas mediante el uso de aplicaciones eco-biotecnológicas innovadoras, como la producción de microbiomas y plántulas mejoradas para así superar los deficientes resultados en la fase de establecimiento en suelos quemados y obtener mayores tasas de supervivencia y crecimiento de estas especies nativas. Además, se propone el desarrollo de esquemas de plantación innovadores que consideren estas interacciones microbianas y la adaptabilidad de las especies nativas en ecosistemas quemados. “Después de un incendio es muy difícil la adaptabilidad de las especies nativas en ecosistemas quemados y que las plantas tengan un buen desarrollo en estas condiciones de suelo, porque faltan nutrientes y microorganismos claves, por falta de humedad y porque las condiciones han cambiado drásticamente. Entonces, este proyecto busca generar microbiomas, es decir, un consorcio de microorganismos del suelo nativo que puedan ser transferidos a las plantas en su etapa de desarrollo inicial”, señala el director del proyecto de la UFRO, Dr. Andrés Fuentes.

La propuesta de la Universidad Adventista de Chile se centra en el diseño y evaluación de prototipos y kit sostenibles de cianobacterias (bacterias con clorofila que hacen fotosíntesis) capaces de formar biocostras sobre el suelo de la región de Ñuble para la prevención, mitigación y recuperación de los suelos quemados. El proyecto incluye evaluaciones técnico-económicas, estándares internacionales y colaboración nacional e internacional. Yessica Rivas, directora de esta iniciativa explicó que los kit iniciadores se basan en un consorcio de “cianobacterias autóctonas seleccionadas y cultivadas capaces de iniciar la formación de biocostras las cuales actúan agregando las partículas del suelo formando una pequeña capa viva sobre el suelo después de un evento, por ejemplo, de un incendio forestal”.

La Universidad de O’Higgins apostó por recuperar los servicios ecosistémicos desde el suelo a paisajes multifuncionales. En simple, crearán un prototipo de evaluación multiescala para la toma de decisiones interdisciplinarias post-incendios forestales, recuperando los servicios ecosistémicos desde el suelo a paisajes multifuncionales. La idea es evaluar los efectos post-incendios a diferentes escalas e incluir en la toma de decisiones a la academia y a los actores involucrados, destacando como uno de sus objetivos generar un marco de trabajo intersectorial que permita la planificación e implementación de acciones de protección del suelo y la vegetación junto con la restauración del paisaje. “Nuestro proyecto tiene como finalidad testear un proceso de evaluación temprana de los efectos de los incendios forestales a diferentes escalas. Trabajamos desde una aproximación interdisciplinaria integrando la ecología del paisaje, de bosque y suelos, junto con un trabajo con actores locales y tomadores de decisiones. Buscamos generar un marco de trabajo colaborativo basado en el diagnóstico rápido post-incendio para facilitar la planificación, identificación e implementación de acciones a corto plazo de protección del suelo y vegetación y apuntar hacia la restauración de paisajes resilientes”, indicó la directora del proyecto, Claudia Rojas.

¿Cómo cambia el uso del suelo y la recuperación del bosque nativo después de los incendios en la Región del Ñuble? Esa es la pregunta que guía la investigación de la Universidad de Valparaíso. “Planset”, es una plataforma para combatir incendios forestales en la región de Ñuble que permitirá visualizar geoespacialmente registros históricos de la frecuencia, intensidad y magnitud de los incendios y la influencia que estos han tenido en el uso de suelo y la recuperación de los bosques nativos en la zona. Carmen Gloria Ossa, directora del proyecto, indicó que “el objetivo es utilizar la información satelital para evaluar qué sucedió con los bosques incendiados en los últimos 30 años en la zona; si volvieron a ser bosque, si se convirtieron en plantación de pino o agrícola, o si es que se urbanizó el terreno o quedó suelo pelado. Dicha información contribuirá a proyectar qué zonas son más susceptibles al incendio y la consecuencia en los suelos”.

Para el desafío 3 (Consecuencias de los incendios forestales en los territorios), dos fueron los centros que se adjudicaron proyectos. La Fundación UC Davis Chile – Life Sciences Innovation Center, desarrollarán una herramienta químico sensorial predictiva que evaluará el impacto del humo de los incendios forestales en las uvas y el vino. El proyecto busca establecer concentraciones de referencia de compuestos fenólicos en uvas expuestas y no expuestas al humo, realizar análisis químicos y sensoriales, y desarrollar una herramienta que integre ambos análisis. Álvaro Castro, director alterno de este proyecto señaló que “los incendios forestales y las quemas controladas exponen a los viñedos y uvas al humo afectando la calidad del vino y generando daños a la reputación de los productos y pérdidas económicas a los productores del Valle del Itata”.

El segundo proyecto que se dedicará al desafío 3 es de la Universidad de Concepción y busca crear un portafolio de soluciones para fortalecer la resiliencia de las áreas urbanas frente a incendios forestales. Primero se evaluará la resiliencia a nivel comunal mediante un set de indicadores para identificar necesidades de acción (interfaz urbano-rural) y después, se elaborará un portafolio de acciones o soluciones factibles de implementar. Finalmente, se implementarán dos acciones del portafolio en dos comunidades seleccionadas. “El proyecto creará un portafolio de soluciones para fortalecer la resiliencia de los territorios frente a los incendios forestales, para prevenirlos y para recuperarse. Primero se hace una evaluación, un diagnóstico usando indicadores respecto a la resiliencia a nivel comunal y luego se hace una revisión de cuáles son las medidas que podrían funcionar y luego con actores clave y especialmente con comunidades se seleccionan cuáles son las que podrían ser más idóneas y más precisas para el problema territorial de cada comunidad”, indicó el director de esta iniciativa Francisco Melgarejo.

Comunicado: Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación.

Centro Ceres, institución socia al Nodo, también es parte de esta iniciativa. 

Este jueves 27 de junio el Nodo CIV-VAL fue parte de la firma de resolución la Mesa de Sustentabilidad, espacio liderado por el Seremi de Agricultura de la Región de Valparaíso y que tiene como objetivo promover la incorporación de prácticas y decisiones sustentables en el sector silvoagropecuario de la región, con énfasis en la AFC, incorporando como ejes: lo social, lo ambiental y lo económico. 

Dentro de la instituciones asociadas a esta mesa se encuentran: el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG), el Instituto de Desarrollo Agropecuario (INDAP), Corporación Nacional Forestal (CONAF) , el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA), la Comisión Nacional de Riego, la Fundación para la Innovación Agraria (FIA), el Instituto de Desarrollo Forestal, el Centro de Información de Recursos Naturales, el Centro Ceres, el Nodo CIV-VAL y Perfruts. 

Constitución de la Mesa de Sustentabilidad 

Como parte del contexto a la constitución de este espacio, en el marco de la Firma de Resolución, se realizó una charla sobre los principales conceptos de sustentabilidad, realizada por el ingeniero agrónomo e investigador del INIA La Cruz, Aart Osman. 

Posterior a esta instancia, el Seremi de Agricultura de la Región de Valparaíso, Sergio Salvador, efectuó el hito de firma de resolución, instancia donde además se mostraron los objetivos, tanto generales como específicos, de esta mesa. 

Para finalizar, se dio un espacio para que los miembros de esta mesa comentarán sus expectativas, visiones y alcances de la mesa. 

“Nos enorgullece haber sido parte de las conversaciones iniciales de esta instancia y que se haya tomado el liderazgo desde el ministerio para formalizar este necesario espacio. Estaremos colaborando con los hitos propuestos en el cronograma, los cuales se transformarán en importantes productos para la Región de Valparaíso”, aportó Kinga Halmai, coordinadora del Nodo CIV-VAL. 

Diversas actorías, tanto de instituciones de Educación Superior y organismos públicos, participaron del encuentro. 

El pasado 17 de junio se realizó la primera sesión de la Mesa Científico-Cultural de Valparaíso, instancia organizada por el Centro de Extensión del Ministerio de las Culturas y las Artes (Centex) y Laboratorio de Nanobiomateriales de la Universidad Técnica Federico Santa María (USM). 

Este encuentro, que tuvo como objetivo principal levantar propuestas para potenciar la comunicación científica entre diferentes actores del ecosistema de la ciencia y la cultura en la Región de Valparaíso, contó con la participación del: equipo del Centex, el Nodo CIV-VAL, el Laboratorio de Nanobiomateriales, la Dirección de Creación de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), el equipo de la Seremi de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación de la Macrozona Centro, el equipo del InES de Género de la USM, Difusión Cultural USM, Hub Ambiental – UPLA, CCTVal USM. 

Durante la jornada, los y las invitadas participaron de una instancia metodológica, liderada por el equipo del Nodo CIV-VAL, orientada a conocer cuáles son las principales necesidades del área, en qué podrían aportar a esta mesa y cómo esta mesa puede contribuir al ecosistema de la cultura y las ciencias en la Región de Valparaíso. 

Kinga Halmai, coordinadora del Nodo CIV-VAL aportó que: “Nos complace enormemente colaborar nuevamente con Centex en una acción conjunta de gran interés y valor para nuestros objetivos mutuos. En esta ocasión logrando conectar con Nanobio, laboratorio adjunto a nuestra institución asociada, la Universidad Técnica Federico Santa María. Esta primera sesión de mesa científico cultural plasmó las curiosidades de distintas actorías, junto a sus motivaciones por fortalecer acciones asociativas en dos áreas poco conectadas, siendo las ciencias y las culturas. Estaremos acompañando el desarrollo de esta mesa desde metodologías que faciliten la conversación y creación de valor a este gran espacio.

“La Primera Mesa Científico-Cultural nace desde el interés del Centex por agrupar distintas actorías, con las cuales realizamos acciones durante el 2023, relacionadas a la ciencia, en donde detectamos que puede haber una relación interesante entre ambos mundos (ciencia y cultura), entendiendo que lo cultural y artístico puede funcionar como una herramienta para la divulgación de la ciencia. Por otro lado, las ciencias sociales aplicadas a la cultura han hecho un gran favor al desarrollo de las políticas públicas por lo que nos parecía oportuno juntarnos y ver la posibilidad de generar acciones conjuntas”, comentó Manuel Guerra, encargado del Centro de Extensión de la Subsecretaría de las Culturas y las Artes. 

Por su parte Danae Barría, encargada de Comunicaciones del Laboratorio de Nanobiomateriales UTFSM concluyó que: “Estamos muy felices por cómo se desarrolló este primer encuentro, para lo cual fue clave el apoyo del Nodo CIV-VAL. Así mismo, nos entusiasma el poder retomar el trabajo junto a Centex en torno a las ciencias y las culturas, pero esta vez dirigido más específicamente hacia la comunicación científica. En la jornada emergieron diversas aristas de un mismo “paraguas” que queremos ir construyendo colaborativamente. Conformar una red de trabajo efectiva e interdisciplinar con una visión a largo plazo en la Región de Valparaíso es por ahora uno de los puntos centrales. Agradecemos a todas las personas e instituciones que participaron y esperamos generar una convocatoria mayor en las próximas sesiones”.

Nueve instituciones, pertenecientes a la Macrozona Centro, son parte de este proyecto que inició su ejecución en el año 2021.

Este lunes 17 de abril, la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID) entregó los resultados correspondientes a su concurso “Nodos Macrozonales – Convocatoria 2024”, instancia que da continuidad al trabajo realizado en las regiones de Coquimbo y Valparaíso por el Nodo CIV-VAL. 

El Nodo CIV-VAL busca la aceleración del impacto territorial de la ciencia, la tecnología, el conocimiento y la innovación en la Macrozona Centro y está integrado por 9 instituciones asociadas: Universidad de La Serena, Universidad Católica del Norte, Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), Universidad de Valparaíso (UV), Centro de Estudios Avanzados en Zonas Áridas (CEAZA), Universidad Técnica Federico Santa María(UTFSM), el Centro Regional de Estudios en Alimentos Saludables (CREAS), Centro Ceres y el Centro Interdisciplinario de Neurociencia de Valparaíso (CINV).

“Con la adjudicación de este importante proyecto podremos dar continuidad al trabajo y posicionamiento que ha adquirido el Nodo CIV VAL en la Macrozona Centro, articulando a los distintos actores relacionados a la Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación (CTCI) , proporcionando un apoyo orientado a dar respuesta, a partir de las capacidades existentes, a las necesidades del ecosistema y de sus áreas priorizadas: Recursos Hídricos, Biodiversidad y Alimentos. Por otra parte, agradecemos a las instituciones socias de las regiones de Coquimbo y Valparaíso, quienes nos han apoyado y orientado en cada una de las etapas, así como también al equipo técnico del Nodo CIV-VAL, quienes han realizado un trabajo colaborativo y un gran despliegue territorial para consolidar nuestra labor” comentó Macarena Rosenkranz, directora ejecutiva del Nodo CIV-VAL y directora de Innovación de la PUCV.

Desde la PUCV, institución beneficiaria, su Vicerrector de Investigación, Creación e Innovación (VINCI), Luis Mercado, se refirió a este importante hito, que da continuidad al trabajo territorial realizado durante las etapas anteriores en las regiones de Coquimbo y Valparaíso: “La Región de Valparaíso cuenta con un gran potencial en ciencia, tecnología e innovación. Ser parte del Nodo CIV-VAL nos permite seguir potenciando esas áreas, además de generar conocimiento con impacto  en la sociedad. Estamos muy contentos con la reciente adjudicación, ya que nos permitirá seguir trabajando y liderando de manera colaborativa con las otras universidades socias y actores relevantes del sistema de innovación. Nuestra universidad se distingue en la región y en la macrozona centro norte, por sus capacidades especialmente de las personas profesionales que se desempeñan en este ámbito”. 

En el marco de esta conmemoración, te invitamos a conocer el Portafolio de Productos 2024 del Centro Regional de Estudios en Alimentos Saludables (CREAS), institución socias del Nodo CIV-VAL.  

Este 18 de junio celebramos el “Día de la Gastronomía Sostenible”, conmemoración establecida por la Asamblea General de las Naciones Unidas con el objetivo de promover hábitos alimenticios sostenibles que contribuyan a la preservación de los recursos naturales y al fomento de una producción alimentaria respetuosa con el medio ambiente.  

En el marco de esta celebración te invitamos a conocer el Portafolio de Productos 2024, con más de 100 prototipos alimentarios. Este documento presenta una recopilación de los prototipos más destacados desarrollados por nuestro Centro, todos en diferentes etapas de comercialización. Entre estos, se incluyen 14 nuevos prototipos creados en el marco de varios programas de apoyo a emprendedores y/o para satisfacer requerimientos específicos.

El Portafolio busca dar visibilidad a las y los emprendedores que trabajan con CREAS. Al revisar este documento, se pueden ver cómo salen los prototipos trabajados en el Centro,, con diseño de etiquetas, un packaging técnicamente idóneo para el producto, además de contener la información nutricional hecha en función de las directrices del Reglamento Sanitario de los Alimentos. Además, se incluye junto a cada producto la información de contacto del emprendedor involucrado.

Agustín Flores, ingeniero de desarrollo de Productos del Centro CREAS, explicó que un elemento importante a la hora de desarrollar prototipos alimentarios estos pueden ser por desarrollo tanto privado como público.

Ahora, al querer elaborar un prototipo alimentario con fondos públicos, como varios de los que están presentes en el Portafolio, es primordial que tengan un factor innovador: “Tenemos un equipo dedicado a la gestión de proyectos que es increíble a la hora de apoyar a las y los emprendedores y son quienes guiarán a la persona interesada a repensar su idea para buscar una salida innovadora al producto en caso de no tenerla”, agregó.

“Invitamos a todas y todos a revisar nuestro Portafolio, para que vean la diversidad de prototipos que se han desarrollado, de los que también pueden sacar ideas novedosas”, concluyó.

Conoce BRAIN, innovadora tecnología desarrollada por el Centro AC3E de la Universidad Técnica Federico Santa María que promueve la economía circular.

Investigadores del AC3E han trabajado en el diseño e implementación de prototipo de controlador basado en BRAIN como rectificador de aplicación en minería, esto con el propósito de desarrollar una solución de control para convertidores de potencia basada en la plataforma BRAIN, buscando reparar y restaurar equipamiento industrial minero (particularmente Hornos de Inducción minera) mediante el codesarrollo, adaptación y optimización del sistema de control para estos equipos; la validación técnica en laboratorio y de entorno relevante de la solución.

Uno de los problemas que resuelve esta tecnología y/o proyectos, es que la obsolescencia tecnológica de la electrónica de control del equipamiento industrial minero implique desechar el equipo completo, lo cual afecta directamente al medio ambiente.

En el ámbito de la minería, este proyecto ofrece significativos beneficios al evitar la necesidad de adquirir nuevos equipos, lo que disminuye los costos. Además, se reduce la generación de desechos voluminosos que podrían causar daños ambientales. Así, BRAIN contribuye a la economía circular.

“El equipamiento eléctrico usado en la industria minera, tomando los rectificadores como caso de interés, es muy voluminoso debido a que requieren componentes de gran capacidad de corriente, tales como grandes transformadores de múltiples devanados, inductores de interface y semiconductores de potencia. Estos componentes junto a los conductores de barras de cobre requieren una gran infraestructura para operar de forma confiable y segura, ya sea en un sector dedicado y protegido en un patio o galpón. Sólo el convertidor de electrónica de potencia suele ser alojado en varios gabinetes. Finalmente, en otro gabinete se encuentra el “sistema de control electrónico” que incorpora el software que implementa la estrategia de control de flujo de energía que se realiza activando coordinadamente los semiconductores de potencia”, comentó Gonzalo Carrasco, Ingeniero de Investigación y Desarrollo del AC3E.

Junto a esto, el profesional aportó que “renovar todo el equipamiento implica no solo cambiar el sistema electrónico, también desechar bastante de esta infraestructura del sistema. BRAIn unido a tarjetas de interface, diseñadas para el propósito específico, pueden reemplazar el “sistema de control electrónico”, sin incurrir en un desecho del resto de la infraestructura, tales como los transformadores y la electrónica de potencia (inductores y semiconductores)”.

Sobre el Día Mundial del Medio Ambiente

En el Día Mundial del Medio Ambiente, creado en 1972 por la Asamblea General de las Naciones Unidas, cada año un país distinto se encarga de auspiciar y organizar el evento, y en 2024 ese Arabia Saudita es anfitrión.

En las últimas cinco décadas, esta celebración se ha transformado en una de las más globales e influyentes para la promoción de causas ambientales. Millones de personas se han unido, tanto de manera virtual como presencial, en diversas actividades, eventos e iniciativas en todo el mundo.

Te invitamos a conocer más de esta tecnología de la voz de sus investigadores:

Gentileza AC3E

Set de Documentación

Cápsulas de proyectos instituciones socias

Webinar

Este proyecto es financiado por la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo de Chile, ANID, en el marco del Programa “Nodos para la Aceleración de Impacto Territorial de la Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación”.

Con grandes logros alcanzados durante el año 2023, el Nodo CIV-VAL culmina su tercera etapa de ejecución, tiempo en el cual se realizaron acciones relacionadas a las iniciativas priorizadas en la Hoja de Ruta (HdR), como también con el Modelo de gestión territorial, permitió dar continuidad a los perfiles de proyectos (proceso iniciado en 2022) y la dinamización de la HdR. 

Junto con esto, se realizaron diversas actividades a lo largo de ambas regiones con apoyo de las instituciones socias y organismos externos al Nodo CIV-VAL. Destacando así la realización de las Mesas de Articulación en Agricultura y Alimentos, espacios liderados por el Nodo y co-organizados por la Universidad de Valparaíso, Universidad Técnica Federico Santa María y la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. 

Asimismo, podemos destacar el apoyo realizado a la Fundación para la Innovación Agraria (FIA), en las regiones de Coquimbo y Valparaíso, en la ejecución de su exitoso encuentro Conecta FIA, espacio que promueve la vinculación entre actores del ecosistema de la innovación en la agroindustria. 

“El rol articulador del Nodo CIV-VAL se ha fortalecido durante esta última etapa, visibilizado esto a través de las múltiples instancias de vinculación generadas y también en las que hemos sido invitados. Agradecemos a todos quienes han sido parte de este proyecto: instituciones socias, equipo técnico, colaboradores, entre otros. Sin duda su apoyo y contribución ha sido esencial para el desarrollo y fortalecimiento de nuestro quehacer en la Macrozona Centro”, enfatizó Macarena Rosenkranz, directora ejecutiva del Nodo CIV-VAL y directora de Innovación de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV). 

Visión de los gestores del Nodo CIV-VAL

Karina Salas, gestora tecnológica para la Región de Coquimbo y Héctor Altamirano, gestor para la Región de Valparaíso, se refirieron a esta importante etapa, comentando sus principales logros y avances. 

“Desde el Nodo CIV-VAL estamos promoviendo la interacción entre los actores del Ecosistema (CTCi) mediante la generación de instancias de encuentro y la vinculación uno a uno con entidades claves para el levantamiento de necesidades y desafíos regionales, los cuales se han traducido en el diseño de proyectos colaborativos vinculados principalmente al sector productivo y a la transferencia de conocimientos. De esta forma hemos asesorado en la formulación de proyectos de I+D, Transferencia Tecnológica y en el levantamiento de financiamiento público, como una forma de apoyar en la aceleración de este ecosistema que necesita articularse de mejor forma para lograr un desarrollo sostenible de la Macrozona Centro”, comentó Karina Salas.

Por su parte, Héctor Altamirano afirmó que: El año 2023, presentó varios desafíos y logros en términos de articulación y vinculación en la Región de Valparaíso. Conseguir el vínculo de la academia, el sector público y privado, en torno a las necesidades del territorio, sumando a la sociedad como un actor relevante no es tarea sencilla. Estas instancias colaborativas, de articulación y vinculación destacan, no solo por lo inéditas de los formatos y metodologías utilizadas, sino por centrarse en necesidades del territorio, sumando a la sociedad civil. Este será el tono que marque el trabajo y gestión del Nodo de cara al trabajo futuro”.

Instancia formativa

Como uno de los grandes hitos de esta etapa, se desarrolló, en su primera versión, el programa “Tesis para Impactar el Territorio”, instancia buscó identificar, promover y visibilizar, la articulación de proyectos de titulación de pre y postgrado enfocados en resolver necesidades, problemas o desafíos de la Macrozona Centro en las áreas de: Alimentos, Biodiversidad y Recursos Hídricos.

“En esta primera versión se dieron a conocer 25 trabajos de tesis, de los cuales 5 cubrieron la temática de Alimentos, 8 de Biodiversidad y 12 en Recursos Hídricos. Asimismo, autoras/res también pudieron recibir capacitaciones en escritura y comunicación científica, logrando finalmente generar un espacio de exposición de los trabajos en el “Congreso Tesis para Impactar el Territorio”, realizado presencialmente en Valparaíso.  En la siguiente etapa, buscamos seguir contribuyendo en el aporte a la divulgación y reconocimiento del trabajo de investigadores, considerando el posicionamiento y fortalecimiento de este programa”, comentó Priscilla Beltrán, gestora de proyectos del Nodo CIV-VAL. 

Junto a ello, este año además se inició con el diseño de una instancia formativa vinculada a las necesidades productivas de la Macrozona Centro. Esto se dio tras un estudio en colaboración con las instituciones socias del proyecto y del sector productivo, con las cuales se ha identificado la necesidad de contar con profesionales que puedan ser interlocutores capaces de comprender, tanto las necesidades productivas, como a la vez conocer las capacidades CTCi de las regiones: “Buscamos, a través de esta iniciativa, entregar capacidades y conocimiento en temáticas para comprender el ecosistema CTCi, aprender conceptos de innovación y transferencia, entre otros aspectos de fortalecimiento. Este plan busca ser implementado durante el año 2024, en formato virtual y sincrónico”, afirmó Priscilla Beltrán.

Próximos lineamientos y acciones

A la fecha, el Nodo CIV-VAL se encuentra en proceso de postulación a la continuidad ante la ANID, buscando apoyar y aplicar las políticas nacionales de CTCi a nivel regional y de forma descentralizada, considerando las particularidades y necesidades específicas de cada territorio, mediante la colaboración con las autoridades regionales y la participación activa de los actores locales en la toma de decisiones.

“Finalizamos esta etapa con grandes aprendizajes, nuevas alianzas y una serie de oportunidades que esperamos con ansias abordar en la siguiente etapa. Con cada actividad, con cada apertura de una nueva actoría en colaborar con nosotros en beneficio del territorio y ecosistema CTCi, vamos mejorando la pertinencia de acciones de impacto para la macrozona centro. Actualmente nos encontramos planificando y preparando el siguiente ciclo, considerando cada reunión estratégica realizada en las etapas anteriores”, reflexionó Kinga Halmai, coordinadora del proyecto. 

Sobre el Nodo

El Nodo CIV-VAL busca la aceleración del impacto territorial de la ciencia, la tecnología, el conocimiento y la innovación en la Macrozona Centro, regiones de Valparaíso y Coquimbo. Es financiado por la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo de Chile, ANID, en el marco del Programa “Nodos para la Aceleración de Impacto Territorial de la Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación”.

Asimismo, este proyecto cuenta con nueve instituciones socias pertenecientes a la Macrozona Centro. En la Región de Coquimbo se encuentra la Universidad Católica del Norte (UCN), la Universidad de La Serena y el Centro de Estudios Avanzados en Zonas Áridas (CEAZA). Asimismo, la Región de Valparaíso cuenta con la participación de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), la Universidad Técnica Federico Santa María (UTFSM), la Universidad de Valparaíso (UV), el Centro Interdisciplinario de Neurociencia de Valparaíso (CINV), el Centro Regional de Estudios en Alimentos Saludables (CREAS) y el Centro Ceres. 

Documento ya se encuentra disponible, en formato PDF, al final de la noticia. 

Con el objetivo de apoyar el proceso de difusión de las 25 tesis seleccionadas en el programa Tesis para Impactar el Territorio, el Nodo CIV-VAL desarrolló un dossier que reúne información relevante y acceso a los posters de las investigaciones que participaron de esta instancia formativa durante el 2023 en las regiones de Coquimbo y Valparaíso. 

Para Priscilla Beltrán, gestora de proyectos del Nodo CIV-VAL “los trabajos de tesis e investigación, que se compilan en este documento, abarcan una amplia diversidad de temas, los cuales buscan el desarrollo de propuestas para resolver y/o  revisar desafíos en las áreas priorizadas de Alimento, Biodiversidad y Recursos Hídricos, de la Macrozona Centro.  Al mismo tiempo, dentro de sus avances y/o resultados, no solo contribuyen al avance académico, sino que también promueven el desarrollo sostenible de los territorios, en un contexto social, ambiental y económico”.

“No me queda nada más que agradecer y felicitar a todos quienes son parte de esta convocatoria y espacio de colaboración y difusión del conocimiento, así como, también el compromiso de cada uno en esta primera versión”.