BBAC surge como una solución innovadora y comunitaria para detectar bacterias y proteger la salud de quienes más lo necesitan.
¿Sabías que en Chile existe una profunda desigualdad en el acceso al agua potable segura? Mientras en las zonas urbanas se realizan controles bacteriológicos diarios según la norma NCh 409/2, en muchas áreas rurales las comunidades deben esperar entre 30 y 60 días para recibir resultados, lo que las deja expuestas a enfermedades de origen hídrico como cólera, diarreas infecciosas, hepatitis A y fiebre tifoidea.
Frente a esta realidad, [pH] Gestión Transversal SpA desarrolló BBAC, un sistema innovador de monitoreo comunitario y alerta temprana que permite detectar de forma sencilla posibles contaminaciones bacteriológicas en el agua potable rural. BBAC fortalece la gestión de los Servicios Sanitarios Rurales (SSR), protegiendo la salud de comunidades especialmente en los períodos sin monitoreo. También es útil en albergues, sistemas precarios, camiones aljibe, edificios y fuentes independientes del sistema sanitario local, así como en el control de procesos de desinfección.
Pilar Honorato, fundadora y gerente de [pH] Gestión Transversal SpA nos cuenta sobre los inicios de este innovador sistema y sus principales desafíos:
¿Cómo nació esta iniciativa y en qué consiste?
Como químico laboratorista, realizaba análisis bacteriológicos para APR y me parecía profundamente injusta la brecha en la frecuencia de monitoreo entre zonas urbanas y rurales. Tuve la oportunidad de integrar un equipo de investigación liderado por la Dra. Gabriela Castillo de la Universidad de Chile (QEPD), quien fue mi mentora. Juntas desarrollamos una metodología muy fácil de implementar, interpretar y económica, que permitiera a cualquier persona detectar indicadores de contaminación en el agua de consumo humano.
Con apoyo de la Dirección de Obras Hidráulicas (DOH) y un equipo humano excepcional, logramos convertir esta metodología en una norma chilena: la NCh 2756:2002, declarada Oficial de la República por Decreto del Ministerio de Obras Públicas N°2237 de diciembre de 2002. Sin embargo, esta información no llegó a las manos de las comunidades. Por eso postulé a fondos Corfo, con el acompañamiento de La Brújula Cowork, y pude “paquetizar” la norma y comenzar lo que llamo una evangelización por el aseguramiento de la calidad del agua, visitando localidad por localidad, porque cada una tiene realidades distintas. Mi sueño es que esta implementación llegue a convertirse en política pública, como un acto concreto de justicia social en una materia que de acuerdo a mi mirada, aún está pendiente en Chile.
BBAC incluye capacitación integral a dirigentes, operadores, administrativos de los SSR, o a toda la comunidad, sobre control de calidad de aguas y normativa vigente. Trabajamos directamente en terreno para implementar la metodología de detección de bacterias indicadoras de contaminación y sugerimos acciones inmediatas para correir la anomalía.
¿Cómo funciona BBAC en la práctica?
Usamos una unidad experimental: un frasco de 260 ml con medios de cultivo y reactivos deshidratados y estériles. Se añade 100 ml de muestra de agua (potable o cruda), se agita y se incuba entre 30 y 37 °C. El medio toma un color amarillo suave.
A las 24 o 48 horas se observan los resultados: la aparición de un precipitado negro o el ennegrecimiento del líquido indica presencia de bacterias indicadoras de contaminación (más de 10 bacterias por 100 ml).
¿Cuáles han sido los principales desafíos?
Aportar herramientas amigables y efectivas para mejorar la calidad de vida de personas que viven alejadas de los grandes centros urbanos, ayudando a reducir la brecha sanitaria entre el mundo urbano y rural.
¿Cuáles son las proyecciones a largo plazo de BBAC?
Concluir el desarrollo de BBAC IA, que permitirá complementar el sistema actual con dispositivos inteligentes que alerten automáticamente –vía celular o correo electrónico– a los encargados de la calidad del agua en cada sistema rural, cuando se detecte una anomalía sanitaria. Ya estamos logrando resultados desde las 7 – 13 horas de incubación, lo que permite anticiparse, no sólo reaccionar, ante un deterioro en la calidad del agua.
Este sueño busca llevar la ciencia aplicada a las manos de las comunidades rurales, de manera simple y económica, que ayude a entregar agua segura para todos y todos los días.
Este documento se encuentra disponible para su descarga al final de la noticia.
Uno de los ejes de acción de Nodo CIV-VAL es poder visibilizar acciones e iniciativas que se estén desarrollando en las regiones de Coquimbo y Valparaíso y que contribuyan al fortalecimiento del ecosistema de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación (CTCI). Es por esto que hoy queremos presentarles el Manual HANDBOOK: Buenas Prácticas para la Industria del Cultivo del Ostión del Norte, documento elaborado por Nelson Reyes, gerente de procesos de acuicultura industrial, asesor y experto en criaderos de vieiras y ostras.
Nelson además fue uno de los seleccionados en la primera convocatoria del Nodo del programa Tesis para Impactar el Territorio, instancia donde presentó este manual y pudo participar de la presentación de póster final.
“La idea partió al complementar mi carrera en la acuicultura en Chile y extranjero con una visión ingenieril en la operación, ya que, una vez, que manejas el know how del ciclo de vida de una especie comercial (Argopecten purpuratus), requieres implementar el proceso en un Cadena de Valor. De acuerdo a esta visión era lógico traspasar mi trayectoria profesional en un compendio que validara y respaldara la información de la industria Pectinicultura, especialmente por la región y comuna donde se desembarca más del 90 % de la producción de ostiones (vieiras, zamburiñas, scallops) de Chile, este es Tongoy. Así fue como surgió este Handbook de las buenas prácticas… filtrado por el departamento de ingeniería industrial de la UNAB, y tres investigadores con grado de doctor que estuvieran y/o hayan estado en la contingencia de la industria del ostión de norte en Chile, además de la validación de la Universidad Católica del Norte (UCN) y de Aquapacífico” comentó Nelson.
Para Nelson la motivación principal fue analizar los pros y contras de la industria acuícola del ostión del norte en Chile, considerando perspectivas técnicas, económica-comercial, medioambiental y sociocultural. De esta forma, se buscó evidenciar errores y aciertos en los procesos de investigación, desarrollo e innovación (I+D+i), para que sirvan de base en nuevos emprendimientos, evitando errores pasados: “La motivación fue mostrar lo aprendido, para que sirva como base en el I+D+i de nuevos emprendimientos, pero no repetir los errores. La motivación también estuvo en mostrar un nicho de desarrollo acuícola y comercial entre el industrial y el artesanal, llamado Acuicultura de pequeña escala (APE) las cuales son PYMES que manejan las competencias técnicas, asociaciones con la academia en investigación y la propia innovación apoyada por proyectos de ANID y Corfo”.
Por su parte el Dr. Eduardo Uribe, coautor de este manual nos comentó sobre la importancia de participar dentro de esta investigación, aportando que: “fue una enorme posibilidad de recopilar, ordenar y proyectar los estudios de ciencias básica, tecnológica, industrial, social y económica del recurso Ostión, que fue la base para desarrollar la actividad acuícola en las últimas décadas para la III y IV región, logrando exportar un producto de alta calidad, tanto alimentaria, como sanitaria, que los países europeos han sabido valorar”.
Con foco en la colaboración y la innovación regional, el encuentro convocó a representantes clave del ecosistema regional.
El pasado miércoles 18 de junio, en las dependencias de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV) el Nodo CIV-VAL realizó el primer Encuentro Líderes CTCI para la Región de Valparaíso, espacio que reunió a diferentes actorías del ecosistema destacando la presencia del sector público, privado, academia y empresas de Base Científico-Tecnológica.
El evento dio inicio a una serie de actividades orientadas a identificar desafíos y proponer soluciones en áreas estratégicas como alimentos, biodiversidad, recursos hídricos, ciencia y género, desde la perspectiva de la CTCI en la región. Asimismo, se buscó fortalecer vínculos entre actores del ecosistema regional, desarrollando rondas de pitch y mesas colaborativas, permitiendo compartir lineamientos, capacidades y proyecciones para 2025.
Macarena Rosenkranz, directora ejecutiva del Nodo CIV-VAL y directora de Innovación de la PUCV, se refirió a este evento, puntualizando que: “nos encontramos hoy en el Encuentro de Líderes CTCI de la Región de Valparaíso, actividad que ya realizamos en la Región de Coquimbo, donde básicamente el Nodo CIVAL promueve la articulación entre los distintos actores del ecosistema de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, instituciones públicas, privadas y entidades generadoras de conocimiento. La idea es que cada una de estas instituciones pueda dar a conocer sus iniciativas, cuáles son las convocatorias, los desafíos, para que podamos articular las capacidades que impacten directamente en el territorio, favoreciendo el desarrollo económico de la macrozona centro”.
Junto a esto, Rodrigo González, Seremi de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación para las regiones de Coquimbo y Valparaíso, se refirió este encuentro puntualizando que “ la Región de Valparaíso presenta una gran capacidad de distintas autoridades, tanto públicas como privadas, que tributan al ecosistema CTCI, que es un ecosistema que piensa las cosas de manera distinta y que hoy día, a través de ese pensamiento, de las acciones que tienen, los desafíos, las oportunidades, las brechas, han presentado su trabajo y que nos va a servir para poder definir una hoja de ruta en el trabajo que se viene en el año 2025 y 2026. Todo esto catalizado por el nodo CIVAL, que es un instrumento que se genera a través de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo, que depende del Ministerio de Ciencia, para poder dimensionar los ecosistemas, pero también para disponer de las capacidades del ecosistema y que las acciones y actividades que tenga cada miembro tributen a un objetivo en común, que es tomar mejores decisiones para las regiones”.
Apreciación de los invitados
Este encuentro además contó con la participación de diversas autoridades regionales quienes relevaron el rol del Nodo CIV-VAL y la importancia de este encuentro para el fortalecimiento del ecosistema:
Camila Bolados, jefa de la División de Fomento e Industrias del Gobierno Regional de Valparaíso: “Como Gobierno Regional estamos extremadamente contentos de poder participar en este primer Encuentro Regional de Líderes de CTCI. Sabemos el rol estratégico que cumple la ciencia, la tecnología, el conocimiento, la innovación para resolver problemas locales, pero también con una mirada global. También sabemos que los problemas o los desafíos que tiene la Región de Valparaíso no son tan distintos a los que tienen otros lugares del mundo y creemos profundamente en la capacidad de nuestras academias, de nuestros emprendedores de base científica y tecnológica de ofrecer soluciones que mejoren la calidad de vida de los habitantes de la región, pero que también piensen en clave de generar impacto global. El tener este primer encuentro nos permite mapearnos, reconocernos, volver a juntarnos y volver a poner en el centro cuáles son los grandes temas que tenemos en común, cuáles son los desafíos transversales y cómo los enfrentamos con mirada estratégica, con planificación y principalmente con articulación y trabajo colectivo”.
Etienne Choupay, director regional de la Corporación de Fomento de la Producción (CORFO): “Para nosotros como CORFO Valparaíso, muy felices de estar aquí acompañando al Nodo CIV-VAL, sobre todo porque estamos súper seguros de esta conjunción que tiene que existir entre el desarrollo científico, el desarrollo tecnológico y cómo eso es un insumo para abordar la innovación, sobre todo desde el punto de vista de innovación tecnológica que contribuye al sector privado y también a nuestra sociedad, por lo tanto este trabajo que tiene que ver además con los ejes que ha priorizado el Nodo nos permite trabajar posiblemente en futuros emprendimientos de base científica tecnológica, en futuras colaboraciones también entre empresas y universidades para poder avanzar hacia una, ojalá, mejor región basada en innovación y emprendimiento.
Conoce el listado de tesis seleccionadas descargando el documento al final de la noticia.
La segunda versión del programa Tesis para Impactar el Territorio ya cuenta con las investigaciones seleccionadas para este año. Es importante recordar que este concurso, dirigido a estudiantes de pre y postgrado en proceso de tesis o tesis finalizada, busca identificar, promover y visibilizar, la articulación de proyectos de titulación de pre y postgrado enfocados en resolver necesidades, problemas o desafíos de la Macrozona Centro en las áreas de: Alimentos, Biodiversidad, Recursos Hídricos y Remediación de Suelos Contaminados por actividad minera.
Este año fueron 23 proyectos de titulación seleccionados y quienes lo lideran serán parte de instancia de formación y apoyo en la divulgación científica de sus tesis compuesta por talleres de Comunicación de la ciencia y Escritura de artículos científicos. Además los y las seleccionadas recibirán un incentivo económico, detallado en las bases.
Desde el Nodo CIV-VAL agradecemos a todos y todas quienes participaron de esta instancia y felicitamos a quienes fueron seleccionados de participar de la Segunda Versión del Programa Tesis para Impactar el Territorio.
Encuentro se realizó entre los días 27 y 30 de junio y reunió a expertos en el área de emprendimiento e innovación.
Karina Salas, gestora tecnológica del Nodo CIV-VAL participó como moderadora en el Seminario – Taller para Profesionales del Ecosistema Emprendedor de América Latina (ST-Prodem) encuentro internacional que fortalece las capacidades de profesionales del ecosistema emprendedor de América Latina, promoviendo la formación, reflexión e intercambio de experiencias.
Este encuentro, realizado en la ciudad de Concepción entre los días 27 y 30 de mayo, reunió a destacados expertos y profesionales que apoyan el emprendimiento y la innovación, tanto desde organizaciones como de forma independiente.
Nuestra gestora, quien además es gerente y cofundadora de La Brújula Incuba, moderó una especial conversación con la Dra. Silvia Mah, científica, inversionista de startups lideradas por mujeres, académica y fundadora de la red Stella, quien tiene el énfasis en “Impacto con Integridad” con base en San Diego USA , quienes abordaron sobre los desafíos que enfrentan las mujeres al momento de emprender.
“Poder conversar con Silvia Mah frente a una audiencia latinoamericana de más de 300 personas fue una oportunidad única para visibilizar las brechas estructurales que aún enfrentamos las mujeres en el emprendimiento, especialmente en el acceso a financiamiento. Desde mi experiencia en la Región de Coquimbo y Valparaíso, tengo la convicción de que cuando conectamos ecosistema, género y territorio, generamos transformaciones reales. Necesitamos más mujeres liderando, invirtiendo y tomando decisiones en ciencia, tecnología e innovación” comentó Karina Salas, gestora tecnológica del Nodo.
Por: Marcelo Olivares Arenas, Director del Laboratorio Natural Océano Centro Norte y Director Instituto de Políticas Públicas, Universidad Católica del Norte, Coquimbo; y Dra. Verónica Molina Trincado, Directora Alterna del Nodo Laboratorio Natural Océano Centro Norte y Directora Hub Ambiental, Universidad de Playa Ancha, Valparaíso.
El planeta es azul por estar cubierto principalmente por el océano, el cual produce la mitad del oxígeno en la Tierra. Chile con su gran costa, cubre en el Pacífico una de las mayores extensiones latitudinales de jurisdicción nacional del mundo, además de albergar condiciones únicas para el desarrollo de la vida marina y de actividades económicas, culturales, ancestrales y turístico-recreativas.
En un contexto donde existe y se proyecta un acelerado uso del espacio marino-costero, y nos enfrentamos a los cambios que se registran en el océano, estrechar lazos entre el conocimiento, la ciudadanía y los tomadores de decisiones, en distintos niveles, es fundamental para habilitar un desarrollo más sostenible en el Mar de Chile, que contribuya al bienestar nacional, pero también a la salud de los ecosistemas y de las personas que viven de, en y con el océano.
Sin embargo, esto no ocurrirá de manera espontánea y se requiere fortalecer la presencia, la colaboración y el impacto de las actividades y los desarrollos científico tecnológicos en los territorios.
En este sentido, el trabajo de un grupo de universidades y centros de investigación de la zona centro norte de nuestro país, organizadas en el Nodo Laboratorio Natural Océano Centro Norte, financiado por ANID, ha identificado como elementos clave para avanzar en esa dirección, y hacia una política de laboratorios naturales: la promoción de interacciones y redes entre actores, la vinculación de desafíos globales y locales, el acercamiento del conocimiento a las comunidades de manera más permanente, la identificación de problemas y necesidades en el territorio, y el establecimiento de mecanismos para incidir localmente en las metas y la asignación de recursos destinados a I+D+i.
Mientras el país se proyecta como líder, con una ambiciosa y merecida candidatura de Valparaíso a transformarse en la primera ciudad del Sur Global en albergar una Secretaría Técnica de Naciones Unidas (en el marco del Acuerdo BBNJ), resulta fundamental la proyección y articulación de los desafíos científicos y tecnológicos del país en el océano y sus territorios, con su conectividad y proyección internacional, en un escenario de triple crisis donde el planeta necesita con urgencia un fortalecimiento de las capacidades de los países del hemisferio sur en la ciencia y otros asuntos oceánicos.
Por: Dr. Mauricio Ureta Bernal, director y académico de la Escuela de Trabajo Social de la Universidad de Valparaíso (UV); director del Magíster en Trabajo Social Clínico UV.
En las últimas décadas, ha cobrado fuerza la idea de poner la ciencia al servicio de la sociedad. Los grandes desafíos contemporáneos —desde el cambio climático hasta las desigualdades sociales—, han hecho evidente que el conocimiento científico, la tecnología y la innovación deben orientarse al bienestar de las personas y los territorios. En Chile, la creación del Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación (CTCI) y su Política Nacional de CTCI ha subrayado este enfoque, reconociendo que estos son agentes transformadores clave para un desarrollo sostenible e integral.
Este paradigma articula la producción de conocimiento con las necesidades concretas de comunidades diversas, promoviendo la participación ciudadana en la definición de problemas y soluciones. En este contexto, el Trabajo Social —disciplina históricamente comprometida con la justicia social y el desarrollo humano— ofrece una perspectiva crítica para vincular la CTCI con el bienestar comunitario.
Ciencia, tecnología e innovación con compromiso social
No basta con generar conocimiento; es crucial para qué y con quiénes se genera. Las ciencias sociales han advertido sobre el riesgo de una “ciencia aislada”, desconectada de los contextos locales. Desde una mirada crítica, numerosos enfoques abogan por democratizar la ciencia, colaborando con actores no académicos y saberes comunitarios. Un ejemplo es la Investigación-Acción Participativa, impulsada por Orlando Fals Borda, que promueve la co-producción de conocimiento entre académicos/as y comunidades para impulsar cambios sociales.
La apropiación social del conocimiento se entiende como el proceso mediante el cual los resultados científicos son internalizados por la ciudadanía, permitiendo traducir el saber técnico en poder para la toma de decisiones locales. Estas perspectivas cuestionan la rígida división entre conocimiento “experto” y “popular”, proponiendo diálogos de saberes que enriquecen la comprensión de los problemas sociales.
A nivel internacional, el Trabajo Social también ha reformulado su relación con la ciencia. La Definición Global del Trabajo Social (FITS) destaca que esta profesión es interdisciplinaria y transdisciplinaria, basada en diversas teorías científicas e investigaciones, entendiendo la ciencia como conocimiento al servicio de la acción. La producción de saber ocurre junto a las comunidades, incorporando sus voces y experiencias. Esta orientación crítica se alinea con los llamados globales a descolonizar el conocimiento, valorizando saberes locales tradicionalmente relegados.
Así, el Trabajo Social concibe la CTCI como herramienta para transformar realidades sociales. En Chile, iniciativas como Ciencia Pública buscan socializar el conocimiento mediante experiencias participativas y trabajo comunitario.
Del mismo modo, el Programa de Nodos para la Aceleración de Impacto Territorial de la CTCI —del cual forma parte el Nodo CIV-VAL— conecta investigación e innovación con necesidades locales. Este Nodo, que reúne universidades y centros de las regiones de Valparaíso y Coquimbo, busca acelerar el impacto territorial de la CTCI, priorizando el desarrollo a partir de demandas locales.
En esencia, se trata de llevar la ciencia al territorio y traer el territorio a la ciencia. Para el Trabajo Social, la innovación más significativa ocurre al romper silos disciplinares y potenciar la participación ciudadana. Una ciencia con compromiso social implica investigar junto a comunidades vulnerables para resolver problemáticas que ellas mismas identifican, mejorando la vida cotidiana en los territorios.
Además, invita a reflexionar sobre la ética y pertinencia cultural de las intervenciones tecnológicas: ¿Sirven las nuevas tecnologías para incluir a quienes han estado históricamente excluidos, o amplían las brechas? El Trabajo Social aporta una perspectiva ética y de derechos, recordando que el progreso debe medirse según su contribución al bien común y la dignidad humana.
En la Universidad de Valparaíso, esta visión crítica y comprometida de la CTCI se concreta en la labor de nuestra Escuela de Trabajo Social. Con casi 80 años de trayectoria, hemos integrado la vinculación con el medio, la investigación aplicada y la co-construcción de conocimiento como pilares de nuestro quehacer.
El Observatorio de Desigualdades y Políticas Públicas (ODPP) ejemplifica esta convergencia: docentes y estudiantes investigan junto a organizaciones sociales y organismos públicos, generando datos y propuestas para incidir en políticas y programas locales.
Esta labor ha llevado a nuestros/as académicos/as a liderar redes nacionales orientadas al bien público. Por ejemplo, la profesora Elena Salum, coordinadora del ODPP, participa de la Red Académica de Gobierno Abierto de Chile, desde donde la UV fortalece la transparencia y la participación ciudadana. Asimismo, participamos en el Nodo CIV-VAL, convencidos/as de que la colaboración interdisciplinaria es clave para poner la ciencia al servicio del desarrollo territorial.
En síntesis, la experiencia de la Escuela de Trabajo Social UV demuestra que articular la CTCI con el Trabajo Social no solo es posible, sino profundamente fecundo. Cuando la ciencia dialoga con las comunidades, emergen soluciones más pertinentes, legitimidad social para el conocimiento y esperanza en un futuro compartido.
Tal como señala la Agenda Global del Trabajo Social 2020-2030, nuestro desafío es “construir juntos y juntas una transformación social inclusiva”, valorando todas las voces y saberes en el camino. Solo así la ciencia y la innovación cumplirán su promesa de servir al bienestar colectivo, y disciplinas como el Trabajo Social seguirán aportando su mirada humanista para que nadie quede atrás en el avance del conocimiento.
En el marco de este curso se contempla la realización de charlar magistrales (formato online) abiertas a la comunidad. Si quieres conocer más de esta iniciativa ingresa AQUÍ.
Dentro las iniciativas priorizadas para la cuarta etapa del Nodo CIV-VAL está la ejecución del Curso Gestor CTCI, instancia que busca contribuir al fortalecimiento de capacidades a profesionales o técnicos profesionales pertenecientes a cualquier sector del ecosistema (público, privado, académico o de la sociedad civil), interesados en desempeñarse como gestores territoriales y de vinculación en el ámbito de la CTCI, por lo que se presenta este curso de “Gestor en CTCI”.
Luego de un mes de convocatoria abierta, el Nodo CIV-VAL da a conocer los y las seleccionadas a este curso, el cual tuvo una alta tasa de interés en las regiones de Coquimbo y Valparaíso: “Como Nodo una de nuestras misiones es acercar el mundo de la Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación a los territorios, especialmente a las regiones de Coquimbo y Valparaíso, y junto con esto entregar capacidades y herramientas a quienes, desde sus diferentes áreas, buscan aportar a la gestión territorial. Esta gran convocatoria y la cantidad de interesados en participar demuestra que en ambas regiones es necesario contar con instancias formativas que fortalezcan el ecosistema y este curso apunta precisamente a ello. Esperamos que los y las participantes puedan sacar el máximo provecho de esta instancia, generar vínculos y enriquecer sus conocimientos” comentó Macarena Rosenkranz, directora ejecutiva del Nodo CIV-VAL y directora de Innovación de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso.
SELECCIONADOS CURSO GESTOR CTCI NODO VIC-VAL
Nombre Completo | Región |
Amanda Lucero López Tapia | Región de Coquimbo |
Andrea Loreto Casas Aspée | Región de Valparaíso |
Camila Cecilia González Santander | Región de Valparaíso |
Camila Ignacia Almarza Lizan | Región de Valparaíso |
Carmen Gloria Álvarez Rojas | Región de Coquimbo |
Catalina Melissa Zamora Martínez | Región de Valparaíso |
Cristian Javier Muñoz Valenzuela | Región de Valparaíso |
Cristian Nicolás Zapata Ortiz | Región de Valparaíso |
Cristian Zegers Cádiz | Región de Coquimbo |
Daniel Andrés Arriagada Abregón | Región de Coquimbo |
Diego Hernan Salamanca Duarte | Región de Coquimbo |
Diego Pérez | Región de Valparaíso |
Elena del Carmen García Rodríguez | Región de Coquimbo |
Erika Roxana Sagardía Sagardía | Región de Valparaíso |
Felipe Andrés Soto Vicencio | Región de Coquimbo |
Gonzalo Román León | Región de Coquimbo |
Ignacio Marambio García | Región de Valparaíso |
Javiera Paz Silva Sánchez | Región de Valparaíso |
Jocelyn Denisse Carrasco Villarroel | Región de Coquimbo |
Karin Inés Aguilar Castro | Región de Valparaíso |
Kathia Castro Hernández | Región de Valparaíso |
Laura Santacruz Ibarra | Región de Valparaíso |
Lindsay Astorga | Región de Valparaíso |
Luis Felipe Godoy Torres | Región de Coquimbo |
María José Barraza Guerra | Región de Coquimbo |
Mario Luis Véliz Jorquera | Región de Coquimbo |
Matías Octavio Miranda Maldonado | Región de Valparaíso |
Michael Antonio Vicencio Dubo | Región de Coquimbo |
Nathalie Jocelyn Ulloa Jimenez | Región de Valparaíso |
Nelson Eduardo Reyes López | Región de Coquimbo |
Pablo Andrés Lamaison Morral | Región de Coquimbo |
Pablo Espinoza Herrero | Región de Valparaíso |
Patricia Alejandra Echeverría Morales | Región de Coquimbo |
Paula María Martínez Palma | Región de Coquimbo |
Paulo Ávalos | Región de Coquimbo |
Sharon Ahumada | Región de Valparaíso |
Stephany Schwalm Madariaga | Región de Valparaíso |
Wanda Jennifer García Olivares | Región de Coquimbo |
Ximena Paz Ugalde Díaz | Región de Valparaíso |
Yerko Esteban Apablaza Tapia | Región de Coquimbo |
Los encuentros se presentan como parte de las acciones de articulación que el Nodo tiene contempladas para su cuarta etapa de desarrollo.
En el marco de las diversas instancias de vinculación generadas por el Nodo CIV-VAL, con el propósito de fortalecer el ecosistema de la Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación (CTCI), el equipo técnico de la Región de Coquimbo sostuvo diversas reuniones con instituciones de Educación Superior e institutos profesionales de la región.
Dentro de las instancias desarrolladas se destacan las reuniones con: Jorge Cornejo, Director de la Oficina de creación e innovación de la Universidad de La Serena, Harold Montecinos, encargado nacional y regional de Vinculación con el Medio del IP Chile; la reunión con Carlos Dhams, subdirector académico de Instituto Profesional AIEP, a su vez es Encargado de vinculación con el medio; el encuentro con Corina Varas, encargada de vinculación con el medio del Centro del IP y CFT Santo Tomás y la reunión con Alejandra Toro Collins, Presidenta de la Red Viesco.
“Las reuniones que hemos sostenido con diversas casas de estudio de educación superior son fundamentales para fortalecer el ecosistema CTCI en nuestra región. Estas instancias de articulación nos permiten alinear visiones, detectar sinergias y potenciar capacidades regionales desde el conocimiento y la innovación. El compromiso de las Universidades, así como de los Institutos profesionales y centros de formación técnica es clave para avanzar hacia un desarrollo territorial más equitativo y sostenible, con una ciencia que esté al servicio de las personas y sus territorios” comentó Carolina Contreras, gestora territorial para la Región de Coquimbo del Nodo CIV-VAL.
En nuestra sección de entrevistas destacamos la labor de esta Empresa de Base Científico-Tecnológica (EBCT) de la Región de Valparaíso.
Este 17 de mayo celebramos el Día Mundial del Reciclaje, instancia promovida por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y que busca concientizar a las comunidades sobre la importancia del tratamiento de residuos de manera adecuada, la reutilización de materiales y el cuidado al medioambiente.
Bajo esta línea es que como Nodo CIV-VAL queremos destacar el trabajo de IMEKO, empresa de base científico-tecnológica de la Región de Valparaíso que reutiliza el plástico de las colillas de cigarrillos y los convierte en materia prima sustentable para su reincorporación en la economía de los materiales plásticos.
Una de sus fundadoras, Jennifer Araya, nos cuenta sobre esta iniciativa, sus inicios y cuál es su proyección a largo plazo:
¿Cómo nació esta iniciativa y cuáles han sido sus principales desafíos?
IMEKO nació en 2018 al ver la enorme cantidad de colillas de cigarro en el medio ambiente, que, si bien parece ser un residuo inofensivo, retiene miles de compuestos tóxicos y además su filtro, está hecho de acetato de celulosa, un plástico que no se biodegrada y que con el tiempo va liberando microplásticos al medio ambiente y los metales pesados, nicotina y otros residuos que inicialmente retenían.
IMEKO tenía como propósito recuperar el acetato de celulosa de alta calidad, y para esto trabajamos durante 6 años para lograrlo, pero no ha sido el único desafío. Uno de los desafíos que encontramos en nuestros inicios fue la recolección de colillas, y para esto diseñamos un servicio de reciclaje a nivel nacional, con contenedores especialmente diseñados para ello, reciclaje periódico e informes de impacto ambiental, a la fecha tenemos una red de más de 200 clientes.
Sin embargo, seguimos trabajando constantemente para educar a la comunidad sobre la problemática. Dar a conocer que la colilla de cigarro es un residuo tremendamente perjudicial para el medio ambiente y a la vez tratar de erradicar el hábito muy arraigado en los fumadores de botar la colilla al suelo. Dar la relevancia que merece a la problemática es crucial para que se puedan luego recolectar, procesar y transformar en algo que los consumidores valoren, no solo por el material de alta calidad, sino por la historia que permite contar de innovación, sustentabilidad y segundas oportunidades.
¿Qué impacto ambiental han medido hasta ahora, y cuál es la métrica que más les enorgullece?
Desde el inicio de nuestro proyecto, hemos logrado reciclar millones de colillas de cigarro. No solo nos hemos dedicado a retirarlas del medio ambiente, sino también a generar un impacto ambiental positivo y medible.
La colilla de cigarro es un residuo muy contaminante, en su interior retienen más de 7.000 sustancias tóxicas, y al entrar en contacto con el agua una sola de ellas puede contaminar hasta 50 litros. Gracias al reciclaje, hemos protegido más de 96.000 m³ de agua de la contaminación causada por este residuo, además que con nuestra tecnología hemos podido eliminar toda la toxicidad retenida en el filtro de la colilla y recuperar íntegramente el plástico del cual está compuesto—acetato de celulosa; un proceso que no solo evita la contaminación, sino que además reduce en un 36% la huella de carbono en comparación con el uso de acetato de celulosa virgen.
¿Cuál es su visión a 10 años? ¿IMEKO se proyecta como una empresa solo de reciclaje de colillas, o hay planes para abordar otros residuos?
En el mediano plazo, tenemos planes de llevar nuestra tecnología no solo a otros países a través de Celion, nuestro producto final, sino también a través del reciclaje de colillas en diferentes lugares del mundo, dado que esta problemática es global.
IMEKO nació por las colillas de cigarro, pero más allá de eso, para reciclar aquellos residuos que no son reciclables, pero que, a través de la ciencia, en especial la química, si pueden volver a tener una nueva vida útil. Hemos incursionado en otros materiales plásticos que actualmente no son reciclables y tenemos certeza de que nuestra tecnología es capaz de generar la economía circular de otros residuos que actualmente son considerados basura.
¿Qué les dirían a otros emprendedores que están tratando de resolver problemas ambientales?
A quienes tienen una idea que crean que puede generar un impacto positivo en el medio ambiente porque soluciona una problemática real, les recomendaría que se atrevan a llevarla a cabo, que busquen apoyo en las diferentes organizaciones tanto públicas como privadas que puedan brindar redes para desarrollar sus modelos de negocios, mentorías y financiamiento, y que aprovechen instancias para conectarse con organizaciones que puedan tener interés en validarlas e implementarlas.
Fotografías gentileza de IMEKO