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Alquimia: tecnología sustentable para recuperar metales desde residuos electrónicos

En nuestra sección de entrevistas destacamos la labor de este emprendimiento de la Región de Valparaíso.

En Valparaíso, un innovador emprendimiento científico-tecnológico está cambiando la forma en que se tratan los residuos electrónicos. Se trata de Alquimia, una startup fundada en 2021 por seis ingenieros comprometidos con la sostenibilidad, que recupera metales valiosos como cobre y oro desde placas de circuitos impresos (PCB por sus siglas en inglés), utilizando un proceso sustentable de hidrometalurgia.

Su objetivo es claro: ofrecer una alternativa ética y ambientalmente responsable frente al reciclaje informal y la minería tradicional. Con un enfoque de economía circular, Alquimia reintegra estos materiales al sistema productivo, reduciendo el impacto ambiental y fomentando una “minería urbana” más limpia y local.

El Nodo CIV-VAL, bajo su propósito de promover y difundir estas iniciativas, entrevistó a Pilar Iturriaga, Cofundadora y CEO de Alquimia, con el propósito de conocer más sobre este emprendimiento y cuáles son sus lineamientos y principales logros.

¿En qué están actualmente? ¿Qué avances o desafíos han desarrollado recientemente?

En el 2023 nos adjudicamos el fondo Crea y Valida con foco en Sostenibilidad de CORFO, con la idea de implementar por primera vez en Chile una planta valorizadora de placas electrónicas, que a través de un proceso de minería urbana permite recuperar metales desde dichos residuos para reincorporarlos al sistema productivo nacional.

Este proyecto comenzó a implementarse en enero de 2024 y actualmente nos encontramos desarrollando pruebas globales de la implementación del proceso hidrometalúrgico, mediante el cual podemos recuperar cobre electrolítico a partir de placas de circuitos electrónicos.

En paralelo al desarrollo técnico, hemos hecho un trabajo consistente de vinculación con el ecosistema de emprendimientos innovadores en la quinta región, gracias a la participación en instancias organizadas principalmente por el SEREMI de Ciencia, Tecnología, Innovación y Conocimiento de la Macrozona Centro, el ecosistema EIVA, el espacio de innovación V21 y por supuesto las instancias convocadas por CORFO Valparaíso. Esto nos ha permitido conectar con otras startups y empresas de la zona que trabajan por un mejor Chile desde la quinta región, contribuyendo también al desarrollo local de tecnologías productivas limpias.

Logramos firmar un acuerdo de colaboración con la Fundación La Chispa Digital, quienes trabajan por la inclusión digital y la reducción de brecha de género en STEM+; mediante dicho acuerdo, es que desde Alquimia entregamos todo equipo o partes que sirvan para el reacondicionamiento de notebooks y tablets, que posteriormente son donados a organizaciones comunitarias o utilizados en talleres de alfabetización digital. De esta forma, no sólo fortalecemos la cadena del reciclaje y la valorización de residuos, sino que también promovemos la reparación y el reacondicionamiento de equipos electrónicos, extendiendo su vida útil, recuperando y manteniendo el valor de los aparatos por más tiempo.

Junto a esto, hemos logrado articular trabajo en conjunto a recicladores de la región, quienes han decidido colaborar con nosotros y se han motivado a aumentar la recolección de Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos en las comunas de Quilpué, Valparaíso, Viña del Mar, Concón, Laguna Verde, Algarrobo, El Tabo, El Quisco y Casablanca.

¿Qué desafíos técnicos enfrentaron al adaptar las tecnologías de hidrometalurgia para trabajar con residuos electrónicos y cómo los superaron?

El primer desafío fue la adaptación del proceso hidrometalúrgico debido a la diversidad de materiales que se encuentran en los RAEE, para lo que fue necesario desarrollar un proceso previo que prepare la materia prima para la recuperación de metales. En dicha etapa anterior se clasifican las componentes de las placas electrónicas, evitando involucrar los casi 70 elementos de la tabla periódica presentes en ellas y volviendo el proceso hidrometalúrgico más eficiente al solamente procesar la materia rica en cobre (placa sin componentes).

Junto a esto, el proceso de recuperación de metales debía ser adaptado ya que en la minería urbana el cobre se encuentra en estado puro en la materia prima (placas), mientras que en la minería tradicional se encuentra en forma de mineral, es decir, es una roca que contiene compuestos de cobre oxidado, lo que implica que la materia prima para el proceso hidrometalúrgico son distintas y debe ser tratada de manera diferente. Esta diferencia se aplica a la mayoría de los metales presentes en las placas electrónicas.

Además, no existe mucha información específica sobre la composición química de las placas de circuito impreso, por lo que debimos crear nuestra propia caracterización y buscar la forma de que el proceso hidrometalúrgico pudiera adaptarse a estas nuevas condiciones y al mismo tiempo cumpliera con los parámetros ambientales aptos según los valores en los que Alquimia cree. Con una extensa experimentación se logró encontrar los reactivos necesarios para lograr un proceso con un buen rendimiento, que es rentable y respetuoso con el medioambiente.

¿Qué impacto ambiental concreto han logrado hasta ahora con su modelo de recuperación de metales y qué proyecciones tienen a mediano plazo?

En este año y medio de implementación del proyecto, hemos logrado recolectar más de 450 kg de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos, más de 600 kg de cable y una tonelada de placas electrónicas. De estos esperamos recuperar alrededor de 350 kg de cobre para reinsertar a la industria local, lo que en la minería tradicional se hubiera obtenido desde 70 toneladas de roca mineral.

Con esto hemos prevenido la emisión de más de 2.600 kg de CO2eq y evitado que 5 kg de metales peligrosos como plomo, mercurio y retardantes de llama bromados terminen en rellenos sanitarios, contaminando suelos y agua.

Hemos también impactado en la cadena de valor del reciclaje, aportando más de 2,5 millones de pesos chilenos en la compra de materia prima, es decir, de placas y cable para su valorización a través de nuestro proceso. 

A mediano plazo esperamos implementar una cadena productiva que nos permita tratar 1 tonelada de placas mensualmente, pudiendo aportar alrededor de 5 millones de pesos a la economía local mes a mes.

¿Cómo visualizan a ALQUIMIA de aquí a 10 años? 

A 10 años, proyectamos triplicar nuestra capacidad de procesamiento programada para el piloto actual, habiendo ejecutado al menos dos procesos de escalamiento que nos permitan aumentar el volumen tanto de los RAEE desarmados, como de placas electrónicas procesadas y la respectiva recuperación de metales.

Esto implica el desarrollo de nuevas líneas de procesamiento automatizado, sin dejar de integrar procesos manuales y estrategias de articulación con recicladores de base y gestores de residuos, que incentiven la generación de empleo local y permitan optimizar la recuperación de materiales críticos y mejorar la sostenibilidad técnica y económica del modelo.

El foco estará en mejorar la eficiencia, precisión y trazabilidad de cada etapa del proceso, y operar bajo certificaciones que validen nuestro impacto ambiental, social y económico, aspirando a ser un referente nacional en valorización electrónica, con procesos trazables alimentados 100% por energías limpias.

Seguiremos desarrollando soluciones adaptadas a la realidad chilena, en cuanto a volumen, composición de residuos y regulaciones, con una visión de innovación constante que nos permita responder a las necesidades emergentes del ecosistema de los residuos electrónicos y contribuir en el desarrollo de ecosistemas de emprendimiento vinculados a la tecnología de triple impacto. 

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