A seis meses de asumido su cargo, te invitamos a conocer más sobre el actual Seremi de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación (CTCI) de nuestra macrozona.

Biólogo Marino de la Universidad de Valparaíso y con amplia experiencia en trabajo territorial, monitoreo ambiental y vinculación con comunidades, Rodrigo González ha desarrollado su labor científica a lo largo de la costa chilena, participando en vigilancia ambiental y líneas base para empresas regionales y nacionales. Además, ha trabajado en asesoría legislativa y ambiental en el Poder Legislativo. Recientemente, se ha desempeñado como especialista en muestreo senior, realizando caracterización de flora, fauna e instrumentación científica en todo Chile.

Hoy en su rol de seremi nos comenta sus principales motivaciones, los desafíos que enfrenta la macrozona y el principal potencial que tienen las regiones de Coquimbo y Valparaíso.

¿Qué lo motivó a dedicarse a la ciencia y cómo cree que su experiencia personal ha influido en su gestión como Seremi?

Para ser sincero, la energía por buscar respuestas, descubrir y explorar nació de una serie animada bien particular, que es de mi época; los “Thornberrys” era una serie animada que daban en capítulos desagregados en la TV pública, recuerdo verla los domingos en esos televisores anchos en todas sus dimensiones, ahí la protagonista “Eliza” podía hablar con los animales, aprender de ellos, su familia viajaba por el mundo documentando los diferentes hábitat y ecosistemas.  Viendo esta serie de “monitos” siempre supe que quería viajar, descubrir nuevos paisajes, navegar, documentar aves, bucear y bueno, eso terminé haciendo mucho tiempo, ya que he dedicado una gran parte de mi vida profesional al trabajo de campo, en terreno, viajando por el país, gestionando, relacionándome con personas y construyendo redes en función de las valiosas experiencias de otras personas, ahí me transformé en una suerte de gestor o más bien un “gestor de problemas”. Acá es cuando creo que esa experiencia es útil en este tipo de responsabilidades. El rol del SEREMI debe ser un articulador de todos estos esfuerzos, con dos objetivos principales, el primero la sinergia de todo el ecosistema y el segundo, evitar la duplicidad de esfuerzos, así cada institución u organismo puede trabajar colectivamente en sinergia para catalizar el trabajo de todas y todos. Una segunda experiencia no menos relevante fueron mis años en el poder legislativo, lo que permitió curtir un área de diálogos y acuerdos, esto puede ser muy beneficioso para el ecosistema CTCI, ya que debemos vincular que lo que hacemos desde la academia, las EBCT y la industria, con los tomadores de decisiones, esto principalmente para poder evidenciar que todo lo que se invierte en I+D+I+E tributa a tomar mejores decisiones y por ende a un país mas justo.

Rodrigo González.

 ¿Cuál es el mayor desafío que ha enfrentado como Seremi de CTCI, y cómo lo ha abordado?  

Yo soy biólogo marino, conozco mi área, creo que la formación recibida desde mi casa de estudio fue muy buena, sin embargo, hoy desde esta posición como SEREMI tengo que dialogar con “todas las ciencias” y lo digo entre comillas por el ecosistema de CTCI es muy diverso. Tenemos por un lado la academia, los investigadores e investigadoras que en sus respectivas áreas vemos dos grandes divisiones, entre la ciencia básica y la aplicada, de ahí podemos entrar en más subdivisiones, entre las ciencias “exactas” y las “humanistas”, que también buscan respuestas al igual que todos, junto con la academia tenemos el mundo privado, empresas de base científico tecnológica, industrias, gremios, que también tienen sus particularidades, divulgadores científicos, las redes de financiamiento, los organismos públicos como ANID, Gobierno Regionales y no solo de una región sino, que de dos. Entonces entendiendo esta diversidad de trabajo, dimensionarlos, hacerlos parte del quehacer cotidiano creo que ha sido un desafío, por ejemplo, mediante mi formación sé algo de análisis multivariado, sin embargo, no al nivel que se utiliza en Astronomía, poder hacer parte esto, para poner a las personas e instituciones de acuerdo, ha sido un desafío significativo.

 ¿Qué áreas del conocimiento o la investigación considera que tienen más potencial de crecimiento en las regiones de Coquimbo y Valparaíso? 

Las regiones de Valparaíso y Coquimbo son dos regiones a la vez muy similares y disímiles ya que presentan particularidades, desafíos y oportunidades que pueden ser abordadas desde diferentes perspectivas. La astronomía, ciencias del mar, salud, educación, energías, inteligencia artificial, minería sustentable, desertificación y educación son áreas que destacan por el nivel de investigadores que tenemos en esta macrozona, por lo que creo son aquellas que deben seguir siendo potenciadas, desde las ciencias básicas y aplicadas.

Si pudiera invitar a cualquier científico/a histórico/a a una conversación, ¿a quién elegiría y por qué?

Siempre puedo decir que conversar con Cousteau o Darwin sería para mi un placer, ya que más que el conocimiento que albergan, me gusta su mirada de ver el mundo con otros ojos, con ojos de abordar e imaginar las posibilidades, sin embargo, creo que no hay que ir muy lejos ni muy en el pasado para buscar científicos y científicas que son de esta macrozona, ahí por mi formación, simplemente me gustaría hablar más con la Dra. Maritza Sepúlveda, gran bióloga con mucha experiencia en sus hombros, y con quien ya hablo, pero nunca está demás hablar más también con el Dr. Carlos Olavarría, director del CEAZA, centro clave en los entendimientos de los ecosistemas y ciencia aplicada. Esto solo por algo de pertinencia, también disfruto conversar con los astrónomos de la Universidad de La Serena, los/las ingenieros de la Universidad Santa María, las y los miembros de Explora en la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, ya que sus visiones del mundo son simplemente geniales.

Por: Dra. Margarita Norambuena, Investigadora Titular del Centro Avanzado de Ingeniería Eléctrica y Electrónica (AC3E) y académica de la Universidad Técnica Federico Santa María (USM).

Cada 11 de febrero celebramos el “Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia” con la convicción de que el conocimiento no tiene género y que el mundo necesita más voces femeninas en los laboratorios, observatorios, universidades y centros de investigación.

A lo largo de mi carrera, como académica e investigadora, he vivido los desafíos y satisfacciones en el campo de la ciencia y la ingeniería eléctrica y electrónica, un área muy hermosa que se nutre de los distintos puntos de vista para ir creciendo y avanzando, y donde las mujeres pueden aportar una nueva mirada, una que tal vez no se ha tenido en años. Toda esta experiencia me permite hoy invitar a aquellas niñas que sueñan con explorar el universo, desentrañar los misterios de la naturaleza o desarrollar la tecnología del futuro: la ciencia es también su lugar.

Dra. Margarita Norambuena.

Históricamente, las mujeres han hecho aportes fundamentales a la ciencia, aunque muchas veces sus nombres hayan sido olvidados o relegados. Desde Marie Curie, la descubridora del radio y el polonio, doble premio Nobel de Física y Química; Ada Lovelace, matemática considerada la primera programadora de la historia; Rosalind Franklin, clave para el descubrimiento de la estructura de ADN; Mary Anning, una paleontóloga cuyo trabajo ayudó a desarrollar la teoría de la evolución; Katherine Johnson, fallecida hace menos de 5 años, matemática de la NASA, sus cálculos de trayectoria fueron cruciales para las misiones Apolo; Tu Youyou, quien actualmente tiene 94 y es la descubridora de la artemisinina, un tratamiento efectivo contra la malaria; hasta las científicas que hoy lideran investigaciones de vanguardia, como Jennifer Doudna y Emmanuelle Charpentier, ambas premio Nobel de Química 2020, todas ellas forman una  línea ininterrumpida de mujeres que transformaron nuestra comprensión del mundo. Es esencial visibilizar estos logros y asegurarnos de que las nuevas generaciones sepan que no están solas, que tienen modelos a seguir y que pueden llegar tan lejos como se lo propongan.

Hoy en día, las cifras nos muestran que aún queda mucho por hacer para lograr una verdadera equidad en el acceso y reconocimiento de las mujeres en la ciencia: en Chile, el 2024 el porcentaje de mujeres en carreras STEM fue de alrededor del 22% y en nuestro desafío de formar capital humano avanzando para el país, seguiremos trabajando para que ese número vaya en ascenso los próximos años

A todas las niñas que aman preguntar el porqué de las cosas, que disfrutan los experimentos en la escuela o que sueñan con descubrir algo nuevo, sigan adelante. La curiosidad es el primer paso hacia la ciencia y cada una tiene el potencial de cambiar el mundo con sus ideas. Olvidémonos de los estereotipos y los obstáculos que otros ponen en el camino. La ciencia necesita mentes diversas y creativas y su presencia nos permitirá avanzar aún más rápido en la obtención de soluciones innovadoras. El conocimiento científico es una herramienta poderosa para abordar los grandes desafíos globales, desde el cambio climático hasta la salud pública y la exploración espacial y cada mente que se sume aporta una nueva perspectiva.

El camino de la ciencia es una aventura fascinante y desafiante a la vez, pero profundamente gratificante. No hay como la emoción de descubrir algo nuevo, solucionar un problema, contribuir al conocimiento humano y encontrar respuestas a preguntas que parecían imposibles. Es repleto de aprendizajes colaboración con otros científicos y científicas, y de impacto real en la sociedad. Cada descubrimiento, por pequeño que parezca, puede abrir puertas a nuevas posibilidades y mejorar la vida de muchas personas. La ciencia cambia el mundo y tú puedes ser parte de ello.

En este día tan especial, invito a las niñas a soñar en grande y a explorar sin miedo. Y a la sociedad la invitación es a apoyarlas, darles referentes, oportunidades y espacios para que desarrollen todo su potencial. El futuro de la ciencia será mejor y más brillante si en él hay más mujeres. Porque cuando las niñas tienen la oportunidad de brillar, iluminan el mundo con su ingenio, su pasión y su determinación.

A través de estos encuentros se busca generar sinergias que potencien la innovación y el conocimiento con una mirada territorial y sostenible.

El Nodo CIV-VAL comenzó este 2025 a toda maquina, organizando y planificando sus próximas acciones en la Región de Coquimbo. Es por esto que se destacan reuniones sostenidas con la Corporación Regional de Desarrollo Productivo Coquimbo (CRDP), Corporación de Fomento de la Producción (CORFO) y con el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA), entre otras. 

El objetivo principal de estas instancias fue acercarnos a dichas instituciones y conocer sus lineamientos para este año. Asimismo presentar las principales líneas de acción del Nodo para su cuarta etapa y dar a conocer nuestra preocupación y disposición para fortalecer aún más el ecosistema de la Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación (CTCI) en la Región de Coquimbo. 

“Como Nodo CIV-VAL tenemos el objetivo de apoyar la aceleración del Ecosistema CTCI en la región de Coquimbo y Valparaíso, especialmente en este momento donde se están formando nuevos espacios para la CTCI. Para lograrlo, consideramos esencial la articulación colaborativa entre los actores regionales y estas reuniones han sido clave para entender sus objetivos y líneas de acción 2025 permitiéndonos identificar oportunidades de sinergia y trabajo conjunto que fortalezcan el ecosistema en su totalidad. Hemos tenido una excelente recepción de CORFO, INIA y CRDP y de otras instituciones con quienes nos reuniremos en las próximas semanas. Creemos que solo a través de la cooperación estratégica podremos generar un impacto real y sostenible en el desarrollo de la macrozona central”, aportó Karina Salas, gestora tecnológica del Nodo.

Por su parte Kinga Halmai, coordinadora del Nodo CIV-VAL comentó que: “Como proyecto tenemos un gran interés por acercar aún más nuestras actividades a la Región de Coquimbo. Existe una gran oportunidad por seguir fortaleciendo las confianzas y sinergias entre las diversas actorías con las que ya nos hemos podido vincular, como también con nuevas instituciones que esperamos poder sumar a nuestra gestión. Asimismo, dentro de estas reuniones quedamos muy contentas de poder percibir el interés y compromiso de estas actorías por trabajar conjuntamente en la resolución de desafíos CTCI que presenta Coquimbo en la actualidad. Agradecemos siempre el tiempo y dedicación de estas reuniones, ya que permite evaluar desafíos como también contar con recomendaciones en la puesta de valor de las iniciativas a desarrollar con una pertinencia territorial”. 

Por: Catalina Velasco, periodista del Centro Científico CEAZA.

La vieja de Juan Fernández o Malapterus reticulatus, tradicionalmente se consideraba endémica del Archipiélago de Juan Fernández y las Islas Desventuradas, pero investigaciones recientes han documentado su presencia establecida en la costa central de Chile. Este suceso podría indicar alteraciones en las corrientes marinas provocadas por el cambio climático, lo que estaría debilitando el aislamiento natural del archipiélago.

Investigadores de la organización sin fines de lucro Raya Águila, junto con colaboradores del Centro Científico CEAZA y la Universidad Católica de la Santísima Concepción (UCSC), identificaron esta expansión basándose en registros fotográficos compartidos en redes sociales por pescadores submarinos y buzos, así como en ejemplares revisados en colecciones de museos nacionales e internacionales.

Estos nuevos reportes, junto a registros históricos del pez en su hábitat original fueron modelados en programas ecológicos, que confirmaron la expansión y asentamiento en Chile continental.

Los resultados muestran una distribución discontinua desde Carrizal Bajo, en la región de Atacama, hasta Quintay, en la región de Valparaíso. Evidencias de su presencia ocasional datan de principios de la década de 1990, aunque no se habían documentado formalmente hasta ahora.

El investigador de la Facultad de Ciencias de la UCSC  e investigador asociado del CEAZA, Dr. Jaime Villafaña, señala que “en la isla de Juan Fernández, la “vieja” es uno de los peces más numerosos, y es uno de los favoritos para ser fotografiado por turistas y buzos. Recientemente, la industria acuícola ha estado estudiando a esta especie para manejar los piojos de salmones en cultivos. Ocasionalmente se usan como carnada para la pesquería de langosta de Juan Fernández”

El hallazgo de la presencia de la vieja de Juan Fernández da cuenta de un fenómeno de alteración de corrientes marinas que está ocurriendo en el último tiempo. Este es el segundo reporte de un pez de Juan Fernández en Chile continental, el primero corresponde al jurel de Juan Fernández Pseudocaranx chilensis para la Isla Chañaral en 2018”, detalló el biólogo marino de Proyecto Raya Águila, Diego Almendras.

De momento, la dinámica oceanográfica que altera las corrientes marinas y que permiten estos movimientos aún no es clara, pero se relacionan al cambio climático, que estaría debilitando el aislamiento natural del archipiélago.

En este sentido, el investigador de CEAZA, Dr. Marcelo Rivadeneira, explica que “las temperaturas del mar en el archipiélago son similares a las del norte de Chile, sin embargo, son barreras físicas como las corrientes de Humboldt, las que mantienen aislada a la isla del continente. Los ecosistemas son similares en el tipo de peces, pero son diferentes en cuanto al ensamblaje de peces, por ello, el endemismo en Juan Fernández es tan alto, con especies únicas que solo viven allá”.

¿Cómo reconocer a la vieja de Juan Fernández?

Almendras relata que la vieja de Juan Fernández es un pez singular, incluso, “cazadores submarinos recuerdan haberla pescado desde hace más de 30 años, ya que no existe un pez similar en la costa de Chile”. 

“Es un pez relativamente pequeño, que alcanza tallas máximas de 20 cm de largo, en algunos casos va del verde oscuro a colorado, y tiene un aspecto reticulado, por sus escamas con borde negros, aunque el aspecto más característico es su ojo de color rojo vibrante”, apunta.

Por otro lado, Almendras indica que la integración de este pez en la costa de Chile Central no está asociada a riesgos de competencia con las especies locales, ya que no hay alguno similar en el continente. “Es posible que ocupe un nicho libre en el ecosistema de Chile Central, limpiando parásitos externos de otros peces o alimentándose de pequeños crustáceos y algas. Es algo que debe ser indagado en los puntos donde se comenta ya está establecida, como en la reserva marina Isla Chañaral”.

Cabe destacar que la vieja de Juan Fernández es un pez limpiador, es decir, se alimentan de parásitos, tejido muerto y mucus de peces mediante un comportamiento simbiótico conocido como limpieza.  “Tiene una boca pequeña provista de filosos dientes, que le permiten comer pequeños crustáceos y parásitos externos”, agrega el biólogo marino.

Desde Proyecto Raya Águila indican que quienes vean a esta especie pueden contactarse con ellos a través de sus redes sociales (@proyectorayaaguila) y dar su reporte. Otra opción es la plataforma de ciencia ciudadana iNaturalist Chile, donde pueden subir sus observaciones.

Fotografías: Erasmo Macaya.

Por Francesca Cid, encargada de Vinculación de Centro Ceres, y Margot Flores, encargada de Educación Ambiental de la Dirección de Medioambiente de la Municipalidad de Quillota.

La Educación Ambiental (EA) se ha convertido en un aspecto fundamental en la actualidad, especialmente en un contexto donde nos enfrentamos a uno de los desafíos ambientales más críticos de la historia. El aumento de la temperatura global es una consecuencia directa de nuestro modelo de vida, caracterizado por la industrialización y una economía lineal que ha incrementado significativamente las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI). Esta situación ha dado lugar al Cambio Climático (CC), cuyas manifestaciones ya son evidentes a nivel global, con amenazas climáticas cada vez más intensas y destructivas.

Francesca Cid

Por ello, es de suma importancia fomentar una cultura ambiental a través de la EA, con el fin de que la comunidad adopte hábitos más sostenibles. Solo de esta manera podremos garantizar que las futuras generaciones hereden un planeta saludable para habitar.

A continuación, se presentan cinco estrategias clave o tips para promover la educación ambiental en la comunidad:

1- Generación de redes colaborativas:

    Para fomentar comunidades más sostenibles, es fundamental generar colaboración activa entre distintos actores del territorio (Gobiernos locales, establecimientos educativos, organizaciones comunitarias, etc.), esto permite desarrollar acciones mancomunadas que favorezcan a largo plazo la generación de una cultural medioambiental. Este enfoque integral permite que los proyectos se desarrollen de manera colaborativa, optimizando los recursos y esfuerzos para mejorar la calidad de vida en el territorio. Además, favorece la recuperación de espacios para la participación comunitaria y el aprendizaje colectivo, fortaleciendo el compromiso local con la sostenibilidad ambiental.

    2- Promover espacios educativos al aire libre:

    El trabajo al aire libre permite situar el conocimiento y dotar a los contenidos de realidad. Además, favorece valores como el compañerismo, el esfuerzo y el respeto por la naturaleza. Este enfoque facilita una comprensión más profunda de los problemas y soluciones ambientales, promoviendo la conexión directa con la naturaleza. Además, al involucrar a los participantes en actividades lúdicas – educativas, se despierta el interés y el respeto por el medio ambiente, fortaleciendo su compromiso con la conservación sostenible.

    3- Educación para la acción:

    La educación ambiental debe tener el foco en promover la acción y con ello el cambio. Es necesario en este proceso entender el contexto en que se promueven estas acciones, las acciones deben pensarse desde el contexto de acción.

    Margot Flores

    4- Con foco en la comunidad y no solo en los niños y niñas:

    Si bien, es fundamental el trabajo con la infancia, en el contexto actual es importante orientar las acciones hacia la comunidad en general, fomentando espacios intergeneracionales que promuevan el diálogo de saberes, y el intercambio de herramientas que ayuden a la ciudadanía a enfrentar los problemas ambientales. En este contexto, la educación ambiental continua desempeña un papel fundamental al proporcionar a los ciudadanos las herramientas necesarias para comprender, abordar y mitigar los impactos ambientales, mejorando su capacidad de adaptación y respuesta antes fenómenos climáticos extremos, asegurando un entorno más sostenible para las generaciones venideras.

    5- Trabajo curricular:

    Incorporar la EA en el currículo de los EE y jardines infantiles es fundamental para fomentar el desarrollo de una comunidad más sostenible. Este enfoque transversal permite que los estudiantes reconozcan la relevancia de los problemas ambientales en todos los aspectos de su vida, favoreciendo un aprendizaje integral que facilita la comprensión de las interconexiones entre los sistemas naturales, sociales y económicos. Además, la integración de la educación formal y no formal fortalece el conocimiento tanto de las problemáticas ambientales como de las soluciones innovadoras, las cuales a menudo son impulsadas por los jóvenes, quienes se posicionan como agentes clave del cambio. Este enfoque holístico potencia la capacidad de los estudiantes para analizar de manera crítica los desafíos ambientales y proponer soluciones creativas y viables, contribuyendo así a la formación de ciudadanos comprometidos con la sostenibilidad.

    Por: Dr. Jaime Cuevas, investigador en ordenamiento y planificación territorial del Centro de Estudios Avanzados en Zonas Áridas (CEAZA), Región de Coquimbo.

    Los humedales costeros pueden ser soportes del bienestar de la Región de Coquimbo, tanto de la biodiversidad como de las comunidades humanas, dadas sus funciones ecológicas irreemplazables. 

    Actúan como contenedores naturales absorbiendo aguas de lluvias y marejadas, reduciendo el impacto de inundaciones y protegiendo a las ciudades de eventos costeros de alto impacto como los tsunamis, a los que este territorio es vulnerable. En este sentido, quisiera enfatizar en la importancia de una planificación territorial consciente y acorde al entorno. 

    Dr. Jaime Cuevas.

    Tener en cuenta que el crecimiento urbano en zonas cercanas a los humedales impacta en su equilibrio ecológico, poniendo en riesgo la capacidad de estos ecosistemas de seguir cumpliendo su función como barreras naturales y pulmones verdes.

    Es conveniente recordar que la naturaleza siempre retoma su forma original.

    Por ejemplo, hay proyectos de la región, donde están los humedales Salinas Chicas, Salinas Grande y Pachingo, donde construyen en la parte alta del terreno, que se llaman terrazas. Eso está elevado por sobre la humedad, siendo difícil que vayan a tener problemas de inundación.

    Por otro lado, hay lugares donde se construye al mismo nivel del humedal, reportando inundaciones en los asentamientos cuando vienen crecidas fuertes, tsunamis o marejadas, ya que están en terrenos bajos, afectando la seguridad comunitaria.

    En este contexto, el proyecto FIC “Caracterización Red de Humedales Costeros Región Coquimbo” del Centro Científico CEAZA, financiado por el Gobierno Regional, busca investigar en profundidad el papel de los humedales, sus ecosistemas y en la mitigación de riesgos naturales. Labor que ayudará a diseñar estrategias regionales basadas en evidencia científica. Así, avanzar reconociendo que nuestra seguridad y bienestar están intrínsecamente ligados a ellos.

    El Nodo CIV-VAL ha colaborado con la Red desde su implementación en junio del 2024, apoyando en el ámbito de diseño y desarrollo de metodologías de trabajo. 

    El pasado 13 de enero en el Museo de Historia Natural de Valparaíso se desarrolló la quinta sesión de la Red Interdisciplinaria de Ciencias y Culturas de la Región de Valparaíso, espacio que reúne a diversas actorías del ecosistema y que tiene como objetivo principal promover un espacio de colaboración interdisciplinar entre representantes del mundo de las ciencias, las artes y las culturas, que permita fomentar el intercambio de conocimiento para la investigación y/o creación e implementar actividades de divulgación dirigidas a las comunidades de la región. 

    Esta sesión contó con la participación de: Verónica Ortega, representante del Centro de Extensión del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio; Danae Barría, encargada de Comunicaciones del Laboratorio Nanobiomateriales de la Universidad Técnica Federico Santa María (USM); Catalina Ponce, encargada de Políticas Públicas de la Seremi de Ciencias, Tecnología, Conocimiento e Innovación (CTCI) de la Macrozona Centro; Anabell Lafuente, curadora del del Departamento de Ciencia e Innovación del Museo de Historia Natural de Valparaíso; Natalia Calderón e Ignacio Negrón, académicos de la Universidad de Valparaíso (UV); Paulina Santander y Paloma Villalobos, académicas del Departamento de Estudios Humanísticos de la USM; Alexandra Garín, directora de Valparaíso Creativo y Jean Pierre Francois, académico de la Universidad de Playa Ancha (UPLA). 

    En esta oportunidad se realizó la presentación oficial del quehacer de tres integrantes de esta Red: el Museo de Historia Natural, a través de la exposición de Anabell Lafuente; Valparaíso Creativo, a través de su directora Alexandra Garín y los diferentes proyectos e investigaciones realizadas por la académica de la UV, Natalia Calderón. 

    “Este encuentro es muy significativo porque nos permite compartir con ustedes no solo el espacio que hemos desarrollado, sino también el trabajo que llevamos a cabo con la comunidad y los diferentes actores que participan en el mundo de la ciencia, la cultura y el patrimonio. Nos llena de motivación el poder abrir este espacio y ser parte activa de una red que fomenta la colaboración y el intercambio de saberes. Nos complace profundamente que las organizaciones e investigadores que están sumándose a esta iniciativa puedan conocer de cerca nuestro quehacer, ya que, creemos firmemente que es a través de la vinculación activa con la comunidad y la reciprocidad de saberes donde podemos fortalecer el conocimiento colectivo”, comentó Anabell. 

    Junto a esto, Danae Barría, una de las propulsoras de este espacio, nos entregó sus apreciaciones sobre esta versión del encuentro, aportando que: “Después de cinco reuniones en donde: nos conformamos como Red, elegimos un nombre, comenzamos a construir un objetivo común, e iniciamos un proceso de presentaciones entre las/os integrantes; como Laboratorio de Nanobiomateriales UTFSM, consideramos que este grupo integrado por exponentes de diversas disciplinas va adquiriendo cada vez más fuerza y perspectivas junto a nuevas/os integrantes. Es una Red que crece y que genera curiosidad… y por la cual continuaremos trabajando para posicionarnos como un espacio de encuentro, colaboración interdisciplinar y creatividad. Y así mismo, esperamos que este 2025 podamos fortalecernos aún más, y que logremos realizar alguna actividad interesante para y con la comunidad de la Región de Valparaíso”.

    Por su parte, Kinga Halmai, coordinadora del Nodo CIV-VAL, se refirió a este espacio colaborativo, en donde el Nodo ha tenido un rol fundamental en la aplicación y ejecución de metodologías y sistematización de los resultados de cada encuentro: “Estamos sumamente contentos y contentas de la evolución que está teniendo la Red. Lo que partió con una curiosidad por tensionar todo lo que es el área creativa con el área científica hoy nos permite estar visualizando qué están realizando las distintas instituciones. Este espacio nos permite ir generando confianza y conociendo las capacidades de manera más detallada en la cual se encuentra cada institución. Esperamos con energía poder volver a encontrarnos en marzo, que es donde tenemos ya nuestra próxima sesión agendada, de poder seguir conociendo y empaparnos de las iniciativas que están implementando”.


    El Nodo fue parte de las organizaciones que apoyaron este encuentro nacional realizado entre el 6 y 8 de enero en la Región de Valparaíso.

    “Derribando Fronteras” se denominó el XII Encuentro CTS-Chile, realizado en la Universidad Técnico Federico Santa María y que reunió a investigadores, académicos y estudiantes interesados en analizar y debatir la interrelación entre la ciencia, la tecnología y la sociedad. 

    Este encuentro, organizado por la Red CTS-Chile y apoyado por el Nodo CIV-VAL, tuvo como objetivo fomentar una reflexión crítica sobre el impacto de la ciencia y la tecnología en la sociedad actual, con especial atención a sus dimensiones éticas, sociales y culturales. A lo largo del congreso, se llevaron a cabo diversas actividades, incluyendo conferencias magistrales, mesas de diálogo y exposiciones de investigaciones, que trataron temas significativos relacionados con el ámbito CTS.

    Kinga Halmai, se refirió a relevancia de estas instancia a nivel regional y al aporte del Nodo en este espacio: “Para nosotros como proyecto es muy importante poder participar en este tipo de encuentro que facilita lo que es la transdisciplinaridad entre distintas áreas, permitiendo así que matemáticas, ciencias sociales, ciencias exactas puedan conversar entre sí y complementar de mejor manera lo que son estos tipos de conocimientos para nuestra sociedad”.

    Por su parte, Jorge Maldonado, miembro del equipo organizador, comentó que “estas es una instancia interdisciplinaria donde vienen gente de distintas disciplinas, donde se abarcan temas también de forma interdisciplinaria, así que esperamos por supuesto que varias de las discusiones que se están dando hoy en día, las distintas mesas, las distintas ponencias sean también el puntapié inicial para futuros trabajos, futuras redes, contactos, trabajos colaborativos”.

    El proyecto, iniciado en el año 2021, es financiado por la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID). 

    Este jueves 09 de enero, en el Centro de Extensión de la Universidad de Valparaíso (UV), se realizó el lanzamiento oficial de la cuarta etapa del Nodo CIV-VAL, instancia que contó con la presencia de representantes de las instituciones asociadas al proyecto, académicos e investigadores y diversas actorías del ecosistema de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación (CTCI) de la Región de Valparaíso. 

    En el hito de lanzamiento, se presentaron los principales avances y vinculaciones desarrolladas durante el año 2024, así como también de las próximas instancias a ejecutar en esta nueva etapa, destacando: segunda versión del Programa Tesis para Impactar el Territorio, el lanzamiento del Plan Formativo, el desarrollo del set de indicadores enfocado en el desempeño del ecosistema de la CTCI en las regiones de Coquimbo y Valparaíso; y encuentros multi transdisciplinarios. 

    Asimismo, se continuará con el fortalecimiento de lazos con entidades públicas y privadas de las regiones de la Macrozona Centro, destacando a la Seremi de CTCI y Consejos Regionales de CTCI alojados en los Gobiernos locales de Coquimbo y Valparaíso; y el levantamiento de necesidades para la generación de Hojas de Rutas regionales, con pertinencia en los desafíos y problemáticas territoriales. 

    Macarena Rosenkranz, directora ejecutiva del Nodo CIV-VAL y directora de Innovación de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), se refirió a este hito de lanzamiento e importancia de reunir al ecosistema, aportando que: “Hoy damos inicio a la cuarta etapa del Nodo CIV-VAL, donde mantenemos nuestro objetivo central, que es acelerar el impacto de la CTCI en el territorio, específicamente en la macrozona centro de nuestro país, regiones de Coquimbo y Valparaíso. Durante el año 2025 continuaremos dando fortaleza a nuestro trabajo de articulación a través del trabajo colaborativo con los distintos actores del ecosistema, con instituciones públicas, privadas, entidades generadoras de conocimiento, que nos permitan acercar la ciencia a toda la sociedad y poder satisfacer las necesidades del sector productivo y la sociedad”. 

    Por su parte el Seremi de CTCI de la Macrozona Centro, Rodrigo González, comentó que: “Para nosotros el Nodo es fundamental como un articulador y un acelerador del ecosistema. Sin el Nodo estaríamos duplicando tareas y realizando dobles funciones. Gracias al Nodo es que podemos articular este ecosistema, no repetir tareas y labores, e ir canalizando todas las acciones que vienen desde la academia y desde la industria. Que se abra esta cuarta etapa con unos objetivos claros, entendiendo también la necesidad de la región, nos va a permitir que el ecosistema de la Región de Valparaíso y de Coquimbo crezcan positivamente para tomar mejores decisiones desde la política pública y por las personas”. 

    Ecosistema reunido

    El encuentro contó con la participación de diversas instituciones y organismos públicos y privados, entre ellos: la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID), la Seremia de CTCI Macrozona Centro, la Seremia de Agricultura de la Región de Valparaíso, PUCV, CERES, UV, Universidad Viña del Mar, Universidad Técnica Federico Santa María (USM), Centro Interdisciplinario de Neurociencia de Valparaíso (CINV), el Gobierno Regional de Valparaíso, la Fundación para la Innovación Agraria (FIA), Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA), Valpo Creativo, PER de Gestión Hídrica Región de Valparaíso; Instituto de Desarrollo Agropecuario (INDAP), Perfruts, el Centro Avanzado de Ingeniería Eléctrica y Electrónica (AC3E), el Centro de Extensión del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio.

    Asimismo, y en el ámbito de proyecto ligados a la academia, se contó con la participación de representantes de los programas Ingeniería 2023, Ciencia 2030 e integrantes de las Oficinas de Transferencia y Licenciamiento (OTL) de la PUCV y USM. Todos ellos programas financiados por ANID. 

    Apreciación de los participantes

    Quienes fueron parte de este espacio de vinculación y presentación del quehacer del Nodo para esta nueva etapa valoraron la instancia, siendo un momento de encuentro entre actorías: 

    Janine Morales, Coordinadora de Unidad de Transferencia Tecnológica Centro Interdisciplinario de Neurociencia de Valparaíso (CINV): “Históricamente, la Región de Valparaíso ha sido un referente en Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, gracias a la presencia de un ecosistema robusto conformado por universidades y centros de investigación. En sus 4 años de trabajo, el Nodo CIV-VAL ha desempeñado un rol clave al potenciar el impacto de estos actores en el territorio, a través de la articulación de iniciativas colaborativas. En nuestro Centro, nos sentimos orgullosos de formar parte del Nodo CIV-VAL y reafirmamos nuestro compromiso como socios para apoyar plenamente los objetivos de esta cuarta etapa de ejecución. Estamos entusiasmados con la elaboración de una Hoja de Ruta estratégica, diseñada para abordar las necesidades específicas de la Región de Valparaíso, y estamos especialmente comprometidos con las actividades de formación de capital humano especializado y el fortalecimiento de la vinculación con el sector productivo que se impulsarán en esta nueva fase”.

    Ricardo Astorga, gerente del PER Hídrico Región de Valparaíso: “Hay una necesidad en el territorio y en el sistema productivo en términos de ciencia y tecnología. Uno de nuestros pilares fundamentales del PER Hídrico, es justamente eso: acelerar y acercar más la ciencia y la tecnología a los procesos productivos que tengan que ver con un uso más eficiente del agua. Ya hemos tenido trabajo en conjunto con el Nodo y esperamos que este año 2025 se profundice y que podamos hacer -no solamente el Nodo, sino que también con sus entidades asociadas, como universidades y centros de investigación-, un trabajo más arduo, más acelerado de manera de llegar en forma mucho más eficiente a los productores, a los usuarios de agua y a quienes necesitan”.

    Victoria Muena, directora regional del INIA: Para nosotros es parte muy relevante que nos incorporen a ser parte de este ecosistema del Nodo, porque el INIA hace dos años ya recibe recursos del Ministerio de Ciencia y para nosotros es importante tener articulado tanto las iniciativas que nosotros desarrollamos con distintas fuentes de financiamiento, pero sobre todo con el Ministerio de Ciencias y las acciones que realiza el INIA en el territorio”.

    Cabe destacar que el Nodo CIV-VAL, financiado por ANID, busca la aceleración del impacto territorial de la ciencia, la tecnología, el conocimiento y la innovación en la Macrozona Centro y está integrado por 9 instituciones asociadas: Universidad de La Serena, Universidad Católica del Norte, PUCV, UV, CINV, USM, Centro de Estudios Avanzados en Zonas Áridas (CEAZA), el Centro Regional de Estudios en Alimentos Saludables (CREAS) y Centro Ceres. 


    Más de 1.500 personas participaron de este espacio de colaboración, reflexión y networking. 

    El Encuentro de Vinculación Social (ENVIS), organizado por Balloon Latam y la Corporación 3xi,  se ha establecido como un espacio singular en Chile, diseñado para promover el diálogo entre sectores. Este evento anual, que recientemente celebró su sexta edición en la localidad de La Higuera en la Región de Coquimbo, tuvo como objetivo central fomentar la confianza entre las personas y desarrollar soluciones conjuntas para enfrentar los retos más apremiantes del país.

    Dentro de las temáticas abordadas en la edición 2025 se destaca el cambio climático y la escasez hídrica que afecta a nuestro país, siempre dando un enfoque local a estas problemáticas. 

    Karina Salas, gestora tecnológica del Nodo CIV-VAL, quien participó de este encuentro, comentó que: “Para el Nodo CIV-VAL es esencial participar de instancias vinculadas al recurso hídrico, como uno de sus ejes de intervención, en especial en eventos como ENVIS que por primera vez se realizan en la Región de Coquimbo y en especial en la comuna de La Higuera, una de las más afectadas por la sequía que se vive en la región. Participar junto a más de 1.500 personas de diferentes ciudades, profesiones y sectores productivos fue muy significativo para conocer la visión en torno al agua desde diferentes perspectivas, lo cual nutre la agenda futura del Nodo en este ámbito, sin duda las posibilidades de generar colaboraciones entre diferentes actores es de profunda importancia para generar impactos positivos”.