Por: Bernardita Skinner, Periodista, licenciada en comunicación social, Magíster en Arte mención Patrimonio y Dra. (c) en Ciencias Sociales, Universidad de Playa Ancha (UPLA). Académica asociada Departamento de Estudios Territoriales y Diálogos Interculturales, Facultad de Ciencias Sociales, UPLA.
El recordado profesor Eduardo Reyes Frías (1929-2024) hubiera cumplido 95 años este mes. Fue por décadas el principal referente del periodismo científico en Valparaíso, conocido en ámbitos académicos, en las comunidades y en los medios de comunicación locales. Antes de titularse de periodista en 1974, fue investigador en la Estación de Biología Marina en Montemar y capitán del buque oceanográfico de la Universidad de Chile en Valparaíso. A partir de esa experiencia nació la inquietud de informar -e involucrar- a la sociedad en el desarrollo de la ciencia. En 1976 fue uno de los fundadores de la Asociación Chilena de Periodistas y Profesionales para la Comunicación de la Ciencia, Achipec.
“El periodismo científico es un puente de doble tránsito entre el laboratorio y la calle”, nos decía Eduardo Reyes, explicando que el rol del periodista no es solamente llevar la información desde el ámbito científico hacia otros espacios, sino que también, permitir que la producción de nuevo conocimiento dialogue con las inquietudes e intereses de la ciudadanía. Ésta es una de las enseñanzas que hoy más nos hacen sentido, cuando el concepto de apropiación social del conocimiento ha cobrado fuerza frente al de divulgación.
¿Cómo se apropia la ciudadanía de la ciencia, tecnología, conocimiento e innovación (CTCI)? La idea es que esos conocimientos hagan sentido y se vinculen con las realidades y contextos sociales. Así lo entendieron también quienes diseñaron la División Ciencia y Sociedad del MinCiencia, implementada el año 2020, para “potenciar la apropiación social del conocimiento a través de nuevas capacidades institucionales”, como la creación del programa Ciencia Pública.
Eduardo Reyes fue un visionario. Entendió desde temprano que la ciencia no solo debía divulgarse, sino también proyectarse socialmente, o bien, como señala el académico español Miguel Alcibar (2004), se trata de “recontextualizar” los contenidos desde el discurso científico al ámbito divulgativo. Ello exige, además, nuevas narrativas y creatividad. ¿De qué sirve difundir informes sobre cambio climático si no se vinculan con la experiencia de las personas?
En esa misma línea, se refuerza la idea de que la apropiación social de las CTCI va más allá del concepto tradicional de divulgación -cuyo origen etimológico, divulgare, se puede traducir como “poner al alcance del vulgo o del pueblo”-, ya que este último implica, tácitamente, una comunicación unidireccional.
A mediados de los años 60’ Eduardo Reyes alertaba acerca de la contaminación ambiental de Quintero-Puchuncaví que estaba afectando a sus habitantes. Antes de que el caso se convirtiera en una “zona de sacrificio” emblemática. “El periodismo siempre ha estado atento a denunciar los impactos ambientales”, escribió al respecto. Sus palabras cobran cada vez más relevancia, en medio de crisis ambientales, pandemias y fenómenos climáticos, como los recientes tornados ocurridos en el sur de Chile. La ciudadanía necesita comprender, cuestionar y apropiarse del conocimiento científico e incorporarlo a la vida cotidiana y a las decisiones colectivas, con mirada crítica y reflexiva.
Eduardo Reyes también consideraba “un cambio cultural tremendo”, la irrupción de las redes sociales, y lo que él observó como un avance en la democratización de la ciencia, en el sentido de que hay una cultura científica más difundida. En una época en que la información abunda, la comunicación de la ciencia refuerza su indispensable labor. El papel de los periodistas y de quienes divulgan, debe ser velar por la rigurosidad de la imagen pública de la ciencia que construyen los medios de comunicación, redes sociales, y otras plataformas.
La comunicación debe facilitar el diálogo e interacción con el territorio, las culturas y los problemas reales de la sociedad. Un compromiso esencial ante los desafíos del cambio climático en Latinoamérica, en donde confluyen desigualdades estructurales, crisis hídricas y extractivismo. El periodismo no puede desvincularse de los conflictos socioambientales que afectan a comunidades históricamente marginadas. Comunicar ciencia no es aplaudir sin cuestionarse, sino democratizar el acceso a ella, para que realmente pueda convertirse en poder ciudadano y motor de cambios estructurales.
Más que un profesor, Eduardo Hernán Reyes Frías fue un verdadero maestro que enseñó con palabras y con acciones acerca del periodismo científico y su rol social. Nos inculcó además, el valor del reporteo en terreno, que sin duda obtuvo de sus múltiples experiencias y travesías.