Los/as asistentes reflexionaron sobre diversas estrategias que permitirán vincular la ciencia, la tecnología, el conocimiento y la innovación con las necesidades del sector productivo y la sociedad.
Con el objetivo de consolidar una red de colaboración que contribuya a la articulación y apropiación de la CTCi en la Macrozona Centro, el pasado martes 23 de noviembre el Nodo CIV-VAL llevó a cabo una serie de reuniones presenciales con actores clave del sector productivo, público y privado, de la Región de Coquimbo.
La actividad, desarrollada en La Serena, también contó con la participación de representantes de las ocho instituciones que ejecutan el Nodo CIV-VAL—PUCV, UCN, ULS, UV, USM, CEAZA, CREAS y CINV—, quienes presentaron los avances de esta iniciativa financiada por la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo de Chile (ANID), en el marco del Programa “Nodos para la Aceleración de Impacto Territorial de la Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación”.
De esta manera, los/as asistentes tuvieron la oportunidad de reflexionar sobre estrategias que permitan vincular el trabajo realizado por el Nodo CIV-VAL con las necesidades de las empresas y emprendimientos de base científica y tecnológica, mientras se fomenta la apropiación y participación de la ciudadanía.
En ese sentido, Etienne Choupay, director del Nodo CIV-VAL y director de Incubación y Negocios de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (DIN PUCV), explicó que “se trata de una invitación a conversar y motivarnos para transformar al Nodo en un verdadero aliado que permita relevar temáticas clave de CTCi en la sociedad y el sector productivo, posicionando a la Macrozona Centro como un actor que articule y potencie capacidades de innovación, investigación y emprendimiento con las necesidades del territorio”.
Del mismo modo, el gerente de la Corporación Regional de Desarrollo Productivo de Coquimbo (CRDP), Manuel Schneider, valoró la realización de este tipo de actividades, ya que “permiten acortar la brecha entre la academia y el mundo productivo. Es necesario lograr la participación de más empresas y gremios para que puedan escuchar las propuestas de las instituciones y resolver dificultades en conjunto”.
Por su parte, Natalia Reilich, cofundadora de Acelera Innova, hizo hincapié en la necesidad de trabajar colaborativamente entre las regiones de Valparaíso y Coquimbo. “Hoy es primordial poder conectarnos con actores de ecosistemas interregionales y, en ese sentido, el Nodo CIV-VAL es un gran aporte al tomar las inquietudes y problemáticas de cada una de las localidades para prospectar soluciones a través de su hoja de ruta”.
Por último, Franco Marín, encargado de Ciencia Abierta y del Festival de la Ciencia del Par Explora Coquimbo, se refirió a la importancia de educar e involucrar a la comunidad en estos procesos: “Es relevante acercar estas materias a la gente, ya que siempre existirá una necesidad por adquirir conocimientos y muchas veces carecemos de instancias adecuadas. Por ello, es muy valorable el trabajo que está haciendo el Nodo CIV-VAL al identificar a los distintos actores y generar estas mesas de diálogos abiertas, donde podemos reflexionar en torno a estos desafíos”, finalizó.
Cabe recordar, que el Nodo CIV-VAL se encuentra trabajando en la realización participativa de una hoja de ruta, que busca co-definir una estrategia que oriente, a través de iniciativas piloto, a fortalecer y acelerar el impacto territorial de la ciencia, la tecnología, el conocimiento y la innovación en la Macrozona Centro.
El organismo autónomo busca asesorar a la Presidencia por medio de una Estrategia Nacional de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación para el Desarrollo, marco para las políticas públicas en estas materias.
Carlos Olavarría, biólogo marino, especialista en mamíferos marinos y director ejecutivo del Centro Científico CEAZA fue nombrado miembro del Consejo Asesor Presidencial de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación (CTCI).
En el Palacio de la Moneda, se reunieron los 14 nuevos consejeros del Consejo Asesor Presidencial de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación (CTCI), entre los que se encuentra el Dr. Carlos Olavarría, director ejecutivo del CEAZA, quien fue designado consejero por 4 años.
El organismo autónomo busca asesorar a la Presidencia por medio de una Estrategia Nacional de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación para el Desarrollo, marco para las políticas públicas en estas materias.
“El Consejo tiene varios mandatos y que están establecidos por ley. La primera tarea que tenemos es que en mayo del 2022 vamos a tener la primera Estrategia Nacional de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación. Nos avocaremos fuertemente en los próximos meses en elaborar esta estrategia que es a largo plazo y que va mucho más allá de un programa de gobierno”, detalla Carlos Olavarría.
“Asesoraremos directamente a Presidencia , el trabajo estará enfocado en el pensamiento estratégico y creativo, para adelantarnos a las necesidades de ciencia y tecnología del país en el mediano y largo plazo. Estamos apostando a que el país que queremos se haga con base tecnológica y conocimiento científico, y que esta estrategia ayude en ese sentido”, agrega.
Integrantes
El Consejo Nacional de Innovación para el Desarrollo está compuesto por su presidente o presidenta y por catorce consejeros y consejeras designados por el Presidente de la República y por el Ministro o Ministra de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación. Cuenta con un alto nivel de representatividad de regiones y equilibrio de género, además de la diversidad de disciplinas, enfoques y competencias entre las que se encuentran disciplinas del mundo de la ciencia, educación y sectores productivos.
En la reunión participaron los nuevos consejeros Verónica Cabezas, Isabel Behncke, Alexis Kalergis, Andrés Antivil, Carlos Olavarría, Klaus Schmidt-Hebbel, Flavia Morello, Rosario Navarro, Juan Carlos De la Llera, Loreto Bravo, Claudio Seebach, Guillermo Chong y Andrea Rodríguez, junto al presidente del CTCI, Álvaro Fischer; la directora ejecutiva del CTCI, Katherine Villaroel, Andrés Couve, Ministro de Ciencia, encabezados por Presidente de la República, Sebastián Piñera.
Origen del Consejo
Nace en 2005 como Consejo Nacional de Innovación para la Competitividad, siendo desde su origen un espacio autónomo, de reflexión y de articulación de actores. A partir de 2014, amplía su mirada y cambia su nombre a Consejo Nacional de Innovación para el Desarrollo (CNID), pasando de un prisma enfocado en la competitividad, a uno que entiende el desarrollo como un fenómeno que debe integrar diversas dimensiones, siendo sostenible e inclusivo.
Hoy, se ratifica y proyecta su quehacer como parte de la nueva institucionalidad de ciencia, tecnología, conocimiento e innovación (CTCI) que establece la Ley 21.105, relevando la importancia de contar con una instancia autónoma que asesore a la más alta autoridad del país, aportando una mirada estratégica y de largo plazo, respecto de como multiplicar la contribución de la CTCI a un desarrollo integral y sustentable.
Durante una jornada presencial en La Serena, los participantes tuvieron la oportunidad de trabajar en la hoja de ruta, evaluar propuestas, definir futuras acciones y avanzar en la estrategia de articulación, que permitirá impulsar el impacto territorial de la CTCi en la Macrozona Centro.
Con la participación de representantes de las ocho instituciones que ejecutan el Nodo CIV-VAL —PUCV, UCN, ULS, UV, USM, CEAZA, CREAS y CINV— el pasado martes 23 de noviembre se llevó a cabo una jornada de trabajo presencial en La Serena, que tuvo como objetivo validar el plan de implementación de la hoja de ruta correspondiente a la etapa II de esta iniciativa, que es financiada por la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo de Chile (ANID).
Durante la actividad, desarrollada en el salón Incahuasi del Hotel Club La Serena, los participantes tuvieron la oportunidad de trabajar y evaluar propuestas, definir futuras acciones y avanzar en la estrategia de articulación, que permitirá impulsar el impacto territorial de la CTCi en la Macrozona Centro.
En ese sentido, Etienne Choupay, director del Nodo CIV-VAL y director de Incubación y Negocios de la PUCV, explica que “es importante avanzar de manera colaborativa, motivando estas instancias de presencialidad, para poder posicionar la ciencia, la tecnología, el conocimiento y la innovación en las regiones y la Macrozona. Por lo mismo, en esta ocasión la invitación es a pensar cómo podemos transitar, desde la academia y los centros de investigación, hacia la ciudadanía y el sector productivo privado”.
Por su parte, Vilbett Briones, directora alterna del Nodo CIV-VAL y directora de la Escuela de Ingeniería en Alimentos de la ULS, destaca la realización de “diálogos participativos y vinculantes entre los distintos actores del ecosistema de CTCi, priorizando las necesidades científico-tecnológicas para entregar oportunidades reales de desarrollo en la Macrozona Centro”.
Reunión con autoridades
Posteriormente, el equipo también tuvo la oportunidad de reunirse con autoridades de la Universidad de La Serena (ULS), la Universidad Católica del Norte (UCN) y el Centro de Estudios Avanzados en Zonas Áridas (CEAZA), quienes hicieron hincapié en la necesidad de la vinculación con empresas y emprendimientos de base científica y tecnológica, además de la importancia de hacer partícipe a la ciudadanía en estos procesos.
En ese sentido, el Dr. Wolfgang Stotz, secretario de Investigación de Sede de la UCN, hizo hincapié en la importancia de “fortalecer la comunicación entre los diferentes actores. Suele suceder que la academia no conoce las necesidades que surgen desde el sector privado y, por otro lado, las empresas no tienen conocimiento de que la ciencia puede ayudarlos a resolver sus problemas”.
Por su parte, el Dr. Eduardo Notte, vicerrector de Investigación y Postgrado de la ULS, explicó que “dentro de los futuros desafíos de esta hoja de ruta, es fundamental potenciar la vinculación con el sector privado, ya que actualmente esa es una gran debilidad que tenemos como país. En esa línea, es valorable que una entidad como esta se preocupe de comenzar a generar vínculos para que las empresas comprendan que la ciencia puede ser muy útil para sus propósitos”.
Finalmente, Claudio Vásquez, gerente corporativo de CEAZA, aseguró que “cuando hablamos de alimentos, recursos hídricos y biodiversidad, nos estamos refiriendo a temas muy relevantes para todos los sectores, por lo que es necesario hacer una bajada hacia áreas específicas que estén relacionadas, como el trabajo gremial y los sectores productivos”.
Sobre el Nodo CIV-VAL
Cabe recordar, que el Nodo CIV-VAL es una iniciativa financiada por la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo de Chile (ANID), en el marco del Programa “Nodos para la Aceleración de Impacto Territorial de la Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación”.
Está conformado por las siguientes ocho instituciones de las regiones de Valparaíso y Coquimbo: Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), Universidad de Valparaíso (UV), Universidad Técnica Federico Santa María (UTFSM), Universidad de La Serena (ULS), Centro Interdisciplinario de Neurociencia de Valparaíso (CINV), Centro de Estudios Avanzados en Zonas Áridas (CEAZA) y Centro Regional de Estudios en Alimentos Saludables (CREAS).
La experta, quien es investigadora del Centro Interdisciplinario de Neurociencia De Valparaíso (CINV) y académica de la Escuela de Química y Farmacia de la UV, se ha especializado en el estudio de dicha patología, que afecta principalmente a la musculatura esquelética. En el futuro, su investigación serviría para encontrar nuevos fármacos que contribuyan a retrasar sus síntomas.
Publicado en Pagina V
Muchas enfermedades neuromusculares tienen una base genética, es decir, son causadas por mutaciones en proteínas que son importantes para la función de los músculos que controlan el movimiento voluntario. La Dra. Arlek González Jamett, investigadora del Centro Interdisciplinario De Neurociencia De Valparaíso (CINV), y académica de la Escuela de Química y Farmacia de la Universidad de Valparaíso (UV), se ha dedicado desde hace años a estudiar una en particular. Se trata de la miopatía centronuclear (MCN), una enfermedad “rara” y heredada (con baja prevalencia en la población, 1 por cada 25 mil nacidos vivos para las miopatías hereditarias).
La Dra. en Neurociencia estudia nuevas dianas terapéuticas para ayudar a retrasar los signos clínicos de este mal, y en el futuro, tratarla con nuevos medicamentos. “Demostramos en modelos pre-clínicos de la MCN que la actina, un componente principal del citoesqueleto de las células musculares, está muy afectada y queremos ver la opción de intervenir y promover el remodelamiento de dicha estructura con potencial terapéutico”, señala. La Dra. ha comenzado a tratar células musculares aisladas de modelos animales de la MCN con fármacos que potencian el remodelamiento de actina.
Además, asegura que prontamente tratarán a estos animales con la misma farmacología para analizar si se puede retrasar la aparición de la enfermedad y sus signos clínicos. “Podría ser un estudio muy prometedor en la búsqueda de medicamentos que disminuyan los síntomas de una patología que inevitablemente se va a manifestar en los pacientes susceptibles”, declara. Cabe destacar que, en principio, la MCN solo afecta la musculatura esquelética, siendo también progresiva, pero con distintos grados de severidad. “En algunos pacientes se manifiesta suavemente, más que nada con dolor, debilidad muscular y atrofia leve, en cambio en otros, es más agresiva”, señala.
Los grados de gravedad están directamente relacionados con la etapa de la vida en que se manifiestan las señales clínicas. Mientras más temprano, por lo general es más serio, “y puede llegar a ser mortal en el caso de pequeñitos, en que se afectan también las musculaturas respiratorias y cardíacas.”, agrega. En la MCN se altera principalmente la musculatura esquelética distal (brazos y piernas), músculos faciales y oculares. También, comenta, se da mucho el “pie cavo”, una deformación que complica a los pacientes desde pequeños, porque retrasa todos los hitos motores asociados a aprender a caminar, gatear, etc.
Sumado a este estudio, la científica sigue otra línea de investigación que busca entender los mecanismos que causan defectos cognitivos en pacientes con MCN. “La mayoría de los pacientes con MCN presentan en su niñez defectos del aprendizaje que hasta la fecha no han sido explicados. Los resultados de este estudio, que han sido parte de las Tesis de mis estudiantes del Magíster en Neurociencia y de Tecnología Médica de la UV, sugieren cambios morfológicos y funcionales en las neuronas de un modelo animal de MCN”, explica la experta.
En una línea más reciente, la Dra. Gonzalez-Jamett se encuentra colaborando con un fonoaudiólogo y estudiante del Magíster en Ciencias Médicas de la UV, en relación a la musculatura facial oral, puesto que hay pacientes con MCN donde está comprometida la succión y músculos masticatorios, pero los mecanismos causantes no son conocidos. “Él está bastante interesado por su rol en clínica, en llegar a entender los defectos orofaciales en pacientes con MCN.”, cuenta.
Edición genética y Dinamina 2
En general, en los últimos 10 años, los avances en torno a la MCN han sido en etapas preclínicas, al igual que en los estudios de la Dra. González. Y respecto al progreso a nivel mundial, la investigadora expresa que a fines de 2020 “se publicó un trabajo bien interesante donde se utiliza terapia génica para combatir directamente la causa genética de la patología, es decir, las mutaciones en proteínas clave para la función de los músculos afectados”. Y añade que es algo esperanzador, porque en los modelos in vitro y en animales, la edición génica tiene efectos positivos en el corto plazo, “pero todavía está en pañales. Saltar desde la preclínica a los pacientes supone un trabajo largo”, declara.
Hasta ahora lo que también se ha hecho, expresa la científica, es un knock-down, que se refiere a bajar la expresión de una proteína afectada usando una molécula que se denomina RNA interferente. “Básicamente esta molécula obstaculiza la maquinaria que permite que esa proteína defectuosa se produzca, entonces se genera, pero en cantidades significativamente menores. En este sentido, González-Jamett resalta que la causa más probable de MCN son mutaciones en una proteína muy relevante y que se manifiesta en todos los tejidos: la Dinamina-2. Cuando en el contexto de la MCN dinamina-2 funciona mal, provoca defectos importantes en la estructura y función de los músculos.
La investigadora destaca que en animales, se ha intentado realizar un knock out para esa proteína, es decir, que no la tenga, “pero si la sacamos del genoma haciendo edición, los modelos no son viables, se mueren in utero, en estados embrionarios. Es una proteína muy relevante para la función celular y de distintos tejidos, muscular, nervioso y otros”, especifica González. Y hasta ahora, declara, no se ha podido eliminar por completo como estrategia para tratar o entender alguna condición.
También explica que hay métodos genéticos como el knock-in, donde, en vez de sacar un gen, se introduce uno distinto, que no está normalmente siendo expresado en ese sistema. Se dirige a algún tejido específico, no al sistema completo. “Eso eventualmente podría funcionar, pero en el caso particular de la MCN causada por mutación en Dinamina-2, estas mutaciones son “dominante- negativas”, así es que aunque introduzcas mil copias de la proteína funcionando perfecto, la que está mutada la “obliga a funcionar mal”. La proteína mutada al mezclarse con las que están funcionando bien, termina alterando todo”, indica. Por lo tanto, la solución no es introducir dinamina-2 silvestre en el organismo, sino bajar lo más posible la expresión de la mutada.
La progresión de las patologías hereditarias
En la mayoría de las miopatías hereditarias, la progresión de la enfermedad es continua, es decir, nunca acaba y los pacientes se van deteriorando cada vez más con el paso de los años. “Las personas tienen signos semejantes que tienen que ver con el poco tono muscular. Normalmente se manifiestan los síntomas en la primera veintena de vida, y a esa edad ya los ves con una atrofia avanzada y una musculatura esquelética tremendamente comprometida”, indica González. Según comenta, podemos estar de pie gracias al tono muscular que nos proporciona el poder de contracción. “En quienes tienen alguna miopatía hereditaria, uno de los signos transversales es la pérdida de tono muscular. Entonces, ya tienen una musculatura más laxa, menos fuerte. Por ejemplo, en bebés cuando se da de forma muy temprana, se les llama floppy babies (bebés flojitos)”, señala.
Según explica la Dra. González la causa por la cual este tipo de patologías siempre progresan, es aún motivo de debate, y ya es raro que no en todos se presente a la misma edad. “A veces dos pacientes tienen la misma mutación en un mismo gen, y a uno lo ves a los 20 años haciendo ejercicio y el otro está casi postrado”, comenta. Y añade que hay mucho asociado también a procesos epi-genéticos a los que está expuesto el paciente. “Son factores que no tienen que ver con la herencia genética, sino en cómo el ambiente afecta esa herencia: cómo te alimentas, los medicamentos a los que has estado expuesto a lo largo de tu vida, contaminantes, etc”.
El principal problema es que no existe tratamiento para frenar su avance. Si hay para disminuir la sintomatología, pero ninguno la detiene, y a los 40-45 años un porcentaje importante de los pacientes con miopatías hereditarias como la MCN están casi en silla de ruedas, según explica la experta. “En esta etapa están bastante imposibilitados de moverse sobre todo en relación a su musculatura esquelética distal, piernas más que nada. Es muy invalidante, ya que les dificulta el desplazamiento voluntario. Y cuándo la afección está muy avanzada puede llegar a comprometer la musculatura respiratoria, lo que afecta la posibilidad de que tengan una vida longeva y de mejor calidad”, dice González.
¿Se pueden prevenir?
Las enfermedades musculares hereditarias no se pueden prevenir, al menos por el momento. “Es un mal heredado. Sin embargo, hay algunos casos donde la mutación es espontánea, o de novo, donde nunca antes existió en su familia y es la primera generación. Pero lo habitual es que se transmita desde papás, abuelos, tíos”, comenta. La causa genética está ahí, explica la Dra. González. ”Quizás algún día, en algunos años más, la tecnología nos permita hacer las ediciones genéticas correspondientes, para que cuando en un paciente se encuentren mutaciones causantes de estas enfermedades éstas puedan eliminarse o “silenciarse” tempranamente evitando que la patología a la que está ligada esa mutación ocurra”, expresa.
La actividad tuvo como objetivo visibilizar mujeres en campos tradicionalmente masculinos e incentivar su participación en el mundo de la minería, las ciencias y el área empresarial.
Con la participación de destacadas científicas y académicas pertenecientes a la Universidad Católica del Norte (UCN), el pasado miércoles 10 de noviembre se realizó una actividad virtual denominada “Jóvenes a la conquista de la igualdad”, en la que estudiantes de enseñanza media de colegios y liceos de la región de Coquimbo fueron invitadas a dialogar con investigadoras, mineras, empresarias y jóvenes lideresas para romper las brechas de género en estas áreas.
La actividad, que fue organizada por la SEREMI de la Mujer y Equidad de Género y promovida por la Dirección y Secretaría de Género de la UCN, y la Secretaria Ministerial de Educación (SECREDUC), tuvo como objetivo visibilizar mujeres en campos tradicionalmente masculinos e incentivar su participación en el mundo de la minería, las ciencias y el área empresarial.
En esa línea, fue organizado un bloque de “Mujeres y Ciencia”, donde participaron académicas y científicas como Elisabeth Von Brand, directora del Departamento de Biología Marina de la UCN y coordinadora del eje de Liderazgo y Participación Femenina del Consorcio Science Up, quien se refirió a los desafíos laborales y la importancia de disminuir las brechas de género, así como a su cargo de presidenta del Comité de Ética Científica, sede Coquimbo.
Del mismo modo, también participaron otras reconocidas científicas de la UCN, como María de los Ángeles Gallardo de la Facultad de Ciencias del Mar, Sandra Fuentes del Departamento de Química y Farmacia, y Claudia Cárcamo del Departamento de Biología Marina, entre otras representantes.
De esta manera, se generó un ambiente de conversación, en el que las participantes tuvieron la oportunidad de relatar sus experiencias desde la elección de carreras científicas y desarrollo laboral, a modo de motivar a las jóvenes asistentes a seguir sus sueños y romper la brecha de género en carreras STEM.
Las propuestas pueden ser presentadas hasta el 3 de diciembre de 2021.
La Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV) y Auckland University of Technology (AUT), invitan a los/las académicos/as y a sus estudiantes a participar de la tercera convocatoria para desarrollar Proyectos Conjuntos de Investigación y/o Innovación y Desarrollo, en el marco del Programa de investigación e innovación internacional colaborativo interuniversidades: “CIIRID: IDEA”.
En este contexto, la visión compartida de ambas universidades, respecto de asumir de manera colaborativa los desafíos comunes para educar a los futuros ciudadanos en una era de rápidos cambios sociales, ambientales y tecnológicos, ha sido la principal motivación para generar proyectos colaborativos de perfil de I + I + D, con potencial de ser financiados con fondos externos, incorporando académicos y estudiantes de ambas instituciones.
Principales detalles de la convocatoria:
Los académicos elaborarán una idea innovadora de investigación y/o desarrollo, para ser formulada con estudiantes de PUCV y AUT. Los estudiantes serán seleccionados y supervisados por académicos para implementar las etapas iniciales de la investigación, bajo un marco de aprendizaje colaborativo internacional (COIL).
Los resultados esperados incluyen:
iii) planificar actividades para posibles fondos externos provenientes de Chile, Nueva Zelanda u otras fuentes de financiamiento internacionales.
Recursos
Cada proyecto puede solicitar un máximo de CLP $ 3.000.000 (tres millones de pesos chilenos) equivalente a NZ $ 6.000.
Los recursos sólo se pueden asignar como:
– Beca para los estudiantes con un máximo de CLP $ 500.000 por alumno, equivalente a NZ $ 1.000.
– Materiales y consumibles, con un máximo de $ 1.000.000 por proyecto (equivalente a NZ $ 2.000)
***Un mayor desarrollo del proyecto podría ser a través de subvenciones externas, subvenciones de cada institución, o a través de ‘CIIRID Continuity’ (instrumento diseñado para proyectos de arranque generados a partir de concursos anteriores)
Plazos:
Difusión: octubre-noviembre de 2021
Expresión de interés: Hasta 19 de noviembre de 2021
Preguntas y respuestas (rmestre@aut.ac.nz / di@pucv.cl): Hasta 26 de noviembre de 2021
Fecha máxima envío de propuestas: 3 de diciembre de 2021
Resultados: 15 de diciembre de 2021
Inicio de proyecto: 3 de mayo de 2022
Periodo de ejecución: 1 – 3 meses dependiendo de cada caso
A continuación, adjuntamos detalles de la tercera convocatoria PUCV-AUT: VER AQUÍ
En dos jornadas, los participantes trabajaron en grupo para identificar intereses y colaboraciones en Ciencia de Datos, que ayuden a enfrentar los desafíos territoriales relacionados a las áreas prioritarias del Nodo CIV-VAL.
Con el objetivo de abordar de manera exploratoria la situación actual de la Ciencia de Datos en las regiones de Valparaíso y Coquimbo, el Nodo CIV-VAL llevó a cabo dos jornadas de trabajo virtuales, que contaron con la participación de actores clave del ecosistema de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación (CTCi) de la Macrozona Centro.
“Durante el proceso de priorización de áreas del Nodo CIV-VAL —donde fueron relevadas Alimentos, Biodiversidad y Recursos Hídricos—, se concluyó que la Ciencia de Datos es una disciplina transversal, que puede aportar, a través de su aplicación en cada una de estas áreas, como un valioso instrumento para la aceleración del impacto territorial de la CTCi en la Macrozona”, explicó Marcelo Olivares, director alterno del Instituto de Políticas Públicas de la Universidad Católica del Norte (UCN), sede Coquimbo.
En esa línea, durante la primera jornada, los participantes tuvieron la oportunidad de trabajar en equipos para identificar intereses y posibles iniciativas de colaboración en materia de Ciencia de Datos, para así, posteriormente, incorporarlas a la hoja de ruta del Nodo CIV-VAL.
Por su parte, en la segunda jornada se identificó, de manera conjunta, qué iniciativas de articulación entre instituciones que realizan Ciencia de Datos podrían desarrollarse para enfrentar desafíos en las áreas prioritarias.
De forma previa, el Nodo CIV-VAL también realizó una consulta masiva, que permitió generar un diagnóstico preliminar respecto del estado de la Ciencia de Datos en el territorio, además de conocer los posibles aportes de esta disciplina para los desafíos territoriales relacionados a Recursos Hídricos, Biodiversidad y Alimentos, según lo identificado en instancias previas realizadas por el Nodo en las regiones de Coquimbo y Valparaíso.
Cabe recordar que la iniciativa “Articulación y consolidación del Nodo ‘CIV-VAL’ para la aceleración del impacto territorial de la CTCi en la Macrozona Centro” es financiada por la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID) y ejecutada por ocho instituciones de las regiones de Valparaíso y Coquimbo (PUCV, UV, UTFSM, ULS, UCN, CINV, CEAZA, CREAS), quienes se encuentran trabajando colaborativamente para identificar las brechas que han limitado el desarrollo científico en el territorio para implementar acciones piloto que las aborden.
El instrumento busca definir una estrategia que entregue orientación para fortalecer el impacto territorial de la CTCi en las regiones de Valparaíso y Coquimbo.
En una nueva sesión del Comité de Coordinación Macrozonal (CCM), en la que participaron representantes de la academia y el sector público y privado de las regiones de Valparaíso y Coquimbo, el Nodo CIV-VAL presentó los avances realizados durante el último período, así como los resultados obtenidos en los talleres de áreas prioritarias.
Del mismo modo, también fue presentada una primera propuesta de hoja de ruta, a modo de obtener comentarios y validación por parte de los miembros del CCM. Cabe mencionar que se trata de un instrumento que se está co-construyendo de manera participativa y que busca definir una estrategia que entregue orientación, a través de iniciativas piloto, para fortalecer el impacto territorial de la Ciencia, la Tecnología, el Conocimiento y la Innovación (CTCi) en la Macrozona Centro.
En ese sentido, el director del Nodo CIV-VAL y director de Incubación y Negocios de la PUCV, Etienne Choupay, destacó que “esta hoja de ruta se está co-construyendo de manera dinámica entre las ocho instituciones que ejecutan el Nodo, junto al trabajo asociativo de hombres y mujeres, académicos y representantes del sector público, privado y la sociedad, quienes han participado en talleres y mesas temáticas para identificar capacidades, brechas y co-definir desafíos”.
Por su parte, Marcelo Olivares, director alterno del Instituto de Políticas Públicas de la UCN, explicó que, a través de esta hoja de ruta, “se han priorizado los desafíos territoriales y de articulación entre los distintos actores, especialmente en torno a las disciplinas que fueron relevadas: alimentos, biodiversidad y recursos hídricos. Esto también nos va a permitir levantar líneas de acción e ideas piloto para realizar durante el próximo año”.
Asimismo, durante la actividad también se hizo un reporte respecto a los avances del primer taller de Ciencia de Datos, una disciplina que se está abordando de manera exploratoria a nivel transversal para complementar el trabajo de las áreas prioritarias.
Finalmente, los miembros del CCM también tuvieron la oportunidad de reflexionar respecto a distintas temáticas, como la vinculación entre la academia y el sector productivo/privado, la disminución de la brecha de género en I +D, y cómo potenciar la macrozona como un sector atractivo para el desarrollo y la inversión en CTCi.
Sobre el Nodo CIV-VAL
El Nodo CIV-VAL es una iniciativa financiada por la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo de Chile (ANID), en el marco del Programa “Nodos para la Aceleración de Impacto Territorial de la Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación”.
Está conformado por las siguientes ocho instituciones de las regiones de Valparaíso y Coquimbo: Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), Universidad de Valparaíso (UV), Universidad Técnica Federico Santa María (UTFSM), Universidad de La Serena (ULS), Centro Interdisciplinario de Neurociencia de Valparaíso (CINV), Centro de Estudios Avanzados en Zonas Áridas (CEAZA) y Centro Regional de Estudios en Alimentos Saludables (CREAS).
El Centro Regional de Estudios en Alimentos Saludables (CREAS) se encuentra desarrollando estudios para entregar valor y funcionalidad de los descartes de nueces en la agroindustria de Valparaíso, que puedan ser utilizados a nivel nacional.
Por CREAS
La descomposición de frutas y hortalizas es una gran problemática a nivel mundial, tanto durante el cultivo como en la poscosecha. Desde el huerto hasta el almacenaje y transporte hacia los países de destino, la agroindustria se ve afectada por altos porcentajes de pérdidas debido a la pudrición y descarte de los alimentos, por lo que la búsqueda de estrategias para el manejo de enfermedades de poscosecha es de vital necesidad para poder entregar productos hortofrutícolas de calidad al consumidor final.
Para controlar este fenómeno, habitualmente se emplean fungicidas sintéticos productos de síntesis química, como fungicidas y bactericidas, entre otros. Sin embargo, la tendencia mundial de exigir alimentos más inocuos y de óptima calidad ha desembocado en la disminución del empleo de este tipo de sustancias, siendo reemplazadas por productos de obtención y aplicación más amigables con la salud de los consumidores y también el medioambiente.
Es en este contexto que los extractos vegetales han atraído el interés científico, debido a su reputación como agentes antimicrobianos, su importante contenido de moléculas bioactivas y su potencial efecto controlador del crecimiento de hongos.
El proyecto R19F10013, titulado “Valorización de descartes ricos en antioxidantes provenientes del packing de nueces”, financiado por el Programa Regional de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo del Gobierno de Chile (ANID) y ejecutado por el Centro Regional de Estudios en Alimentos Saludables (CREAS), pretende aportar de forma concreta a la solución de esta problemática, a través de la recuperación de los compuestos bioactivos presentes en los descartes del procesamiento de la nuez, además de la validación de su aplicación.
Esta iniciativa, liderada por la Dra. Carmen Soto y Dra. Lida Fuentes, investigadoras titulares de CREAS, apunta a evaluar la factibilidad técnica y las regulaciones necesarias para poder utilizar estos descartes en el control de enfermedades fúngicas de poscosecha de frutas y hortalizas, obteniendo un extracto que contenga moléculas bioactivas y compuestos fenólicos, que puedan ser utilizados en la industria alimentaria.
De acuerdo a la Dra. Carmen Soto, el estudio consta de dos partes: una con resultados transferibles a las instituciones asociadas al proyecto y otra patentable. Los primeros resultados de caracterización y estabilización de las materias primas “serán transferidos gratuitamente a agricultores productores de nueces, provenientes de 15 comunas de la región de Valparaíso, quienes podrán implementar en sus huertos alternativas de economía circular ”. Asimismo, se colaborará con empresas exportadoras agroindustriales de la región de Valparaíso que se encuentren interesadas en aplicar los resultados generados en este estudio.
A la fecha, el proyecto se encuentra realizando ensayos de estabilización y evaluación del tiempo de vida útil del extracto, además de su efecto sobre hongos que atacan árboles frutales. Según la Dra. Lida Fuentes, actualmente el equipo de trabajo está evaluando “la aplicación de este extracto sobre el crecimiento en hongos, para luego ver su efecto durante el almacenamiento de frutales”.
Finalmente, es importante destacar la vinculación que CREAS ha realizado con importantes entidades relacionadas a la industria agrícola regional y nacional, como Fedefruta, ProChile, ACHIPIA, INDAP y la Asociación de Agricultores de Quillota y Marga Marga, quienes han participado en seminarios y mesas de trabajo relacionadas al proyecto en ejecución, para conocer en profundidad la iniciativa y coordinar de manera colaborativa actividades de difusión y transferencia tecnológica de los resultados obtenidos.
Ciencia abierta, conocimiento como bien público y acceso abierto a datos e información científica, son conceptos que poco a poco se han instalado entre investigadores y universidades. Esto se refleja en el creciente interés de que la ciencia impacte positivamente en el bienestar de todos y todas, y que el conocimiento que se genere a través de fondos públicos llegue a la mayor cantidad de personas.
Avanzar en esta lógica es un desafío en que ya se han embarcado otros países y que trasciende al mundo científico, incorporando también museos, bibliotecas, creaciones culturales, entre otros.
Chile no está ajeno a este movimiento, es por ello y como parte de la semana del Acceso Abierto a nivel mundial, queremos invitarlos a participar, este martes 26 y miércoles 27 de octubre, del seminario “CONOCIMIENTO ABIERTO”, donde expertos nacionales y extranjeros expondrán sobre las oportunidades y desafíos del acceso abierto al conocimiento científico y su implementación.
Además, durante el evento, se realizará un taller de “Gestión de Datos Científicos para Ciencia y Acceso Abierto”, liderado por la experta en análisis de datos, Heather Andrews.
Les invitamos a participar de esta actividad y sumarse a esta nueva forma de colaborar, para que, desde nuestro rol, aportemos al desarrollo de nuestro país.
Para revisar el programa del seminario y del Taller, en el siguiente LINK.
Inscripciones en el siguiente LINK