Quienes participaron de estas instancias destacaron la importancia de la colaboración para alinear estrategias y potenciar el ecosistema CTCI en la zona.

Durante la semana del 18 al 21 de marzo el equipo del Nodo CIV-VAL realizó una serie de reuniones estratégicas en la Región de Coquimbo con el objetivo de conocer los lineamientos de instituciones de la zona como lo es INIA Intihuasi y el Laboratorio Natural Océano Centro Norte, instrumento financiado por la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID).

En el caso del INIA Intihuasi, nexo que hemos ido fortaleciendo durante este 2025, pudimos conocer algunos de sus proyectos de investigación y estrategias para este periodo, pudiendo visualizar sinergias entre las acciones que desarrollará el Nodo CIV-VAL durante su cuarta etapa.

“Comprender en profundidad a los actores clave del ecosistema CTCI, como son INIA y el Laboratorio Natural, en la Región de Coquimbo es esencial para nuestro trabajo. Estas instancias nos permiten conocer de primera mano sus capacidades, desafíos y objetivos, identificando así oportunidades para generar mayor valor desde el Nodo CIV-VAL. Sin duda, estas vinculaciones han sido fundamentales y seguiremos fortaleciendo el trabajo colaborativo durante 2025. comentó Karina Salas, gestora tecnológica del Nodo CIV-VAL”

Por su parte Mario Vélez Jorquera, encargado de gestión de proyectos de INIA Intihuasi afirmó que “para nosotros como INIA, la vinculación es fundamental. O sea, poder sentarnos en una mesa y compartir lo que nosotros como investigadores hacemos y el objetivo del Nodo nos parece una oportunidad tremenda para poder llevar a cabo los desafíos que hoy como región tenemos. Entonces, en ese sentido, es súper importante poder generar estas vinculaciones y poder llevar las cosas concretas en el corto plazo”.

Trabajo colaborativo entre Nodos

El Nodo CIV-VAL y el Nodo Laboratorio Natural Océano Centro Norte son instrumentos financiados por la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID) y ambos tienen como propósito la articulación del ecosistema de CTCI en sus diferentes líneas de acción. Es por esto por lo que es de gran relevancia que generen espacios entre estos instrumentos para poder reflexionar, comentar y planificar acciones en conjunto que contribuyan a las diversas actorías de las regiones de Coquimbo y Valparaíso.

“Como pioneras en el llamado a la articulación para el ecosistema, debemos dar el ejemplo como proyecto, y qué mejor manera que actualizar nuestras agendas, avances de hitos y estrategias, superación de desafíos entre instrumentos Nodos. Si bien Laboratorio Natural y el Nodo Macrozonal persiguen objetivos distintos en base a la CTCI en los territorios de manera descentralizada, ambos somos iniciativas incipientes e innovadoras en el territorio que deben potenciarse mutuamente para su posicionamiento y perfeccionamiento de accionar. Lo anterior sólo es posible desde la transmisión de nuestros aprendizajes obtenidos en la ejecución y despliegue en la implementación. Para esto último no hay una receta mágica para el éxito, sobre todo si se trata de lo novedoso, de manera que la colaboración entre aliados es clave para el avance en el desarrollo de nuestras regiones de la macrozona centro”, aportó Kinga Halmai, coordinadora del Nodo CIV-VAL.

Junto a esto, Marcelo Olivares, director del Nodo Laboratorio Natural Océano Centro Norte y director del Instituto de Políticas Públicas de la Universidad Católica del Norte Sede Coquimbo aportó que “estas reuniones son muy fructíferas porque nos permiten entender los distintos procesos que están llevando a cabo los nodos, planificar en función a las complejidades, a los desafíos de la articulación del ecosistema CTCI y en poder afinar y desarrollar agendas comunes de trabajo entre ambos nodos”.

Reunión de trabajo colaborativo con equipo de Laboratorio Natural Océano Centro Norte:

Reunión con INIA Intihuasi

Durante la jornada se realizaron pitch de presentación de instituciones y trabajo en mesas colaborativas con temáticas de gran relevancia para el futuro de la región. 

Academia, sector productivo, emprendedores, y organismos públicos y privados se dieron cita en el primer Encuentro Líderes CTCI realizado en la Región de Coquimbo y organizado por el Nodo CIV–VAL el pasado viernes 21 de marzo.

Este evento marca el inicio de una serie de actividades diseñadas para identificar desafíos en diversas áreas estratégicas, como Alimentos, Biodiversidad, Recursos Hídricos, Ciencia y Género. A través de un enfoque colaborativo, se busca explorar oportunidades y proponer soluciones desde la Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación (CTCI) para la Región de Coquimbo.

Entre las autoridades regionales que participaron de este encuentro se destacó la participación de: Rodrigo González, Seremi de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación de la Macrozona Centro; Wanda García, profesional de la Unidad de Territorios y Laboratorios Naturales de la Subdirección de Redes, Estrategia y Conocimiento de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID); Andrés Zurita, director de Corporación de Fomento de la Producción; Francisco Velasquez, jefe de la División Fomento e Industria del Gobierno Regional; Manuel Schneider, gerente de la Corporación Regional de Desarrollo Productivo (CRDP). Asimismo se contó con representantes del sector académico, emprendimiento e innovación local y sector productivo. 

Macarena Rosenkranz, directora ejecutiva del Nodo CIV-VAL y directora de Innovación de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso se refirió a este encuentro, aportando que 

“ha sido un exitoso Encuentro de Líderes de CTCI en la Región de Coquimbo, donde han participado activamente autoridades de la región, representantes del sector privado y también de la CTCI. En esta oportunidad tuvimos la posibilidad como Nodo de realizar un despliegue en la región, donde pudimos dar a conocer el trabajo realizado y también las próximas iniciativas que tendrán lugar tanto en las regiones de Coquimbo y Valparaíso, y cómo la articulación de la CTCI favorece a generar conocimiento que impacte en el territorio y que por supuesto sea una contribución al desarrollo económico local y nacional”.

Bajo esta misma línea, el seremi de CTCI, Rodrigo González valoró la instancia, la cual congregó a múltiples actores del ecosistema regional: “Este encuentro, organizado por el Nodo CIV-VAL, permitió poder dimensionar cuál es la capacidad que existe en la Región de Coquimbo en lo que tiene que ver con ciencia, innovación y tecnología. Esta es una región bastante productiva por el nivel de universidades que tiene, de investigación que hace y también de industrias, empresas de base científica y tecnológica que desarrollan su actividad productiva en la región. Es importante destacar que este tipo de encuentros van catalizando un ecosistema que va contribuyendo a buscar mejores soluciones para las personas, para la industria, para todo lo que tiene que ver con el Estado. Así que estamos muy contentos de poder haber participado en este encuentro que congregó a muchas personas y que también discutió sobre los temas contingentes para la región”. 

Ronda de Pitch y mesas colaborativas

Uno de los objetivos principales de este encuentro fue que las diversas actorías del ecosistema de la CTCI de la Región de Coquimbo pudieran compartir, conocer sus lineamientos para este año y fortalecer los lazos. 

Sobre esta premisa es que el encuentro se dividió en dos momentos cruciales: ronda de pitch y mesas colaborativas. Estas presentaciones (pitch) tuvieron como objetivo conocer su quehacer, capacidades y las principales actividades que marcarán su agenda 2025. 

Quienes participaron de esta instancia fueron: Rodrigo Oros, del programa Transforma Hídrico de Coquimbo; Pilar Honorato de Bbac; Wanda García de la Fundación para la Innovación Agraria (FIA); Francisco Velásquez, DIFOI GORE; Javier Julio de ASOINCO; Cristian Peña de la CRDP; Rafael Quezada de Ecovista; Víctor Múñoz del PER Fruticultura Sustentable Coquimbo; Heidi Herrera, del Ines Género de la Universidad de La Serena; Pilar Pérez, representante del Seremi de Medioambiente de la región y Marcelo Olivares, director del Instituto de Políticas Públicas de la Universidad Católica del Norte y director del Laboratorio Natural Océano Centro Norte. 

Para finalizar la jornada se realizó un trabajo en mesas colaborativas, etapa clave para el encuentro. Estas mesas fueron divididas en temáticas relevantes para la región: Alimentos, Biodiversidad, Recursos Hídricos, Ciencia-Género y Desafíos Territoriales en CTCI. 

El objetivo fue identificar y priorizar los desafíos regionales en áreas clave del Nodo generando una dinámica con el propósito de ratificar o descartar desafíos previamente identificados, agregar nuevos desafíos si es necesario y priorizarlos. 

“Esta instancia ha sido muy valiosa para todos los actores que fuimos convocados y que estuvimos presentes, particularmente porque nos sentamos sobre la mesa a no tan sólo mirar un diagnóstico que ya está establecido a través de los distintos documentos regionales, sino que también a soñar y a colaborar con respecto a los desafíos que tiene nuestra linda región” comentó Wanda García, representante regional de FIA.


Por: Equipo de Comunicaciones CEAZA.

Preguntamos a especialistas del Centro Científico CEAZA sobre el pronóstico de precipitaciones para este año 2025, cómo ha cambiado el clima de la zona y cómo se proyecta hacia el futuro, como también, cuál es el rol de la ciencia ante la escasez hídrica.

¿Cuál es la situación hídrica de la Región de Coquimbo?

Claudio Vásquez, gerente corporativo del Centro Científico CEAZA: “A la fecha (marzo 2025), el promedio de agua embalsada respecto a su capacidad total en la provincia de Elqui promedia un 18,6%; en Limarí un 11.3% y en Choapa un 88,2%. Los datos reflejan que la escasez hídrica persiste, a pesar de que la mayoría de las estaciones meteorológicas de CEAZA registraron un superávit de precipitaciones durante el año 2024”

¿Qué pasa con el Fenómeno de El Niño / La Niña?

Cristian Muñoz, modelador estadístico de geociencias del CEAZA: “Actualmente estamos en una fase La Niña, esta fase se ha caracterizado por ser débil. Entonces, ocurre que se está más cerca de una fase Neutra que de una fase La Niña intensa, y como los modelos de pronóstico tienden a consensuar que continuaría el debilitamiento de la fase La Niña, entonces estimamos que lo más probable es que durante el otoño se establezca una vez más una fase Neutra del ciclo ENOS. Recién hacia la primavera podría volver una fase La Niña, o con menor probabilidad una fase El Niño”. 

¿Será un año lluvioso?

Cristian Muñoz, modelador estadístico de geociencias del CEAZA: “El trimestre marzo – abril – mayo da inicio a la temporada lluviosa en la región. Aunque con diferentes niveles de incertidumbre, todos los modelos globales consensuan un inicio de temporada con precipitación bajo el rango normal para la época del año, lo que significa que debiese persistir la condición seca”. 

“Los modelos climáticos indican un invierno seco, pero es necesario realizar un pronóstico con mayor precisión durante el otoño”.

Tomás Caballero, meteorólogo del Centro Científico CEAZA:  “Si bien históricamente se ha asociado en Chile Central una fase El Niño con años lluviosos y una fase La Niña con años secos, durante los últimos años las investigaciones han revelado otros factores que afectan la ocurrencia y la magnitud de la precipitación en la región. Hoy en día, debido al cambio climático y a que disponemos de mayor información climatológica, sabemos que este ciclo puede interactuar con fenómenos de escala menor que dificultan la predictibilidad de sus impactos respecto a décadas anteriores”. 

¿La Región de Coquimbo continuará siendo una zona con escasez hídrica? 

Cristian Orrego, coordinador del área meteorológica del CEAZA:  “Debido a que el cambio climático es un proceso lento, gradual e inminente y que parte de los efectos esperados en la región es la disminución de las precipitaciones se espera que el proceso de desertificación continúe.

Las sequías de corto y largo plazo también se esperan que sigan ocurriendo.Se sugiere acuñar el término “desertificación” de la región de Coquimbo, ya que el concepto sequía no abarca la magnitud, espacialidad y temporalidad de la situación climática que afecta a la región”.

¿Qué es la desertificación?

Cristian Muñoz, modelador estadístico de geociencias del CEAZA: ‘La desertificación es el proceso de degradación del suelo, debido entre otros factores a la prolongada sequía que experimenta la región como uno de los efectos del cambio climático. La desertificación se asocia a un período prolongado en donde la falta de precipitaciones es de tal nivel, que el suelo comienza a perder su calidad para ser cultivable”.

¿Cómo ha cambiado el clima en la Región de Coquimbo en las últimas décadas?

Limbert Torrez, investigador del Centro Científico CEAZA: “La Región de Coquimbo se caracteriza por ser una zona de clima semiárido y ha experimentado cambios significativos en precipitaciones y temperaturas asociadas en parte al cambio climático de origen antropogénico (provocado por el ser humano) en la última década. En este periodo se ha evidenciado una consistente disminución de la precipitación y un incremento de la  temperatura, reflejados en una disminución del caudal de distintas cuencas y la disminución en la precipitación durante el periodo conocido como la mega sequía. 

En términos generales, la disminución de la precipitación está asociada con patrones climáticos de gran escala, incluida la influencia del ENOS (El Niño Oscilación Sur), fuertemente correlacionado con la variabilidad de precipitaciones en la región. Además, el análisis del Índice de Precipitación Estandarizado (IPS) revela una reducción significativa de las precipitaciones en las últimas décadas”.

¿Cómo cambiará el clima en las próximas décadas? ¿Es posible proyectar la tendencia de temperatura y precipitaciones?

Dr. Limbert Torrez, investigador del Centro Científico CEAZA: “Las tendencias históricas muestran una disminución de precipitaciones en general para toda la región, además de un incremento de la temperatura en la regiones de mayor elevación, en contraste con la tendencia al enfriamiento en las regiones costeras. Estas tendencias también se pueden observar en las proyecciones climatológicas a largo plazo, que muestran en la mayoría de los modelos, una marcada disminución de la precipitación para finales de siglo además de un incremento generalizado de la temperatura. 

En el contexto de escasez hídrica y cambio climático ¿Cuál es el rol de un centro científico regional como lo es el CEAZA?

Claudio Vásquez, gerente corporativo del Centro Científico CEAZA: “Durante 21 años, hemos estudiado nuestro territorio desde diversas disciplinas científicas, como la glaciología, la hidrogeología, la meteorología, la climatología y la planificación territorial. Estas investigaciones han sido fundamentales para comprender el proceso de aridización que enfrenta la Región. Sin embargo, más allá de diagnosticar la problemática, es crucial generar soluciones efectivas.

En este contexto, a través de diversos proyectos e iniciativas, hemos apostado por la implementación de tecnologías enfocadas en la eficiencia hídrica. Y a partir de este año 2025, profundizaremos en soluciones que no sólo permitan una mejor gestión del recurso hídrico, sino que también sean resilientes al cambio climático y la creciente aridización

En el Día del Agua, como centro científico queremos decir que la evidencia es clara: nuestros glaciares están en retroceso, los embalses se encuentran en una situación crítica y el desafío hídrico es cada vez mayor. No podemos postergar las acciones necesarias para lograr una gestión eficiente del agua. Es momento de actuar ahora, con estrategias concretas y sustentables”.

En esta jornada además se mostró la propuesta de Hoja de Ruta que marcará el cronograma de actividades durante este 2025. 

Este martes 11 de marzo, en el Centro Integral de Atención al Estudiante de la Universidad de Valparaíso (UV), se desarrolló la sexta reunión de la Red Interdisciplinaria de Ciencias y Culturas de la Región de Valparaíso instancia que congregó a diferentes actorías del ecosistema regional y que tiene como propósito el intercambio de saberes para la investigación y/o desarrollo, junto con la implementación de actividades de difusión orientadas a las comunidades de la región.

En esta ocasión tuvimos la oportunidad de conocer el trabajo del Dr. Ignacio Negrón, investigador del Instituto de Fisiología de la Facultas de Ciencias de la UV, quien expuso sobre el quehacer de su equipo de investigación, mostrando la sinergia que existe entre la ciencia y el arte en el ámbito investigativo.  

“En nuestro laboratorio investigamos las bases neurofisiológicas de las llamadas operaciones cognitivas de alto orden, como lo son el aprendizaje, la implementación de estrategias y la interacción social. Para ello registramos la actividad cerebral de sujetos ejecutando estas tareas cognitivas. Esto nos abre una ventana al interior del cerebro, para tratar de entender cómo el cerebro implementa sus funciones, algo que hasta hoy día es uno de los misterios más profundos. Esto nos deja un sinfín de datos que pueden servir de inspiración o material para desarrollar otras actividades ligadas al arte y la estética. Creo que esta Red nos brinda una excelente oportunidad de, a través de diferentes disciplinas, integrar conocimientos y perspectivas que nos ayuden a crear formas originales de exponer, mostrar y compartir el conocimiento científico con el resto de la gente. Tengo la confianza de que saldrán cosas muy interesantes desde esta Red”, afirmó Ignacio.

Por su parte Priscilla Beltrán, gestora tecnológica del Nodo CIV-VAL y participante de esta red comentó que: “la experiencia ha sido muy enriquecedora, pues hemos visto cómo el trabajo interdisciplinario comienza a tomar forma de manera más integrada y orgánica. Desde el Nodo, hemos acompañado esta iniciativa desde sus inicios, observando cómo nuevas perspectivas se han ido sumando al esfuerzo colectivo. En esta ocasión, tuvimos la oportunidad de conocer el trabajo Ignacio, un campo que desconocía totalmente y que resulta muy interesante, desde su enfoque científico, y cómo se abre a posibilidades de integración con las artes y las culturas, no desconociéndose, sino que coincidiendo en que todo ello va relacionado”. 

Asimismo, Priscilla se refirió a la incorporación de nuevos miembros a esta red, aportando que “esto permite ampliar el espíritu del conocimiento y así, enriquecer el diálogo. Es especialmente motivador ver cómo se está conformando un grupo interdisciplinario con un propósito común, donde las diferentes formaciones y experiencia no solo se respetan, sino que se convierten en la clave para enriquecer el quehacer de la red”. 

Junto a esto, Paula Alfaro, periodista del Centro Avanzado de Ingeniería Eléctrica y Electrónica (AC3E) de la Universidad Técnica Federico Santa María (USM), nueva integrante de esta red comentó que: “Para nosotros es importante reunirnos y dialogar con organizaciones tan diversas que tienen en común el objetivo de acercar su disciplina a la sociedad. Compartir con sus representantes fue muy enriquecedor para inspirarnos, descubrir nuevas estrategias de difusión, potenciar el trabajo colectivo en la ciudad y así generar un cambio cultural que impacte en la percepción que tienen las personas sobre la ciencia y tecnología”.

Los nuevos integrantes a esta red son: Carla Godoy, del Cine Insomnia; Braulio Rojas, académico de la Universidad de Playa Ancha; Valeska Campos, del Departamento de Estudios Humanísticos de la USM; Paula Alfaro y Catalina Roco, del equipo de Comunicaciones del AC3E; Ignacio Nieto, post doctorante UV en la Facultad de Ciencias y académico de la Universidad Finis Terrae. 

Cabe recordar que la red está compuesta por representantes de las siguientes instituciones y organizaciones: Centro de Extensión del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio; el Laboratorio Nanobiomateriales de la USM; la Seremi de Ciencias, Tecnología, Conocimiento e Innovación (CTCI) de la Macrozona Centro; el Museo de Historia Natural de Valparaíso; la Facultad de Artes y la Faculta de Ciencias de la UV; el Departamento de Estudios Humanísticos de la USM; Valparaíso Creativo; Universidad de Playa Ancha (UPLA) y el Nodo CIV-VAL.

Por: Natalia Calderón Martínez, Académica-investigadora, Escuela de Cine y Artes Audiovisuales y Coordinadora de la implementación de la Unidad de Creación Artística de la Universidad de Valparaíso (UV) y miembro de la Red Interdisciplinaria de Ciencias y Culturas (RICC).

En la actualidad, observamos un notable resurgimiento de la conexión entre arte y ciencia, un fenómeno que nos asombra como si fuera la primera vez a la que asistimos a tales relaciones. Sin embargo, esta aparente novedad es, en realidad, un retorno a una relación que ha sido fundamental a lo largo de la historia.

La separación entre arte y ciencia, que alcanzó su apogeo con la modernidad en el siglo XIX, puede considerarse un paréntesis histórico. Más aún, esta división parece ser una construcción artificial, un paradigma que hoy estamos desmantelando. En el contexto chileno, podemos mencionar como ejemplo concreto el anuncio del Mercurio del 04 de octubre de 1904: “Apertura de la exposición fotográfica (…). El distinguido doctor Estanislao Fraga, nos envía algunas extraordinarias vistas radiográficas que tienen una gran importancia artística y un alto nivel científico”. Este anuncio es paradigmático porque se inserta en el contexto histórico de la ciencia experimental, cuyos inicios -mediados del siglo XIX-  marcaron un punto de inflexión al instaurar  precisamente esta separación entre arte-ciencia. Sin embargo, este anuncio da cuenta, de manera concreta, de la porosidad entre las barreras  disciplinarias, reconociendo de manera simultánea y paralela el valor artístico y científico de una radiografía. 

Este quiebre epistemológico aparente reforzado por corrientes positivistas, se desembarca del paradigma naturalista propio a los siglos XVII-XVIII, que concebía la ciencia como una práctica profundamente ligada a la estética. El naturalismo aspiraba a una ciencia integral, donde diversas disciplinas convergieran para comprender un mismo fenómeno. Alexander von Humboldt, por ejemplo, consideraba que la creación de un paisaje requería conocimientos de geología, botánica e incluso de meteorología. La estética surgía así de la profunda comprensión de la naturaleza y, en sentido contrario, el arte resultaba esencial en la  representación de fenómenos naturales en ciencia.

Natalia Calderón

Hoy asistimos a un renovado interés por el naturalismo, como lo demuestra, la biografía de Humboldt escrita por Andrea Wulf, que ha sido considerada un bestseller, o exposiciones en Chile como Trabajos de Campo (2022) en el Centro Cultural La Moneda, donde obras de artistas convivían con imágenes científicas y algunos archivos pertenecientes a Humboldt. Una posible explicación a este fenómeno es la crisis climática que ha evidenciado la necesidad de un enfoque interdisciplinario, donde el arte juega un papel crucial. Por un lado, porque traduce los datos científicos a un lenguaje accesible; por otro, y esto último me parece central, porque el artista es capaz de ver aspectos del problema que la ciencia no logra visualizar o que considera fuera de su campo de acción.

Ahora bien, esta interconexión se vuelve aún más evidente al considerar la relación entre Ciencia y Cultura. Esto se debe a que la ciencia es una manifestación cultural y, por lo tanto, está sujeta a las transformaciones históricas, tecnológicas e incluso a sus diferentes contextos territoriales. 

Bajo este punto, y en un esfuerzo por trascender las barreras tradicionales entre el arte, las ciencias y las culturas, emerge la Red Interdisciplinaria de Ciencias y Culturas (RICC) en la Región de Valparaíso. Esta iniciativa, que reúne a una diversidad de actores regionales, se propone construir un ecosistema colaborativo donde converjan ciencias, artes y culturas. 

La RICC representa un paso fundamental hacia la superación de la dicotomía entre estos campos, promoviendo un diálogo enriquecedor y un trabajo conjunto. Constituida en el 2024, la red proyecta un 2025 dinámico, con encuentros y actividades que explorarán las múltiples dimensiones de las problemáticas locales y territoriales. 

Desde el Nodo destacamos la importancia de esta articulación para fortalecer el ecosistema CTCI y generar impacto en el territorio.

Con el propósito de fortalecer los lazos y conocer sus lineamientos para este 2025, el equipo del Nodo CIV-VAL se reunió con miembros de la División de Fomento e Industria (DIFOI) del Gobierno Regional de la Región de Coquimbo. 

Este encuentro contó con la participación de la directora alterna del Nodo CIV-VAL, Vilbett Briones; coordinadora del Nodo, Kinga Halmai; la gestora tecnológica del Nodo, Karina Salas; Francisco Velásquez, jefe de la DIFOI y Mario Suarez, Encargado Departamento CTCI Gobierno Regional de Coquimbo.

“La reunión que tuvimos con la  DIFOI fue muy importante para el Nodo porque nos permite articular y vincular más que nada. Poder vincular al Nodo con el quehacer de la región y así poder generar acciones concretas para poder impactar definitivamente en esta región que siempre ha estado en desmedro comparado con las otras regiones. La articulación universidad, el servicio público, la industria es muy importante para nosotros como Nodo ya que la ANID nos tiene mandatada poder generar esta articulación, fomentar también el conocimiento, fortalecer también a los consejos del CTCI en la región y por lo tanto para nosotros ha sido enriquecedora y nos vamos muy contentos con esta vinculación y este recibimiento que hemos tenido”, comentó Vilbett Briones.

Por su parte Karina Salas, gestora tecnológica del Nodo, se refirió a estas instancias de articulación con diferentes actorías de la Región de Coquimbo, comentando que: “estas reuniones que hemos tenido con CORFO, CRDP, INIA, CEAZA, también entre otras instituciones de la Región de Coquimbo, y hoy día cerrando además con la División de Fomento e Industria del Gobierno Regional, han sido reuniones para conocer un poco los lineamientos que tiene la región y cada una de estas entidades, y para poder vincularlos con el quehacer del Nodo. Nos hemos encontrado con una muy buena acogida de parte de estas instituciones y también de muchos puntos en común que creemos que podemos sacar en limpio para fortalecer en alianza y en articulación el ecosistema CTCI de la región”. 

Programa busca diversificar productos, optimizar recursos y mitigar gases de efecto invernadero. Entre sus iniciativas, destacan investigaciones en alimentos plant-based e insect-based.

El 4 de marzo se celebra el Día Mundial de la Ingeniería para el Desarrollo Sostenible, establecido por la UNESCO para destacar el impacto de la ingeniería en la sociedad y su papel en el desarrollo sostenible. En este contexto, presentamos TT Green Foods, un programa de transferencia tecnológica liderado por CREAS y coejecutado por Phibrand, Sustrend, Procycla, Plantae Labs y Centro Regional de Investigación e Innovación para la Sostenibilidad de la Agricultura y los Territorios Rurales (CERES), que impulsa soluciones sostenibles en I+D+i para el sector silvoagropecuario y la industria de alimentos procesados.

Con 13 proyectos en fase de prototipo, busca diversificar productos, optimizar recursos y mitigar gases de efecto invernadero. Entre sus iniciativas, destacan investigaciones en alimentos plant-based e insect-based.

Hoy, la gestora tecnológica Roxana Villegas nos cuenta sobre los principales desafíos de estas investigaciones, y cómo estos están orientados a la promoción del desarrollo sostenible.

¿De qué manera estos proyectos pueden contribuir a la reducción de la huella hídrica y de carbono en la producción de alimentos?

Los proyectos que forman parte del portafolio de TT Green Foods contribuyen a reducir a la huella de carbono y la huella hídrica en la producción de alimentos, a través de soluciones tecnológicas y sostenibles utilizando estrategias orientadas a la reducción de pérdidas y desperdicio de alimentos (PDA) desde el origen como por ejemplo, la validación de recubrimientos vegetales para extender la vida útil en cítricos y paltas, reduciendo las pérdidas postcosechas, o bien la optimización de tecnología ya existente para reducir la aplicación de preservantes químicos, como el sorbato de potasio, evitando así el rechazo de ciruelas de exportación en los mercados de destino, o utilizar tecnología para extender la vida útil, evitando procesos indeseables como el sugaring o cristalización de pasas de exportación durante su transporte, lo que genera un rechazo en el lugar de destino o bien la disminución de su precio de venta para que los containers no sean devueltos. 

Otra estrategia es valorizar los residuos agroindustriales, desarrollando ingredientes alternativos que puedan ser utilizados en diferentes matrices alimentarias, o bien, recuperar compuestos bioactivos específicos, transformado residuos hortofrutícolas en ingredientes funcionales. 

También existen otras iniciativas que forman parte del portafolio, orientadas al desarrollo de agentes humectantes de suelo 100% naturales que mejoran la eficiencia en el uso de agua en cultivos y la implementación de consorcios microbianos para la restauración de suelos agrícolas degradados, mejorando la salud del suelo y su capacidad de retener agua. 

Estas prácticas no solo disminuyen el volumen de desechos que van a vertederos, generando gases como el metano, gas de efecto invernadero (GEI) más contaminante que el CO2, sino que también optimiza el uso de recursos naturales, reduciendo la demanda hídrica asociados a la producción primaria.

Roxana Villegas.

¿Cuáles son los principales desafíos que han enfrentado en la investigación y desarrollo de alimentos plant-based e insect-based en Chile?

El programa TTGF también promueve el desarrollo de alimentos de origen vegetal (plant based), actualmente tenemos desarrollado un embutido tipo salchicha con ingredientes de origen nacional, con el cual no buscamos emular a los productos cárnicos, sino que ser una alternativa más saludable, sabrosa y sostenible, además este producto, en comparación a otros embutidos plant based presentes en el mercado nacional, utiliza una menor cantidad de ingredientes, alrededor de 10, en comparación a unos 20 ingredientes utilizados por otras marcas. Sin embargo, a pesar de sus atributos, el mayor desafío está en llegar al mercado, ya que estos productos están pensados en un público objetivo muy acotado (vegetarianos y veganos); además, al tener una gran cantidad de ingredientes, los consumidores los consideran como alimentos ultra procesados y poco saludables, por lo que aún existen desafíos tecnológicos para fortalecer el mercado de alimentos plant-based en Chile, junto con educar e informar a los consumidores sobre los beneficios de los alimento de origen vegetal para fomentar su adopción en la dieta diaria, sin olvidar la adaptación y cumplimiento de normativas locales e internacionales para la comercialización exitosa de estos productos.

En cuanto a los alimentos Insect-based, en CREAS actualmente se están desarrollado productos pensados en la industria petfood (perros y gatos), siendo uno de los objetivos el mejorar las propiedades de las harinas y aceites derivados de insectos, lo que implica desafíos en la adaptación de procesos para garantizar productos de alta calidad y funcionalidad adecuada. 

Una de las principales limitantes a la hora de desarrollar este tipo de productos, es poder desarrollar pruebas a nivel piloto que permitan escalar posteriormente a una escala industrial. En este sentido, CREAS puede llegar a ser un gran aliado al apoyar a esta industria, ya que actualmente cuenta con un extrusor en donde se pueden desarrollar pruebas a baja escala no solo en alimentos petfood sino que también para alimentación humana.

Sin embargo, uno de los principales desafíos es la aceptación por parte del consumidor, en este caso los dueños de las mascotas, ya que se deben superar barreras culturales y de percepción, lo que requiere sensibilizar a la población sobre sus propiedades y beneficios, enfatizando su aporte proteico y considerando que cada vez hay más mascotas con alergias a los productos con ingredientes de origen cárnico, principalmente pollo.

Además, la producción y comercialización de alimentos Insect-based deben alinearse con las normativas locales e internacionales, lo que puede implicar desafíos en términos de cumplimiento y adaptación regulatoria., teniendo en cuenta también los desafíos tecnológicos y de producción en el procesamiento y escalamiento industrial de insectos.     

¿Cuáles son los próximos pasos para TT Green Foods una vez que los prototipos estén listos para su implementación?

Una vez que los prototipos estén listos para su implementación, nuestro gran desafío es lograr que tanto las tecnologías como los productos lleguen al mercado, y por tanto a los consumidores, por lo que el proceso y estrategias de transferencia de estas tecnologías (licenciamiento o venta de la tecnología, por ejemplo) será relevante en esta etapa del proyecto, junto con la negociación y formalización de acuerdos, asegurando, además, que la empresa o entidad receptora pueda adoptar la tecnología brindando el soporte técnico correspondiente y monitorear el desempeño de la tecnología post-transferencia desde CREAS.

Para lograr lo anterior, se está trabajando desde ya en los modelos de negocios de cada uno de los proyectos que forman parte del portafolio, junto con la elaboración de informes de prefactibilidad técnico-económica.     

En este punto es importante mencionar, que dentro del proyecto, se tiene considerada la creación de una Empresa de Base Científica Tecnológica (EBCT), primer spin-off de CREAS, cuyo objetivo será comercializar aquellos productos que no logren ser trasferidos a la industria pero que si tienen potencial de ser comercializados a nivel local, orientado a un público objetivo emprendedor, en un inicio. 

A seis meses de asumido su cargo, te invitamos a conocer más sobre el actual Seremi de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación (CTCI) de nuestra macrozona.

Biólogo Marino de la Universidad de Valparaíso y con amplia experiencia en trabajo territorial, monitoreo ambiental y vinculación con comunidades, Rodrigo González ha desarrollado su labor científica a lo largo de la costa chilena, participando en vigilancia ambiental y líneas base para empresas regionales y nacionales. Además, ha trabajado en asesoría legislativa y ambiental en el Poder Legislativo. Recientemente, se ha desempeñado como especialista en muestreo senior, realizando caracterización de flora, fauna e instrumentación científica en todo Chile.

Hoy en su rol de seremi nos comenta sus principales motivaciones, los desafíos que enfrenta la macrozona y el principal potencial que tienen las regiones de Coquimbo y Valparaíso.

¿Qué lo motivó a dedicarse a la ciencia y cómo cree que su experiencia personal ha influido en su gestión como Seremi?

Para ser sincero, la energía por buscar respuestas, descubrir y explorar nació de una serie animada bien particular, que es de mi época; los “Thornberrys” era una serie animada que daban en capítulos desagregados en la TV pública, recuerdo verla los domingos en esos televisores anchos en todas sus dimensiones, ahí la protagonista “Eliza” podía hablar con los animales, aprender de ellos, su familia viajaba por el mundo documentando los diferentes hábitat y ecosistemas.  Viendo esta serie de “monitos” siempre supe que quería viajar, descubrir nuevos paisajes, navegar, documentar aves, bucear y bueno, eso terminé haciendo mucho tiempo, ya que he dedicado una gran parte de mi vida profesional al trabajo de campo, en terreno, viajando por el país, gestionando, relacionándome con personas y construyendo redes en función de las valiosas experiencias de otras personas, ahí me transformé en una suerte de gestor o más bien un “gestor de problemas”. Acá es cuando creo que esa experiencia es útil en este tipo de responsabilidades. El rol del SEREMI debe ser un articulador de todos estos esfuerzos, con dos objetivos principales, el primero la sinergia de todo el ecosistema y el segundo, evitar la duplicidad de esfuerzos, así cada institución u organismo puede trabajar colectivamente en sinergia para catalizar el trabajo de todas y todos. Una segunda experiencia no menos relevante fueron mis años en el poder legislativo, lo que permitió curtir un área de diálogos y acuerdos, esto puede ser muy beneficioso para el ecosistema CTCI, ya que debemos vincular que lo que hacemos desde la academia, las EBCT y la industria, con los tomadores de decisiones, esto principalmente para poder evidenciar que todo lo que se invierte en I+D+I+E tributa a tomar mejores decisiones y por ende a un país mas justo.

Rodrigo González.

 ¿Cuál es el mayor desafío que ha enfrentado como Seremi de CTCI, y cómo lo ha abordado?  

Yo soy biólogo marino, conozco mi área, creo que la formación recibida desde mi casa de estudio fue muy buena, sin embargo, hoy desde esta posición como SEREMI tengo que dialogar con “todas las ciencias” y lo digo entre comillas por el ecosistema de CTCI es muy diverso. Tenemos por un lado la academia, los investigadores e investigadoras que en sus respectivas áreas vemos dos grandes divisiones, entre la ciencia básica y la aplicada, de ahí podemos entrar en más subdivisiones, entre las ciencias “exactas” y las “humanistas”, que también buscan respuestas al igual que todos, junto con la academia tenemos el mundo privado, empresas de base científico tecnológica, industrias, gremios, que también tienen sus particularidades, divulgadores científicos, las redes de financiamiento, los organismos públicos como ANID, Gobierno Regionales y no solo de una región sino, que de dos. Entonces entendiendo esta diversidad de trabajo, dimensionarlos, hacerlos parte del quehacer cotidiano creo que ha sido un desafío, por ejemplo, mediante mi formación sé algo de análisis multivariado, sin embargo, no al nivel que se utiliza en Astronomía, poder hacer parte esto, para poner a las personas e instituciones de acuerdo, ha sido un desafío significativo.

 ¿Qué áreas del conocimiento o la investigación considera que tienen más potencial de crecimiento en las regiones de Coquimbo y Valparaíso? 

Las regiones de Valparaíso y Coquimbo son dos regiones a la vez muy similares y disímiles ya que presentan particularidades, desafíos y oportunidades que pueden ser abordadas desde diferentes perspectivas. La astronomía, ciencias del mar, salud, educación, energías, inteligencia artificial, minería sustentable, desertificación y educación son áreas que destacan por el nivel de investigadores que tenemos en esta macrozona, por lo que creo son aquellas que deben seguir siendo potenciadas, desde las ciencias básicas y aplicadas.

Si pudiera invitar a cualquier científico/a histórico/a a una conversación, ¿a quién elegiría y por qué?

Siempre puedo decir que conversar con Cousteau o Darwin sería para mi un placer, ya que más que el conocimiento que albergan, me gusta su mirada de ver el mundo con otros ojos, con ojos de abordar e imaginar las posibilidades, sin embargo, creo que no hay que ir muy lejos ni muy en el pasado para buscar científicos y científicas que son de esta macrozona, ahí por mi formación, simplemente me gustaría hablar más con la Dra. Maritza Sepúlveda, gran bióloga con mucha experiencia en sus hombros, y con quien ya hablo, pero nunca está demás hablar más también con el Dr. Carlos Olavarría, director del CEAZA, centro clave en los entendimientos de los ecosistemas y ciencia aplicada. Esto solo por algo de pertinencia, también disfruto conversar con los astrónomos de la Universidad de La Serena, los/las ingenieros de la Universidad Santa María, las y los miembros de Explora en la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, ya que sus visiones del mundo son simplemente geniales.

Por: Dra. Margarita Norambuena, Investigadora Titular del Centro Avanzado de Ingeniería Eléctrica y Electrónica (AC3E) y académica de la Universidad Técnica Federico Santa María (USM).

Cada 11 de febrero celebramos el “Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia” con la convicción de que el conocimiento no tiene género y que el mundo necesita más voces femeninas en los laboratorios, observatorios, universidades y centros de investigación.

A lo largo de mi carrera, como académica e investigadora, he vivido los desafíos y satisfacciones en el campo de la ciencia y la ingeniería eléctrica y electrónica, un área muy hermosa que se nutre de los distintos puntos de vista para ir creciendo y avanzando, y donde las mujeres pueden aportar una nueva mirada, una que tal vez no se ha tenido en años. Toda esta experiencia me permite hoy invitar a aquellas niñas que sueñan con explorar el universo, desentrañar los misterios de la naturaleza o desarrollar la tecnología del futuro: la ciencia es también su lugar.

Dra. Margarita Norambuena.

Históricamente, las mujeres han hecho aportes fundamentales a la ciencia, aunque muchas veces sus nombres hayan sido olvidados o relegados. Desde Marie Curie, la descubridora del radio y el polonio, doble premio Nobel de Física y Química; Ada Lovelace, matemática considerada la primera programadora de la historia; Rosalind Franklin, clave para el descubrimiento de la estructura de ADN; Mary Anning, una paleontóloga cuyo trabajo ayudó a desarrollar la teoría de la evolución; Katherine Johnson, fallecida hace menos de 5 años, matemática de la NASA, sus cálculos de trayectoria fueron cruciales para las misiones Apolo; Tu Youyou, quien actualmente tiene 94 y es la descubridora de la artemisinina, un tratamiento efectivo contra la malaria; hasta las científicas que hoy lideran investigaciones de vanguardia, como Jennifer Doudna y Emmanuelle Charpentier, ambas premio Nobel de Química 2020, todas ellas forman una  línea ininterrumpida de mujeres que transformaron nuestra comprensión del mundo. Es esencial visibilizar estos logros y asegurarnos de que las nuevas generaciones sepan que no están solas, que tienen modelos a seguir y que pueden llegar tan lejos como se lo propongan.

Hoy en día, las cifras nos muestran que aún queda mucho por hacer para lograr una verdadera equidad en el acceso y reconocimiento de las mujeres en la ciencia: en Chile, el 2024 el porcentaje de mujeres en carreras STEM fue de alrededor del 22% y en nuestro desafío de formar capital humano avanzando para el país, seguiremos trabajando para que ese número vaya en ascenso los próximos años

A todas las niñas que aman preguntar el porqué de las cosas, que disfrutan los experimentos en la escuela o que sueñan con descubrir algo nuevo, sigan adelante. La curiosidad es el primer paso hacia la ciencia y cada una tiene el potencial de cambiar el mundo con sus ideas. Olvidémonos de los estereotipos y los obstáculos que otros ponen en el camino. La ciencia necesita mentes diversas y creativas y su presencia nos permitirá avanzar aún más rápido en la obtención de soluciones innovadoras. El conocimiento científico es una herramienta poderosa para abordar los grandes desafíos globales, desde el cambio climático hasta la salud pública y la exploración espacial y cada mente que se sume aporta una nueva perspectiva.

El camino de la ciencia es una aventura fascinante y desafiante a la vez, pero profundamente gratificante. No hay como la emoción de descubrir algo nuevo, solucionar un problema, contribuir al conocimiento humano y encontrar respuestas a preguntas que parecían imposibles. Es repleto de aprendizajes colaboración con otros científicos y científicas, y de impacto real en la sociedad. Cada descubrimiento, por pequeño que parezca, puede abrir puertas a nuevas posibilidades y mejorar la vida de muchas personas. La ciencia cambia el mundo y tú puedes ser parte de ello.

En este día tan especial, invito a las niñas a soñar en grande y a explorar sin miedo. Y a la sociedad la invitación es a apoyarlas, darles referentes, oportunidades y espacios para que desarrollen todo su potencial. El futuro de la ciencia será mejor y más brillante si en él hay más mujeres. Porque cuando las niñas tienen la oportunidad de brillar, iluminan el mundo con su ingenio, su pasión y su determinación.

A través de estos encuentros se busca generar sinergias que potencien la innovación y el conocimiento con una mirada territorial y sostenible.

El Nodo CIV-VAL comenzó este 2025 a toda maquina, organizando y planificando sus próximas acciones en la Región de Coquimbo. Es por esto que se destacan reuniones sostenidas con la Corporación Regional de Desarrollo Productivo Coquimbo (CRDP), Corporación de Fomento de la Producción (CORFO) y con el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA), entre otras. 

El objetivo principal de estas instancias fue acercarnos a dichas instituciones y conocer sus lineamientos para este año. Asimismo presentar las principales líneas de acción del Nodo para su cuarta etapa y dar a conocer nuestra preocupación y disposición para fortalecer aún más el ecosistema de la Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación (CTCI) en la Región de Coquimbo. 

“Como Nodo CIV-VAL tenemos el objetivo de apoyar la aceleración del Ecosistema CTCI en la región de Coquimbo y Valparaíso, especialmente en este momento donde se están formando nuevos espacios para la CTCI. Para lograrlo, consideramos esencial la articulación colaborativa entre los actores regionales y estas reuniones han sido clave para entender sus objetivos y líneas de acción 2025 permitiéndonos identificar oportunidades de sinergia y trabajo conjunto que fortalezcan el ecosistema en su totalidad. Hemos tenido una excelente recepción de CORFO, INIA y CRDP y de otras instituciones con quienes nos reuniremos en las próximas semanas. Creemos que solo a través de la cooperación estratégica podremos generar un impacto real y sostenible en el desarrollo de la macrozona central”, aportó Karina Salas, gestora tecnológica del Nodo.

Por su parte Kinga Halmai, coordinadora del Nodo CIV-VAL comentó que: “Como proyecto tenemos un gran interés por acercar aún más nuestras actividades a la Región de Coquimbo. Existe una gran oportunidad por seguir fortaleciendo las confianzas y sinergias entre las diversas actorías con las que ya nos hemos podido vincular, como también con nuevas instituciones que esperamos poder sumar a nuestra gestión. Asimismo, dentro de estas reuniones quedamos muy contentas de poder percibir el interés y compromiso de estas actorías por trabajar conjuntamente en la resolución de desafíos CTCI que presenta Coquimbo en la actualidad. Agradecemos siempre el tiempo y dedicación de estas reuniones, ya que permite evaluar desafíos como también contar con recomendaciones en la puesta de valor de las iniciativas a desarrollar con una pertinencia territorial”.